—Retomando lo anterior —hablé despacio.
—Mañana estaría bien, ¿puedes pasarme tu número? Así estamos en contacto —le pasé mi teléfono para que él pudiese registrar su número—, me regresó el teléfono casi al instante —Listo, mi casa es hacia allá —señaló hacia la calle a su derecha —pero si gustas, puedo acompañarte.
—Oh, no, no te preocupes, iré sola lo que queda de camino, gracias —no muy convencido con mi respuesta, se despidió de mí con una sonrisa ladina para luego seguir con su camino y yo con el mío.
Lo que me quedaba de camino fue bastante agotador, hace algunos días me había estado sintiendo bastante cansada, dormía bastante lo que me había hecho olvidar, hacer algunos de mis deberes para la universidad, por lo que ahora tengo que pedir ayuda para seguir siendo de las mejores de la clase.
Había hablado con Taehyung y Lai, pero no fue de mucha ayuda, tal vez tiene más que ver con lo que pasa por mi mente, o por las peleas constantes con mi madre, que he estado así. Lai no solo es mi mejor amigo, sino también mi primo. Sabe todo lo que pasa, a veces es ese hermano mayor que nunca tuve, le he contado muchas cosas, aunque a veces él solo adivina. Pero no le he contado más allá, lo que realmente me incomoda, mis secretos más oscuros que me consumen día con día.
Al abrir la puerta, escuché la voz de mi madre. Al llegar a la sala, me encontré con ella en la sala, hablando animada por teléfono. Siempre que estaba en casa, por lo general estaba ahí o en el jardín. Al verme entrar, cambió su semblante, dejó el teléfono a un lado y se dirigió hacia mí.
—¿Por qué tardaste tanto? —la miré con confusión.
—Salí hace casi 20 minutos, madre, y no hace mucho que hablamos.
Suspiro cruzándose de brazos —A partir de hoy el guardaespaldas te acompañará, no puedes seguir escapándote de él, no sé cómo lo haces, pero bueno eso no importa ahora, a lo que voy es que hoy acompañaremos a tu padre a una cena con unos socios muy importantes, tenemos que ver que vas a usar —me miro de arriba abajo con desaprobación.
Dejé mi bolso a un lado y me acerqué a ella —¿Y si no quiero ir? —la miré con ojos suplicantes.
Me miro con enfado —esta vez no puedes negarte, tu padre va a firmar un contrato muy importante y debemos estar ahí.
—Es demasiado incómodo para mí y sé que tampoco os gusta que yo arruine su estereotipo de familia perfecta.
—Yang Mi basta, no está en discusión y hablando de tu aspecto, tú tienes la culpa, te la pasas comiendo, en media hora salimos con la modista, el vestido que he mandado hacer hace unas semanas está listo, solo hace falta que te lo pruebes para hacer ajustes si es necesario, y no está a discusión —su mirada reflejaba enojo.
Sin decir algo más, subí a mi habitación dejando a mi madre en la sala. Sentía un dolor en el pecho, un nudo en la garganta y unas inmensas ganas de llorar. Dejé mi bolso sobre el mueble en la entrada de mi habitación y me dirigí a la cama. Mi teléfono sonó interrumpiendo el silencio.
—Hola, pequeña —la voz de Taehyung sonó al otro lado.
—¿Qué pasa, Taehyung? —mi voz sonó entrecortada.
—¿Estás bien? ¿Discutiste otra vez con tu madre?
Limpie una lágrima que bajó sin tener oportunidad de poder detenerla. —No estoy en un buen momento, ¿podemos hablar luego? —Mi voz sonaba temblorosa.
—No te voy a dejar sola, ya hemos hablado de esto —soltó un suspiro.
—En serio, hablemos más tarde, no es lo mejor ahora.
—Está bien, cualquier cosa, no dudes en buscarme.
Avente el celular a un lado y sin más comencé a llorar de frustración de todo lo que pasaba en mi vida, me desbordaba. Entiendo que hay personas que sufren más de lo que yo en este momento, pero soy difícil para afrontar las pruebas, las burlas y el rechazo constante.
Taehyung sabía de las peleas con mi madre, no le había ocultado eso, ya que desde hace tiempo somos amigos, y aparte, Lai no sabe cerrar la boca, es demasiado despistado al igual que yo.
¿Cómo voy a buscarlo y contarle todo lo que me sucede?
¿Cómo voy a hablar tan abiertamente de que quiero que todo esto termine?
No podía quedarme ahí llorando, mi madre no tardaría mucho en volver a hablarme; fui al baño a lavarme la cara con algo de agua fría para evitar que se notara el rojo de mis ojos, pero no fue muy eficaz. Casi pasaban los treinta minutos que me había dado mi madre, así que fui hacia donde ella se encontraba. Estaba algo impaciente, no le gustaba salir conmigo a su lado, era un contraste completamente entre nosotras.
—Min Ho, por favor trae el auto, salimos en 5 minutos —hablo mi madre con esa voz autoritaria que la caracteriza.
—Sí, señora —Min Ho salió de la casa, dejándome ahí con el mal genio de mi madre.
Min Ho no tardo en cumplir la orden de mi madre, al salir de la casa frente a nosotras estaba el radiante auto blanco, a veces me cuestiono ¿para qué tantos autos?, es extraño, no hay necesidad de tanto.
Mantuve mi vista en mis manos todo el camino, pensando en que tal vez es momento de irme de esa casa. Mi padre me había regalado hace unos meses por mi cumpleaños un departamento, no muy lujoso, pero sí en una de las mejores zonas de la ciudad, solo es cuestión de comentarle mi decisión.
—Querida Haneul, ya te extrañaba —mi madre se acercó a la diseñadora, quien la recibió con una gran sonrisa.
—Sin duda yo también, creí que vendrías ayer con tu hija —me miró por un instante al igual que mi madre —. Pero bueno, ¿a qué han venido? ¿Necesitan algo nuevo?
—Oh, no, hemos venido por el vestido que te mencioné hace unas semanas, para T/N.
—Sí, está listo, ven querida —se acercó a mí y me tomo del brazo guiándome a los vestidores —espérame aquí, en seguida te traigo el vestido para que te lo pruebes, espero que no tenga que hacerle modificaciones —dijo las últimas palabras más para ella, pero para mi suerte alcance a escucharla.
Mi madre se quedó conversando con Haneul mientras yo me probaba el vestido, que para mi sorpresa me quedó algo grande. Según yo, no había perdido peso. Más bien, al contrario, salí del probador con el vestido, llamando la atención de mi madre, Haneul y Min Ho.