Podía maginar miles de escenas, de cómo sería mi primer beso, aunque antes no lo había pensado, pero no se comparan para nada con la realidad, un beso lento que no olvidare. Un sueño, así lo describo, porque no contemplaba que esto llegara a pasar en la realidad, pero esto atravesaba ese umbral entre la realidad y la ficción.
Regresamos unos minutos después de nuestra pequeña caminata a donde se encontraban los demás, Tae me miraba de una manera extraña, estar a su lado me hacía poner nerviosa. Era mejor disfrutar un poco de la noche, seguir escuchando los chistes malos de Jin, las anécdotas de Jimin o las voces de ese par entonadas en una hermosa canción.
Había tomado un poco, esta vez no había hecho lo que la otra vez, Jungkook estaba al pendiente de lo que tomaba procurando que no mezclara las bebidas otra vez —Deja eso, ya has bebido lo suficiente —me causo algo de gracia su expresión. No sabía que podía llegar a ser tan sobreprotector, se parece a Lai.
—Está bien, creo que mejor me iré a dormir, tengo mucho sueño —me levante y él hizo lo mismo para luego dirigirnos hacia el interior de la casa.
—¿Ya se van otra vez? —nos encontramos a Jimin saliendo de la cocina con un par de vasos.
—Sí, ya es algo tarde —dije tratando de no bostezar, ya pasaba de medianoche.
—Bueno, que descanses —siguió su camino y nosotros el nuestro.
—Me voy a dormir, nos vemos mañana.
—Descansa —respondió dándome un corto beso causándome una gran sonrisa.
—Descansa —después de eso entre a la habitación, estaba bastante cansada, pero antes de dormir preferí tomar un baño.
No había visto el teléfono, o mejor dicho no le había prestado tanta atención, más de lo normal. Llamadas de mi padre, y unas cuantas de mi madre. Me imagino que es lo que ha de pasar, mi padre llamando otra vez para disculparse en nombre de mi madre, pero ya estoy cansada de eso, quien debería hacerlo es mi madre, quien solo me llama para pelear, como si no tuviese ya suficiente de lo que hasta ahora he vivido.
Si tan solo pudiese ser más como mi hermana, sería más sencillo convivir con mi madre y sus estereotipos de mujer perfecta. Todo sería más sencillo si fuese como ella quiere, ¿me ahorraría todas estas discusiones que hemos tenido?
A veces siento que estoy en una pesadilla de la cual espero despertar pronto, otras veces quiero seguir soñando porque todo parece irreal y no quiero despertar jamás. Somos tan indecisos en este mucho lleno de cambios.
El sonido del mar por la mañana era suave, el sol aún no había salido. Era extraño estar despierta tan temprano en un fin de semana. Me puse unos shorts y una blusa blanca, después de peinarme salí de la casa en silencio para no despertar a nadie, que de seguro más tarde tendrán dolor de cabeza por haber bebido tanto.
—¿Qué haces despierta tan temprano? —Tae caminaba en mi dirección, tampoco yo me lo imaginaba despierto tan temprano, su semblante era serio.
—Buenos días, ni yo sé cómo es que ya no tengo sueño ¿y tú?
—Buenos días, yo ya no podía seguir durmiendo —se paró frente al mar, mantenía esa mirada seria que me hacía cuestionar ¿Qué pasa por su mente en este momento para estar así?
—¿Te pasa algo?
—Dijiste que no había nada entre ustedes, que eran solo amigos, anoche no parecía eso.
—Bueno, no éramos nada más que amigos hasta ayer. No te mentí cuando me lo preguntaste, me pidió ser su novia después de eso. No sé a qué viene tu actitud —estaba algo desconcertada, se la pasa cuestionando todo lo que hago con Jungkook.
Tenso la mandíbula, ante mi respuesta. A veces me cansa su forma de ser, es mi amigo, aunque llegue a verlo como algo más, aunque entre nosotros no hay posibilidad, su forma de ser me frustra.
—Porqué cuando trato de acercarme a ti te alejas, antes era diferente, has cambiado.
—Deje de esperarte porque estabas mejor antes de que yo te buscara, tengo problemas en la universidad, y ahora con el trabajo en la empresa de mi padre no tengo casi tiempo de nada.
—No estaba mejor antes de ti, sé por lo que estas pasando, pero no me refiero a eso.
—Entonces a que, porque no te entiendo, un día me hablas bien, pasamos tiempo juntos y al otro estas con esas chicas olvidando que me has pedido que te busque, no sé por qué tu si te puedes olvidar de mí y yo no de ti.
—No me olvido de ti, entiende, ellas no significan nada para mí en cambio tu sí.
—Pues que egoísta eres, nadie se merece que jueguen con sus sentimientos y que manera de ser alguien importante para ti, tú eres el que ha cambiado, porque solo piensas en ti.
—¿Solo pienso en mí? Claro que no, T/N, si solo pensara en mí no me preocuparía por ti, en como estas, por qué no contestas a mis llamadas o mensajes, el porque te cierras y te niegas a hablar de lo que te pasa, no me la pasaría pensado en una manera de ayudarte —a este punto ambos estábamos enojados, el me miraba con enojo y estoy segura de que yo lo veía igual.
—Tal vez no quiero que me ayudes, ya no busco tu atención, lidiar con un mundo de problemas no es fácil y hablarlo mucho menos, uno no puede ir por el mundo quejándose de lo que le ocurre y menos con la persona que le llegó a gustar.