Perdimos los dos

Un dolor de cabeza me invadía, me encontraba en medio de la habitación y al parecer ya era más de medio día. Había dormido muy poco, se suponía que solo íbamos a ir un par de horas a la “reunión” de fin de semestre, y nos habíamos quedado hasta la madrugada en ese lugar.

Por suerte me había ido mejor que a Chiara, ella sí que había bebido más de la cuenta y ahora se encontraba esperando a que las aspirinas que había tomado le hicieran efecto ante tremendo dolor de cabeza.

—¿Nos iremos a Corea? —preguntó después de un rato, la voltee a ver.

—Creo que es lo mejor, además no queda mucho que hacer aquí, me hubiese gustado quedarme más tiempo, pero viendo que todo va bien sería una buena idea regresar o eso creo yo.

—Bueno, si es así hay que ver entonces que día nos vamos, y preparar todo para irnos, pero primero hay que comer algo, muero de hambre —se levantó del sofá y fue directo a la cocina —pero acompáñame, no haré todo yo sola —dijo mirándome.

—Voy, no te dejaré sola, aunque ya sabes que con mis habilidades culinarias no cuentas, sigo siendo terrible.

—Lo sé, la compañía es suficiente hermanita.

El viaje de regreso su cansado, cuando llegamos a la casa tomamos por sorpresa a mis padres, quienes por suerte se encontraban ahí a esa hora —¿Qué hacen aquí, porque no avisaron que venían? —pregunto mi madre acercándose con una sonrisa.

—Preferimos darles la sorpresa —respondió Chiara mientras seguía abrazada a mi madre.

—Que alegría tenerlas de vuelta, ¿Cómo has seguido cariño? —se refirió esta vez a mí, era extraño escucharla hablarme de esa manera, o que me tratara así, como si lo que sucedió antes no hubiese pasado.

—Todo está bien —dije con una pequeña sonrisa —nada de qué preocuparse, pero al menos yo quiero descansar un poco, había olvidado lo cansado que es pasar tantas horas en un avión.

—Vayan, en seguida Min Ho sube las maletas, así que por eso no se preocupen —dijo mi padre.

Volver aquí me hizo sentir algo extraña, esa sensación de no encajar después de todo es el tiempo que pasé fuera de este lugar. Aunque todo estaba de la misma manera en que lo había dejado. Me senté en el sofá al lado del ventanal, donde podía observar que no tardaba en volver a nevar por el frio que estaba haciendo y las nubes que había en el cielo.

Antes de poder quedarme dormida mi teléfono comenzó a sonar, lo saque de la bolsa de mi suéter percatándome de que se trataba de una llamada de Taehyung —Hola, ¿Cómo estás?

—Hola Tae, muy bien, ¿Qué haces, tienes tiempo de hablar?

—¿Estabas dormida, te desperté? Tengo tiempo libre así que pensé que podíamos hablar, pero es tarde, si quieres ir a dormir no hay problema.

—No hay problema, ¿Dónde estás?

—Estoy en la empresa, terminado de arreglar unos papeles, iré con Lai en un rato, no sabes la falta que nos haces —mientras él me contaba que haría, salí de la habitación rumbo a donde se encontraba mi auto y me dirigí a la empresa de los padres de Tae para darle la sorpresa a ambos—y cuéntame, ¿ya han tomado una decisión? ¿Vendrán?

—No lo sé, aún no hemos quedado bien de acuerdo, pero estamos en un tal vez, aunque no sería malo quedarnos un tiempo más acá, todo es muy lindo.

—Ay, pero aquí también, no deberías pensarle tanto.

—No le pienso mucho, solo que me agrada esta ciudad —mientras conversábamos el tiempo se fue tan rápido que me encontraba ya frente a la puerta de su oficina, di unos leves golpes en la puerta para luego entrar viendo su cara de sorpresa antes de que terminara la llamada —T/N que sorpresa, porque no dijiste que estabas ya aquí —se dirigió a mi para abrazarme.

—Si te lo hubiera dicho no hubiese sido una gran sorpresa —me separé de él —hemos llegado hace apenas, en cuanto bajamos del avión fuimos a la casa, de eso no ha pasado ni una hora.

Me senté en una de las sillas frente a su escritorio y él en la otra —no sabes cuanto te extrañe, has cambiado como no te imaginas desde la ultima vez que nos vimos, esta vez casi no te reconozco. —Y tenía razón, había cambiado bastante en esos meses, estaba mejor conmigo misma, había cambiado mi aspecto físico, me sentía mejor, cada vez que me veía en el espejo ya no sentía esa tristeza recorrerme, y las palabras hirientes ya no venían a golpearme como lo hacían nates.

—Me he mantenido firme ante una decisión y heme aquí —dije con una sonrisa —mis metas se volvieron más claras después de todo lo que pasó.

—¿y qué pasó con Jk, como van las cosas entre ustedes?

—No lo sé, solo nos vimos una vez después de todo lo que paso, si seguimos hablando un tiempo, pero ya nada es lo mismo, no hay tiempo, además él se fue y no sé a dónde, ahora no sé qué somos, si hay algo entre nosotros todavía.

 —No fue mi intención hacerte pensar en eso, es un día bonito, aunque algo frio.

—Vamos a lo de Lai —trate de volver a sonreír —creo que se va a emocionar mucho, no hemos hablado estos días.

—Me parece bien —se levantó y fue por su abrigo que descansaba en el respaldo de su silla, al levantarme mi mirada se fijó en una carta en el escritorio de Taehyung.