-Celeste, traeme la caja que está al lado de la puerta del fondo.-Gritó mi madre desde la cocina. Se había decidido a mover algunas cosas de su lugar para "una limpieza espiritual", que según ella, una señora espiritista youtuber lo había mencionado para deshacerse de las malas energías que habitaban la casa.
No lo creía en absoluto, pero si no la ayudaba sería peor.
Después de quitar a Tom de encima de la caja de cartón, me dispuse a levantarla, pero me detuve inmediatamente al ver entre las solapas entreabiertas. Era ropa masculina, entre otras cosas.
-¿Mamá? ¿Qué vas a hacer con esto?-Pregunté en voz alta para que pudiera oirme desde donde estaba. Mi corazón empezó a latir con rapidez, como si hubiera terminado de correr un maratón. Preferiría haberlo hecho.
La cabeza de mi madre se asomó al pasillo para verme.-Pensaba deshacerme de eso... ¿por qué?-Preguntó, como si no supiera de qué se trataban. Y la manera en que había dicho aquello me enfureció.
-Son las cosas de papá.-Dije como si ella no lo supiera. Me negaba a mirarla, no soportaría hacerlo en ese momento. Escuché sus pasos acercarse a mi suavemente.
-Cariño, Celeste... tener esto... no me hace bien, tampoco a vos.-Habló casi en un susurro. El ambiente en segundos se había vuelto pesado, y solo quería desaparecer. Me sentí cobarde porque siempre en situaciones estresantes, o incómodas, o generalmente situaciones en las que tuviera que reaccionar, solo trataba de huir, escapaba, y siempre evitaba enfrentar las cosas.
No era bueno, y no le hacía nungún bien a mi corazón... pero tampoco me podía permitir el ser valiente, porque no era fuerte, aunque mostrara lo contrario.
-No, no podés hacerle eso a papá, ¿no lo querés?-Hablé, me enojaba que no lo apreciara lo suficiente como para mantener una caja con sus cosas, algo que son sus recuerdos, lo que dejó atrás, y que físicamente podemos ver y recordarlo. Quería decirle todas esas cosas, pero no podía, en mi garganta había una especie de filtro que filtraba los sentimientos que quisiera expresar, pero que quedan atascados.
-Celeste, ¿cómo podés decir eso?-Su voz sonaba tan dolida que me hizo arrepentirme por un segundo de haber abierto la boca.-No tenés ni una idea de lo que estás hablando.
-Puede ser, pero que tires sus cosas habla suficiente de vos. Las cosas de papá se quedan acá.-Zanjé la conversación, y me fui a mi habitación antes de que pudiera decir alguna otra cosa.
Cuando cerré la puerta, instantáneamente puse mi mente ocupada para no pensar en lo que había ocurrido recién.
Corrí las cortinas para ver como descendía el sol desde mi ventana, y desaparecía detrás de las casas de mis vecinos. Puse música y después de cantar unas tres canciones, le envié un mensaje a Sandra preguntándole si estaba bien y si había hablado con Carlos.
No nos habíamos vuelto a reunir a estudiar, debido a que él estaba "muy ocupado" ultimamente. La prueba se acercaba, y yo había decidido prescindir de él para estudiar, haciéndolo por mi cuenta, cosa que no fue del todo difícil.
Desde lo que me había confesado Sandra sobre Carlos, no podía dejar de pensar que era una vil mentira. Estaba 110% segura de que era un rumor falso, y que él no sería capáz de tal cosa, menos en una fiesta, puesto que es muy calculador en todo lo que hace.
Pero estaba segura también de que aunque fuera verdad, no lo creería, que me traerían las pruebas, y seguiría negándolo, y me sentí mal por mí misma. Había llegado al punto de "amor" ciego. Incluso cuando es solo el novio de mi mejor amiga, y nunca me dio a entender otra cosa.
Tenía que averiguar la verdad para aclarar esto.
Abrí Instagram y le envié un mensaje a Nicolas.
Hola! Tanto tiempo, como estas?
Estuve esperando aproximadamente unos quince minutos para que respondiera.
Si jaja yo bien y vos?
Me alegro, yo bien. Hacés algo hoy? Estoy aburrida
Otra vez tuve que esperar unos cuantos minutos para que respondiera, aproveché para pintarme las uñas de una mano mientras tanto. Me había puesto algo nerviosa por si su respuesta era negativa.
Nada queres hacer algo?
Sonreí de alivio, y procedí a planear hora y lugar en donde nos encontraríamos a "tomar algo juntos", yo solo iba a sacarle información y ver si lo decía de verdad o estaba mintiendo. Solo esperaba que pagara él, porque no tenía mucho dinero en la alcancía, a quien miré con dolor.
Habíamos quedado a las nueve de la noche, en un bar que quedaba un poco lejos de casa, por lo que tendría que tomar un bus. Me mordí el labio con resignación al ver mis ahorros irse en solo una noche.
Cuando ya era hora de marcharme, salí de mi habitación a decirle a mi madre que saldría.
Ella estaba recostada en el sofá, sin ninguna expresión en su cara mientras veía "Caso Cerrado" en la televisión. Me acerqué a ella con cautela.