—¿Creen que en verdad resulte en un buen negocio?
—Por supuesto que lo será, ellos están dispuestos a pagar cualquier precio por tener a esa niña.
—Todos pensábamos que debía ser encerrada por su enfermedad, pero ellos dicen que es muy valiosa. Si lo mira desde un punto de vista macro, no hay mejor postor que esas personas.
—Exacto, podríamos negarnos y seguir viviendo en la miseria de esta ciudad, o venderla, tomar el dinero y vivir en faustos infinitos.
—Aunque, ¿no creen que sería mejor pedirles cantidades enormes de dinero repetidas veces prometiendo dárselas después de saldar una cuota, y después escapar con ella en busca de otros postores? Ganaríamos mucho más dinero del que ganamos gobernando esta ciudad.
—La duda seria, ¿Existen otros postores?
—¡Por supuesto que los hay! El Aether por ejemplo, aún no han llegado a nosotros para hacer negocios, podríamos ir nosotros a ellos.
—¡Estas demente! ¡Ellos podrían asesinarnos! ¡Pueden descubrir quiénes somos en verdad! Además de que ellos suelen tomarse a las personas por la fuerza bajo la idea de la "libertad". De hecho me sorprende que el Nether nos haya propuesto un negocio, cuando ellos son mucho más violentos que el Aether.
—El Aether queda excluido de nuestros planes, pero es posible que afuera existan otras personas, primero contactemos con ellas antes de hacer negocios precipitados con el Nether.
—¿Bueno y como que organizaciones crees que querrían a una niña como ella?
—¿Fuerzas militares quizás?
—Bueno, hagan silencio y escúchenme. Recuerden que no estamos tratando con un negociante cualquiera, hablamos del Nether, un reino tan grande y poderoso como el Aether. Si negamos su oferta o buscamos otros postores es posible que nos la arrebaten a la fuerza, y no queremos eso.
—No debemos tener miedo de ellos.
—Hay que pensar rápido.
—Saben, solo pidámosles un precio exageradamente alto por ella y terminemos con esto.
—Sí, es mejor prevenir
—Pero claro, la palabra final la tiene el gran señor. ¿Usted qué dice?
—Demandemos más que dinero, exijamos fuerza militar, pidamos defensas, reclamemos recursos y esclavos. Si ellos están dispuestos a ofrecer tanto dinero por una joven como ella; significa que es un espécimen extraño, demostrémosles que no somos personas avaras y tontas que caen ante cualquier limosna. Instituiremos a Rangeus como una nación poderosa gracias a este tesoro que tenemos en las manos.
Entrecerrando los ojos y con una visión borrosa, Wind observaba con dificultad las siluetas de muchos hombres reunidos frente a ella; más allá de varios barrotes. Su mente estaba nublada, pero entendía sus palabras; querían aprovecharse de su situación. Se sentía tan agotada que apenas podía medio abrir los ojos y mover los labios imposibilitándose articular palabras, tanto esfuerzo gastó en oír y comprender a esos sujetos que volvió a caer dormida dentro de lo que interpreto como una celda. ¿Cuánto tiempo llevaba allí? ¿Acaso alguien la había encerrado? Lo último que recordaba era la muerte del Capitán Guardia. Decenas de preguntas retumbaban en sus pensamientos e invadían sus sueños hasta el punto de exasperarse tanto que inconscientemente; despertó.
Miró el oscuro y funesto lugar donde se encontraba; tirada en el piso con una sábana sucia encima; dentro de una habitación mugrienta, maloliente, húmeda y protegida con barrotes; una prisión. La chica tardó un momento en recobrar la razón después de llevar dormida un largo tiempo que desconocía; todas las anteriores preguntas que incidían en su memoria las había olvidado, sin embargo volvió a escuchar la voz de aquellos sujetos enfrente de la celda; no había olvidado lo que querían hacer con ella. Todos esos hombres estaban ahí cerca, tenían la apariencia de humanos normales vestidos con ropajes reales y fúnebres; lo que demostraba que tenían un cargo gubernamental muy importante. Conversaban tranquilamente sin percatarse de que ella se había despertado, era muy peculiar como aplaudían a todo lo que decía un hombre en específico; este, portaba una atemorizante mascara negra y una corona de cristal con vestimentas lujosas y oscuras. Wind intuía que ese debía ser el jefe de todos ellos, pero no podía llegar a una conclusión acertada; tenía muchas respuestas posibles a su pregunta ¿Quién es?
—¡Excelente decisión mi rey! —Exclamó uno de ellos procediendo así a aplaudir junto con los demás—.
—¡¿Ese es el rey?! —Pensó Wind asustada, ciertamente era verdad—. ¿¡Cómo es posible que el rey tenga tales planes conmigo?! Si es asi... ¿Quién podrá salvarme?...
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Editado: 16.09.2018