La voz de Tae es hermosa, digna de ser escuchada, aunque a él no le gustase ser escuchado cantaba cuando estaba conmigo, el viento fresco que entraba por la ventana del auto en esta tarde de verano era el complemento perfecto, me sentía muy feliz.
—No me cansare de decírtelo, tienes una voz hermosa Tae, aunque no te guste —ambos bajamos del auto y entramos a la casa, en donde solo se encontraba una aburrida Chiara quien nos observó con suma alegría al pasar por donde ella se encontraba.
—Siempre me lo dices T/N, hola, Chiara —los tres subimos a mi habitación —¿Cómo has estado?
—Bien —respondió ella.
—Si dejaras que los demás te escucharan te darías cuenta de lo que hablo, ¿alguna vez has escuchado cantar a Taehyung Chiara?
—Para mi suerte no, creo que hasta ahora eres la única T/N, pero no dudo de lo que dices, no debería darte pena Tae, otras cosas si como andar con cada chica de la universidad.
—No ando con cada chica de la universidad, pregúntale a T/N, ella no quiso salir conmigo.
—Ya vas a empezar de nuevo, no le hagas caso Chiara —los tres nos encontrábamos sentados en la cama —se la pasa bromeando.
—Solo a veces, solo que tu no me tomas en serio.
—Así empiezan y terminan peleando —intervino Chiara, y la verdad es que si tenía razón —mejor hablemos de otras cosas.
Nos quedamos conversando, los tres nos llevábamos bastante bien, aunque a veces no podía contarle todo a Tae o a Chiara, con ellos podía hablar abiertamente. Estando sin la presencia de mi madre, los tres nos estábamos llevando un buen momento hasta que la noche se hizo presente.
La noche se hizo presente, trataba de ocultar mi felicidad que se desbordaba con una enorme sonrisa en mi rostro, estaba sumamente feliz, faltaba poco tiempo para estar lejos, en un amor escondido, un amor en secreto lo hacía todo más interesante. A la mañana siguiente mi madre me miraba con intriga, mi cambio de humor había sido notable considerablemente.
A mi madre no se le escapaba nada, por lo que preferí quedarme en mi habitación el mayor tiempo posible o alejada de ella, a pesar de que nada había salido como ella esperaba, mi enojo no se iba, como es que ella podía tratar a alguien de tal manera sin conocerle, Jungkook no era como ella lo describía y esperaba que algún día él se lo hiciera saber.
Contaba los días, había logrado evitar ese viaje en familia, Chiara y mi padre trataron de convencerme, pero fue en vano, estar a solas era mucho mejor, no había quien me hablara sobre mi mal aspecto por más que tratase de verme bien, así que no tuvieron más remedio que aceptar mi decisión.
—¿Qué haces? —Lai entro a mi habitación, donde me encontraba leyendo un libro de Oscar Wilde que me acababa de regalar mi padre, aunque ya había leído ese libro era fascinante.
—Estoy leyendo —él se sentó en la silla giratoria a mi lado —¿Qué te trae por aquí tan temprano?
—Pues hace días que no nos vemos, ¿acaso no me extrañas? —hizo un ademan de sufrimiento algo extraño.
—No mientas Lai, he visto tus stories en Instagram, te la has pasado de fiesta desde que salimos de vacaciones.
—Bueno, si alguien no se la pasara leyendo o con su novio, pues pasaría más tiempo con ese alguien. —A Lai no se le daba muy bien eso de reclamar, terminaba riéndose por sus palabras, ambos nos entendíamos muy bien —T/N, salgamos un rato, no te quedes encerrada, además tu madre no está como para que te lo prohíba.
—Buen punto, pero tiene a los guardaespaldas, y por ahora prefiero quedarme, no quiero darle motivos para que vuelva a enojarse, la última vez no termino muy bien, ya sabes como es.
Lai se quedó conmigo toda la mañana, ya que no quería estar dentro de casa, pasamos el rato en el jardín —¿harás algo por tu cumpleaños? —pregunte a Lai quien se había sentado bajo un árbol.
—Claro que sí, eso no se pregunta, y espero que vayas, no me importa si mi tía te deja o no.
—Bueno, siendo tu no creo que tenga algún problema, y ¿invitaras a Jungkook?
—Ya veo tus intenciones, claro que, si lo voy a invitar, ¿no has visto a tu amorcito?
Negué —toda la semana me la he pasado aquí, solo nos hemos visto por videollamada, pero no es lo mismo, he estado vigilada, así que no he salido de casa.
Estaba durante el día a los ojos de Min Ho y Re Mi, aunque esta última era más accesible, Min Ho tenía órdenes estrictas de mi madre, así que trataba de hacer su trabajo lo mejor posible, ya le había ocasionado muchos problemas así que me mantenía al margen, aunque en mi habitación podía hablar con Jungkook sin temor.
—¿Cuándo tienes que irte a Londres? —pregunto Lai con la vista fija en los pequeños patos que se adentraban en el pequeño estanque frente a nosotros.
—En una semana, teníamos contemplado irnos después, todavía falta más de un mes para el regreso a clases, pero es necesario adaptarse al lugar, ir conociendo la ciudad, el campus, todo y un mes no será del todo suficiente.