Navidad. festividad donde las familias se juntan, los niños abren regalos y los fuegos artificiales esperan clavados en el suelo.
Pero en mi navidad no hay familia ni nada por el estilo.
Estamos en el living con mi madre y mi perra mirando un viejo programa de televisión.
Mientras tanto, en la cocina; hay un pan dulce haciéndose lentamente.
Nosotros estamos en la espera de que se hagan las
doce para poder dormir, porque sino tendríamos que tratar de hacerlo con ruido de pirotecnia, mensajes de "familiares" que a los segundos se olvidan de vos y gritos por todas partes.
Mientras tanto, yo: me acabo de vaciar 3 botellas de alcohol ligero.
Puede ser ligero, pero aún así me produjo un mareo. Tomandome la frente con la mano decido salir al patio trasero de mi casa.
A mitad de camino mi madre me habla.
—¿alex adonde vas? El pan dulce ya casi sale del horno. Y aún no nos damos el abrazo de navidad.
—si ma —me agarro el puente de la nariz.
—simplemente necesito tomar aire, ya entro.
Después de llegar al patio el cual no es el mejor del mundo, pero es un buen patio. Cuadrado, cercado con alambre y pasto cortado casi al ras del suelo.
agarre una reposera plegable y me senté inclinado, de modo que podía ver las estrellas.
Mientras mis ojos recorrian las pocas que se veían por la contaminación lumínica se me venían preguntas a la cabeza.
¿por qué la pasamos sin familia?
¿les caeremos mal?
Es tan triste estar sin compañía y escuchar al vecino de al lado como habla y se ríe con tanta gente.
Mi madre intento que la pasemos acompañados de otras personas, pero fue algo así.
—y bien, que tienen pensado hacer en Navidad? Tengo planeado hacer un rico pan dulce con frutas.
quizás les guste.
—Lo pasaremos con la abuela en España. Lo siento.
—oh... Bueno... —dijo ella.
El momento fue medio incómodo. lo se porque fui espectador. No nos tomaron en cuenta y ahora la pasamos solos.
—En fin...
Mientras hablaba una estrella fugaz paso a la velocidad del sonido, justo cuando decia:
"Desearía estar con más compañía en esta navidad"
Despues de eso, creo que por el alcohol: se me entre cierran los ojos, comienzo a ver borroso y termino cerrando completamente los mismos.
También al mismo tiempo la música del vecino se empezó a escuchar cada vez menos hasta no oír nada, no ver nada. Como si me hubieran cubierto con algo que no me dejaba escuchar, ver, oler... sólo sentía que estaba vivo.
Hasta que...
De apoco en la falta de luz y sonido que me tenia envuelto como un capullo logro escuchar una voz femenina que me termina despertando.
—¡alexis! ¡despertate! ¡te perderás el brindis!
Logro abrir mis ojos. pero como tenía la vista borrosa parpadee varias veces para aclarar la imagen.
Era mi tía. De fondo también mi tío, apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Este hizo un comentario por lo bajo.
—se nota que no está acostumbrado. Falta que lo entrene el tio.
Su panza de cervecero era grande. Tanto que su camisa de rayas le quedaba bastante apretada, parecía que un botón volaria hacia mi ojo.
—¿tía?¿tío? —con una mano trate de tapar la luz que venía de adentro de la casa. —que hacen aca? Pensé que estarian en...
Ella, tocandome el hombro y la mano dijo —acabamos de venir cuando estabas dormido, No ibas a pensar que te dejaríamos sólo en Navidad? Somos familia.
—pero no estoy solo, estoy con ma... —no llego a terminar que mi tío me interrumpe.
—entra que se enfriara la comida, hablaremos en la mesa.
Dije si con la cabeza, y entre a la casa.
Ahí dentro, estaba casi toda mi familia:
El primo gótico, su hermana vestida como testigo de Jehová, la abuela en silla de ruedas con su saquito color rosa y muchos más.
Rodeaban una larga mesa rectangular que encima tenia: un cerdo con una manzana en la boca, copas de vino, y diversas verduras.
Pero dije casi toda la familia...
Moví mi cabeza por los lados y no la encontraba.
Antes de hablar me dijeron que me siente. Pero cuando comienzo la pregunta mi tío me interrumpe, de nuevo.
Esta vez, con media pata de pollo metida en la boca
me dice —¿cómo andamos con las chicas?
El tío es conocido por ser algo... rústico.
Yo le respondo —tengo menos levante que excavadora oxidada.
El, se ríe con fuerza escupiendo restos de comida.
Luego me da una palmada en la espalda que me empuja hacia la mesa.
—¡hay cosas que no cambian! —dijo el tio —¿o no victoria?
Mi tía, de espalda recta, que era la que comía pizza con tenedor y cuchillo dijo —todo a su tiempo, carlos. Mira a Joaquín.
Joaquín, quien se estaba atragantando con un pancho se dio vuelta -¿Qué?
Victoria siguió —no tuvo novia hasta los 20. Y cuando tuvo, terminó siendo padre.
La abuela, que no habia participado en la conversación por estar viendo la tele se le escapó una risa por lo bajo. fue como un "jejeje"
—Ahora termina tu cena. así estamos todos listos para brindar. —dijo jane
agarre unas verduras con el tenedor, pero la intriga no podía dejarme tranquilo.
Despertarse de repente con toda la familia en casa lleno de comida y que ella desaparezca no era normal.
—lo siento, pero donde está mi —el tio me volvió a interrumpir, está vez hablando sobre la final del mundial, por eso mismo no aguante y explote.
—¡No me vuelvas a interrumpir! —puse el puño encima de la mesa sin golpearla —¡esto es importante!
Donde...
Está...
Mi...
Madre.
Todos los que estaban comiendo se quedaron viéndome.
El gótico se quito el flequillo que le tapaba un ojo.
La abuela dejo de ver la tele.
El tio carlos paró de comer.
—alexis... ¿sigues... borra... cho? -dijo victoria.
—sobrino, si quieres hablar hablamos, podemos ir afuera si querés —dijo el tio carlos. poniéndome una de sus manos grasosas en mi ante brazo
—¿por que estaría borracho? Ni que mi madre estuviera muerta.
La prima con vestimenta de iglesia me dijo —pero alexis... ¿Que estas diciendo?
Entre el silencio logre captar un comentario al aire que lanzó el primo gótico.
"esta tan borracho que no sabe quién vive y quien no"
—¡Eh! ¡¿qué mierda te pasa?!
Victoria se levanto de su silla. —¡ALEXIS!
—¿¡Que!?
¡a tu cuarto! Dijo ella.
me fui con el rostro hirviendo a mi habitación. Cuando entre, di un portazo que hizo retumbar las paredes.
Atrás me había seguido el tio carlos.
Cuando entró me pregunto que pasaba conmigo.
—¿que pasa con ustedes? —luego me tire a la cama boca abajo con el rostro en la almohada. —¿por que no me dicen que pasó?
Escucho un suspiro del tío. —no me gustaría recordarle a mi sobrino en Navidad como murió mi hermana. —después se sentó en la cama —¿Que quieres que te diga?
Al escucharlo saco mi cara de la almohada y me siento en la cama.
—¿Que le pasó a mi madre?
El tío me miro de costado, suspiro y dijo —mi hermana murio en un viaje de avion hacia españa. hasta entonces te has quedado en tu casa con nosotros, tu familia.
Moví la cabeza de un lado a otro, luego me tomé de la cabeza. —esto es una pesadilla, esto no es real. ¡Tome demasiado! ¡NECESITO A MI MADRE!
El tío Carlos se puso de pie y trato de contenerme dándome un abrazo como si fuera una camisa de fuerza. con movimientos bruscos trate de safarme, como no pude grite con desgarro.
—¡Alexis calmate! ¡esto no es una pesadilla! Somos tu familia ¡aquí está la compañía que necesitabas!
—¡ustedes no son mi familia! ¡mi compañia es mi mama! necesito...
No puedo terminar la frase que todo empieza a moverse de un lado para otro, mis piernas, pierden la fuerza para mantenerme de pie y me acabo cayendo al piso dándome un golpe en la cabeza.
Termino viendo el techo y a mi borroso campo de visión entra mi tio.
Con mi distorsionado oído logro escuchar las últimas palabras de Carlos.
—¡Alexis! ¡Alexis!
Volví al capullo. pero pronto, de apoco y muy lentamente logro abrir los ojos.
Veo estrellas.
Siento la reposera.
Y escucho la horrible musica del vecino. Una musica horrible la cual fue acompañada de una voz femenina que me transmitío tranquilidad.
—Hijo despertate, Hay muchos mosquitos. se harán las 12 para brindar.
Me paso los dedos por los parpados y me acomodo en la reposera.
—¿mama?
Fue lo único que alcance a decir.
Ella me interrumpe para decirme otra cosa.
—¿vas a entrar o no?sino quieres entrar cerrare la puerta y te dejaré afuera.
Luego se fue de manera completamente normal.
Debido a todo eso decido entrar y estan: nadie.
Sólo la perra chupandose sus partes intimas y mi mama arrodillada en frente del horno.
—¡ya casi está!
después me voy a mi pieza para ver si hay alguien y esta: nadie.
Estaba completamente vacía, todo estaba normal.
Las paredes color blanca amarillenta y dos zapatos tirados con medias blancas adentro.
Posteriormente escucho la voz de mi mama que proviene de la cocina avisandome que el pan dulce ya está listo para servir.
—¿quieres un pedazo o dejo para mañana?
Con camino lento me paro enfrente de ella, la tomo de los hombros y le digo...
—por supuesto que quiero pan dulce. ¡feliz navidad mama, te quiero!