Ha de caer la noche, en tormento y sacrificio donde se disiente los demonios al azar que crearan caos y destrucción.
Se distingue la sombra de un cuerpo en plena deriva, en el oscuro río Nilo, ensangrentado, atado y amordazado, de una mujer, que se va hundiendo cada vez más al fondo del abismo. En dónde su alma grita por justicia y venganza, para aquellos que decidieron traicionarla.
Ella, rogando a los dioses que la liberen, trata de susurrar- al' umu aljamilat albunduq tusaeiduni fi' iimqadhini hadhih almahanati- ( nut hermosa madre, ayúdame, sálvame de este suplicio)- dando su último bocado de aire, dice- shazaimi al' Atlántico ya allh ya man taerif dar alnufus tahdinii 'iilayh-( shassame dios Atlántico tú que conoces el camino de las almas guíame al el).
El cuerpo de la mujer maltrecho y difumado por el río, va hundiendose al dónde de el, sin darse cuenta que en el se creaba una esfera de luz que caía, y se iba formando la forma de una hermana mujer de ojos morados, desnuda de piel oscura con el cuerpo arqueado, revestida de estrellas.
En dónde también en el medio de la oscuridad, una sombra se moldiaba, una forma humana de un hombre , de inmenso tamaño y hermosura, fornido y veril, con el cabello tan largo y plateado, con la piel broce, y ojos de color de la sangre.
La diosa madre, al verlo comentá- shassame, que haces en éstos monteales- dice viendolo de perfíl.
El Dios ve a su alrededor, como si no le importa , la existencia que lo rodeaba, con lo cuál su vista se fija en el cuerpo de la mujer que se va hundiendo.
La diosa frunce el ceño, y comienza a terciarse levemente, dónde sus emociones quedan escondidas bajo una perfecta máscara de tranquilidad.
El Dios, muy sonriente se va acercando a la diosa, como un lynce al acechó.
La diosa voltea a verlo con leve preocupación en la mirada, y el Dios a provecha ese momento para mover su mano hacia arriba, en dónde el cuerpo de la mujer comienza a levantar aún ensangrentado y con los sacos de piedras al alrededor.
El cuerpo de la mujer termina su camino en los brazos del Dios, que se da cuenta de la poca esencia que le queda a la mujer.
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Editado: 18.06.2023