Había tratado de no pensar en todo eso de la despedida que se acercaba, hace unas horas apenas habíamos hablado y ahora me encontraba con él en el aeropuerto. Por más que sus palabras trataban de darme consuelo en estos momentos, era más que difícil.
—Nos veremos cuando menos te lo imagines, la próxima vez que nos veamos todo esto habrá valido la pena.
—Eso espero, te voy a extrañar —lo abrace antes de que atravesara esa puerta que se encontraba a unos metros de nosotros.
—No llores —limpio mis mejillas para luego darme un pequeño beso —todo va a estar bien, vas a estar bien, sé que lo estarás cariño.
—Vamos a estar bien JK, te extrañare, aunque me llames cada día, no lo olvides.
Me quedé con Chiara a mi lado, quien trataba de que la despedida fuera más llevadera, quien iba a imaginar que iba a recordar todo cuando él estuviese a punto de irse —. Era él con quién hablabas hace unas semanas ¿cierto? —pregunte a Chiara cuando me abrazo mientras veíamos hacia donde se había ido Jungkook.
—Sí, era él, esa vez me dijo que se iba, todo estaba fuera de control, para mi él pensó las cosas de manera precipitada. Creyendo que esto de alejarse era lo mejor para ustedes, para ti más que nada.
—Y era él quien siempre decía que ponía a los demás antes que a mi —dije con una sonrosa al recordar las ironías de la vida.
Volvimos al departamento, se sentía extraño estar ahí después de recordar todo, tal vez ahora que todo había pasado sería lo mejor volver a mi departamento, donde estaba todo lo que tenía que me recordara a él. Chiara no estaba muy convencida por mi decisión, pero no tenia de otra. No podíamos quedarnos por mucho en este departamento, aunque para Yoon Gi no fuese ningún problema.
Entre estudiar y moverme de un departamento a otro tenía mi mente bastante ocupada, apenas y tenía el tiempo para poder entristecerme por extrañar a Jungkook, hablábamos de vez en cuando, un mes se hizo presente sin siquiera darnos cuenta. Cada vez con todo lo que pasaba, el trabajo, las clases en la universidad, los pendientes, las actividades extra, apenas y teníamos tiempo de hablar, y no se diga esa diferencia de horario que enmarcaba la distancia que había entre nosotros. A veces solo quería que llegara el fin de semana, que era cuando hablábamos con más calma.
—Deberías descansar un poco, mantener la mente ocupada de esa manera no te hará nada bien —Chiara dejo una botella de agua a mi lado, había terminado el día con algo de ejercicio, Chiara no dejaba de acompañarme, prefirió quedarse conmigo antes que volver a Italia.
—Te preocupas demasiado hermanita, hasta ahora he estado bien, antes de que todo eso del accidente pasara esta era mi rutina del día a día, lo que me hace mal es eso de pensar en
Jungkook, lo extraño como no tienes idea, tenemos muy poco tiempo para conversar, él está más ocupado que yo, a penas y tiene el tiempo los fines de semana para hablar conmigo.
—Así es eso de las relaciones a distancia.
—¿Has tenido alguna así?
—Claro, no duro mucho, porque yo la verdad me contagio de tu forma de ser y no tomo el teléfono por días para contestar mensajes, todo queda en el olvido.
—Eres todo un caso, mejor vamos, que ya me contagiaste eso del cansancio y todavía tengo que terminar unos deberes para mañana.
—Vamos entonces —salimos del gimnasio y nos dirigimos al departamento.
Después de darme un baño y de avanzar un poco los pendientes que tenía, me encontraba en la terraza, la ciudad seguía en movimiento, a pesar de que era algo tarde. El viento frio de invierno era más fuerte y no faltaba mucho para que la lluvia que caía se convirtiera en copos de nieve cubriendo de blanco todo a su paso.
Cuando conocí Londres, siempre me imaginé vivir aquí, me venían a la mente esas escenas de películas, y me imaginaba caminado por las calles de la ciudad también, pero ahora me faltaba algo para que todo estuviese completo, había momentos en los que no podía evitar el pensar que algo me hacía falta algo, pero no sabía el que, a parte de la persona que quiero, algo más me llenaba de nostalgia.
Después de dejar salir un largo suspiro, me senté en una de las sillas tratando de darme calor a mí misma en medio del frio. Estar ahí a solas me daba paz, esa que sentía que a veces había perdido. En medio de mis pensamientos mi teléfono sonó —. Hola Tae, ¿Cómo has estado? —coloque el teléfono sobre la mesa recargándolo sobre un pequeño florero para poder verle.
—Hola T/N, todo bien, aunque no muy bien con los exámenes finales, son una tortura, ¿Cómo va todo por allá? —desde que había recordado todo, Tae no dejaba de mandarme mensajes o de marcarme, a veces llegaba a ser tierno, pero le había dejado las cosas claras, o eso espero. Si él pensaba que no iba a recordar cómo era él antes, cuando lo quería estaba equivocado.
—Bien, no ha cambiado mucho.
—No te vez ni escuchas muy contenta, ¿ha pasado algo?
—No, es solo un día normal con altos y bajos, sabes cómo es la vida —dije con una sonrisa —¿Qué tal estas tu? ¿no es muy tarde por allá?
—Bueno, ya sabes, cualquier cosa puedes contarme, aquí todo está bien, estaba estudiando y al ver la hora y a ti en línea pues he decidido llamar.