La vista desde el balcón de la habitación hacia la isla era maravillosa, irradiaba paz en todo su esplendor. Al observar por la ventana, me distraía de todo lo que pasaba por mi mente, los malos comentarios que me hacían caer, enfocándome en el sonido de las pequeñas olas chocar contra la orilla.
—Es hermoso ¿verdad? —Jungkook se paró a mi lado y yo asentí ante su pregunta —¿te pasa algo?
—Muchas cosas en realidad —suspire recargándome en el sofá que estaba al lado —todo es más de lo que puedo soportar —una lagrima bajo por mi mejilla —es uno de esos días en los que quiero ir a dormir y no despertar.
—No digas eso —Jungkook me abrazo otra vez —debes ser fuerte, déjame ayudarte, aférrate a mí y salgamos de ese abismo en el que sé que estas cayendo. Veamos el lado positivo de todo lo que está a nuestro alrededor —correspondí al abrazo y dejé que las lágrimas cayeran.
—Es difícil, cuando todo me afecta, las palabras de mi madre, las miradas de la gente, sus comentarios sobre mi apariencia. Y no poder hablar de eso con nadie me ha hecho tanto daño, más de lo que puedes imaginar. Me siento como un barco de papel que se encuentra en el océano navegando sin rumbo rompiéndose con el paso del tiempo.
—Por ahora me tienes a mí, que me hables de lo que te pasa es una ventaja, puedo encontrar la manera de ayudarte, y que dejes de comer no es una de las soluciones cariño —se me hizo algo extraño que me llamara de esa manera, solo Tae lo hacía —eres muy hermosa, solo que lo que dice la gente no te deja verlo.
—Estás haciendo que me sonroje, en cuanto a lo de dejar de comer es solo que no me da hambre —limpie mi rostro con la manga del suéter que llevaba todavía puesto, aunque hacía calor tenía algo de frio.
—Pues por lo que he visto y la conversación que tuviste con Tae hace rato me indican otra cosa.
—No deberías escuchar conversaciones ajenas.
—Lo sé, pero eres mi amiga y, además —me acomodo un mechón de cabello —¿cómo no me voy a preocupar por la chica que me…? —antes de que Jungkook pudiese decir algo más, Tae entro a la habitación. este chico haciendo acto de presencia en el momento menos indicado.
—No quería interrumpir, pero es hora de comer, iremos a un restaurante cerca con los chicos —nos miró algo tenso, su mirada iba de Jungkook a mí. Deshice el abrazo entre Jungkook y yo y tomé mi teléfono.
—Está bien, en un momento bajo, ustedes pueden adelantarse —dije antes de ir al baño para lavarme la cara, al verme al espejo mi imagen reflejada no fue de mi agrado, a pesar de las palabras de Jungkook, por mi mente pasa más. Aunque me ha dejado con la duda con lo que iba a decir antes de que Tae entrara a la habitación.
Al verme otra vez en el espejo, con los ojos algo rojos, compruebo que el dinero no compra la felicidad, odio esta parte de mi vida donde he terminado lameteándome frente al espejo.
—Me asustaste Kookie —cerré los ojos por un instante —pensé que te habías ido con Taehyung.
Jungkook estaba en la cama viéndome con una pequeña sonrisa, verlo al salir del baño me asusto, creí que estaba sola.
—Vamos a otro lado, ellos se acaban de ir, les dije que se adelantaran, pero te quiero llevar a otro lugar —se acercó a mi —¿Qué dices?
—Vamos.
La isla es hermosa, no había visitado el lugar desde hace años, la última vez fue cuando estaba en secundaria, cuando no me importaba nada y me llevaba mejor con mi madre y mi hermana aún vivía con nosotros. No recordaba cuan hermoso era este lugar.
Pocos recuerdos tenia de aquí, miraba a través de la ventana del auto el paisaje, todo era hermoso —Espero que te guste el lugar a donde vamos —dijo Jungkook viendo hacia donde yo veía.
El camino hacia un pequeño restaurante cerca de la playa fue bastante cómodo, en compañía de Jungkook me sentía bastante bien. —¿Qué desean ordenar? —una señora llego a nuestro lado unos minutos después de haber llegado al lugar.
Yo no sabía que pedir así que él lo hizo por mí, no quería comer, no tenía apetito, el solo hecho de no poder olvidar los malos comentarios me hacía perder todo.
—¿En qué tanto piensas? —Jungkook tomo mi mano haciéndome verlo casi al instante.
—¿Por qué?
—Solo te quedas en silencio viendo a la nada.
—Pienso en lo de hace rato, tienes razón, hay que ver el lado positivo de todo, pero es difícil, el lado negativo pesa mucho más.
—Haremos que eso cambie, al menos por este fin de semana, después de aquí iremos a dar un paseo por la playa ¿quieres?
—Está bien, me parece una buena idea.
Había sido una comida algo difícil, me causaba nauseas el olor de la comida, pero con la ayuda de Jungkook fue más fácil, me distraía haciendo que terminara al menos una porción de comida, con la condición de que más tarde volvería a comer algo para ir acostumbrándome a la comida de nuevo.