Miro a mi alrededor. Todos están en silencio, y yo verdaderamente me estoy muriendo de sueño. Observo a mi frente.
El profesor está explicando algo sobre Ciencias y Tecnologías. Sinceramente no me importa. Sólo estoy pensando en una cosa.
Marcos.
Ya va casi 1 mes desde que lo vi en ese entrenamiento. No he podido sacármelo de la cabeza, y sinceramente, empiezo a tener miedo.
Odio enamorarme.
Nunca termina bien. Al menos para mí.
Y quizás empiece bien, pero de verdad, siempre termina igual. Mi corazón roto, la otra persona como si nada.
Dios, desería tener la frialdad de las personal al momento de terminar una relación.
"Abril." Escucho mi nombre atrás mío. Me giro hacia atrás, es una de mis 2 mejores amigas.
Sonrió, al ver como me enseña algo en su teléfono.
Creo que sabe que estoy dando vueltas en mis pensamientos e intenta distraerme con cualquier tontería. Me alegra que sea así.
Dejo de prestar atención a mis pensamientos sobre Marcos. Suspiro, y me enfoco en mi amiga, ella sí lo merece.
El timbre suena.
Todos salen rápidamente de el salón. Yo sigo de pie, esperando a que mi amiga termine de guardar sus útiles y también platicando con mi profesor, que también es mi tutor.
"¿Por qué estás tan seria, Abril?" Me pregunta.
Odio que se de cuenta tan fácil.
Mi amiga se gira a verme. Yo también la veo, y las dos esbozamos una sonrisa.
Ni siquiera sé por qué sonreímos, pero me gusta.
"Nada, profe. Ando cansada, es que no quiero quedarme a entrenar." Respondo, y en cierta parte es verdad.
Mi tutor asiente, toma un poco de su agua. "Pues no te quedes a entrenar y ya."
Suelto una risa.
Como si fuera tan fácil...
"Tengo que quedarme, profe." Digo, mientras mi amiga, mi tutor y yo comenzamos a caminar fuera de salón. Bajamos las escaleras. "Hay nuevos niños en handball, y son muy buenos, tengo que mejorar."
El tutor ríe. "Está bien, entonces no te quejes." Se encoge de hombros.
Ruedo los ojos sin que él me vea. Nos despedimos y mi amiga y yo avanzamos hacia la salida.
Un poco antes de la puerta de salida, me detengo y giro hacia mi lado para ir al entrenamiento. La mayoría de alumnos ya están en las gradas, sacando su ropa, abrochándose las agujetas, riendo, platicando y haciendo algunas otras cosas.
Veo a mi amiga de tercero, Colette. Y me acerco a ella, sonriendo. Ella está platicando con una chica de primer año.
Dejo mi mochila al lado de la de ella. Comienza a sacar mi ropa.
Colette está esperándome. Mientras ve su teléfono y tiene su ropa entre sus manos. "Creo que no vino el que me gusta."
Un chico sentado en las gradas nos dirige una mirada rápida al oír a Colette.
"¿No vino?" Repito confundida. "Pero si vino su amigo.."
Hay un chico, con lentes, es amigo del chico que le gusta a Colette.
"Pues según yo no vino." Colette se encogió de hombros.
"Bueno, vamos a cambiarnos." Propongo, con mi ropa entre mis manos. Suelto un bostezo, porque realmente me estoy desmayando del sueño.
Las dos vamos detrás de las gradas, a un cuarto dónde nos podemos cambiar. Cuando llegamos a una de las dos puertas. La puerta derecha se abre. Y de ahí sale Marcos.
Doy un respiro entrecortado y miro a otro lugar.
Marcos y sus amigos pasan a nuestro lado, la mayoría saludan a Colette. Quisiera ser tan sociable como ella. Así quizá podría hablarle a él.
Colette abre una puerta, de dónde salen varias niñas de primero. Nosotras entramos y nos empezamos a cambiar tan pronto como se cierra la puerta.
Estando adentro, la idea de decirle a Colette mis sentimientos hacia Marcos me comienza a taladrar la cabeza.
Así que simplemente lo hago.
Lo digo.
"Creo que me gusta Marcos."
"...Los demás pueden irse." Dice mi entrenador.
Yo me acerco a mi mochila, para comenzar a guardar varias cosas que se me habían quedado afuera mientras Colette se queda platicando con mi profesor.
Tomo agua, y me cuelgo mi mochila. Mi espalda duele. Giro mi cabeza, y ahí está otra vez...
"¿Vas a venir el miércoles?" Pregunta Colette, quién ya está a mi lado y se está poniendo su mochila.
Fingo pensar mi respuesta. Aunque claramente voy a venir. "Sí, voy a venir."
"Okey, entonces yo también vengo." Dice sonriendo. Mi cabeza vuelve a mirar a Marcos.
Colette me mira y sonríe. "¿Por qué no le hablas?"
Desde que le dije, no ha parado de intentar convencerme para que le hable.
"Me da pena." Respondo, comenzamos a caminar hacia la salida. "Además, siempre está con sus amigos."
"Pues entonces háblale por WhatsApp." Colette se encoge de hombros.
Sonrío. En realidad, es una buena idea.
"Pero no tengo su número." Digo.
No sé por qué lo evito tanto.
"Debe de estar en el grupo de handball." Me dice segura de sí misma.
"Bueno, ya veré..."
Seguimos caminando, y nos detenemos cerca de dónde se compran los snacks en la escuela. Pues Colette quiere comprar agua, sólo para ver al que le gusta.
Yo acepté, pues Marcos está ahí también, y puedo verlo por un tiempo más.
Miro mi teléfono, fingiendo hacer algo, porque la verdad no tengo datos para poder ver Instagram o algo así. Levanto mi mirada, él está solo. Sus amigos todavía no llegan.
¿Debería acercarme? ¿Será mi oportunidad?
"Listo, vámonos." Colette llega con su botella de agua. Volteo a verla. Genial.
Ella recoge su mochila y comienza a caminar. Doy una mirada rápida hacia Marcos, sus amigos ya están de nuevo junto a él. Suspiro y comienzo a caminar junto con Colette.