Después de mucho pensarlo el pastor Maximiliano decidió que entregaría su alama al maestro Helel, su espíritu se hizo presente en la cabaña, Abrahel hizo un ritual a base de oracionbes y símbolos con lo cual el maestro oscuro se hizo presente.
-Me da gusto gusto que me hables amada mía Abrahel mi fiel servidora, tu maestro Helel has sido invocado y necesito saber con urgencia para que me has hablado, no tengo tiempo que perder.
-Maestro querido, alma fin, por siempre Helel, que vive y reina por siempre y para siempre, con respeto y humildad te llamó para pedirte tu clemencia y resguardo de las asechanzas de Santa María Magdalena y sus Caballeros y para darte en ofrenda a Maximiliano, el pastor, que ha roto su voto de castidad, como un diablo loco de amor. Dile Maximiliano, el maestro te escucha...
-Yo soy Maximiliano Remy y me ofrezco a usted Helel en cuerpo y espíritu, esperando que mi alma le sirve, para poder seguir mi camino con mi amada Abrahel...
-Me da gusto Abrahel que cumplas lo que prometes, mis dudas hacia ti se han disipado. Desde momento te libero Abrahel, reina libre, para que te esparzas por el mundo y fundes tu simiente sin mí, junto con tu amado Hambre y Maximiliano.
-¡Oh, Helel! Te amo y te agradezco tanto, siempre te admiré porque al contrario de mí siempre estuviste seguro de lo que querías. No hay nada mejor que vivir la vida en libertad.
-¿Pero cómo maestro, yo compartir a Abrahel con Hambre?
-No le explicaste las cláusulas querida Abrahel? Pregunta molesto el maestro
-Te dije que nada es gratis querido mío Maximiliano tendrás que estar conmigo por siempre y para siempre y con Draco.
-Discúlpenme los dos, pero es que yo si trabajo. Se retira irónico Helel
-Amado mío Maximiliano, ahora me tienes, tómate como puta por rastrojo, elegiré mi nuevo nombre, ahora que soy libre me llamaré Filomena. ¿Te gusta querido mío?
-Me encanta Filomena, pareces ahora toda una mártir, como salida de su capullo. Mi doncella.
La belleza enceguecedora de Filomena había crecido aún más, veíase como una Santa Inés. Pero ahora libre y soberana tendría que enfrentarse a su hermana la diosa de los vampiros, la siempre vengativa Noctíbula. Ahora pasaba desapercibida para intentar asesinar a Santa María Magdalena en su infinita melancolía. Draco era amigo de el enemigo acérrimo de María Magdalena el magnate demonio Belfegor.