Aarón y Lucas seguían volando en dirección a la Academia; el Núcleo de Sangre estaba ascendiendo a la superficie y seguramente destruyendo todo en su camino, asi que debían llegar a esta para alertar de la situación a los que se quedaron resguardando. Ainz'Razius venía detrás de ellos, bastante cerca; y no parecía tener buenas intenciones, era muy extraño como volaba tan rápido teniendo alas metálicas.
—¡¿Porque nos está siguiendo?! —le preguntó Aarón a su amigo mientras observaba a ese Profesor acercándose a toda velocidad—.
—¡No lo sé!
Justo cuando estaba a punto de colisionar con ellos, Aarón se dio la vuelta con agilidad y procedió a dispararle puntas de cristal para derribarlo. Pero Ainz inmediatamente desenvainó su espada y con una pericia increíble las cortaba todas sin reducir ni un poco su velocidad. Justo al estar a unos cuantos metros de alcanzarlos, Lucas actuó por reflejo rápidamente y desde una de sus manos estiró una gran raíz de madera usando Gaiamancia, con la que atrapó al Profesor para así tirar, arrojándolo contra la superficie con tal fuerza, que una gran nube de tierra se levantó y algunos árboles se vinieron abajo. Aarón estaba impresionado, asi que con emoción, y casi sin aliento le dijo a su amigo:
—¡Lucas eso fue increíble! ¡Bien hecho! ¡Sigue asi!
Lucas ríe y le responde: —¡Gracias! ¡Pero vámonos ya! —Sin más tiempo que perder, de inmediato ambos siguen con su trayectoria de vuelo. El Profesor, profundamente confundido e incluso llegando a estar ofendido, no comprende la actuación de los muchachos, asi que con su fuerza retira todos los árboles que le cayeron encima y se desentierra del suelo; limpiándose su armadura para entonces recoger su mandoble que cayó a un lado. «¿Por qué me derribó? Solo voy a ayudarlos», pensó. Entonces invocó sus alas metálicas tras un hermoso destello de fuego blanco para de un gran impulso volver a volar mucho más rápido que antes, acercándose nuevamente a los chicos. Aarón mira hacia atrás, dándose cuenta que una vez más viene tras ellos. —¡¿Cómo puede volar tan rápido con esas alas?! —Se pregunta el joven asustado. Sin perder el tiemp; aumentan su velocidad de vuelo lo más que pueden activando sus auras; evitando asi que el Profesor los alcance. Poco tiempo después, llegan a sobrevolar encima de una gran roca para inesperadamente percatarse de que ahí se encuentran muchos de los que se habían quedado para resguardar la Academia observando cómo esta temblaba desde lejos, al parecer las elites que se habían quedado se hallaban investigando la situación mientras tanto.
—¡Ayúdennos! —Gritó Lucas desde el cielo—. De inmediato todos esos estudiantes con sus armaduras y armas empuñadas miraron hacia arriba para observar a los chicos aterrizar junto a ellos. —¿Qué paso? ¿Dónde estaban? ¿No deberían haber estado con nosotros todo este tiempo? —Preguntó uno de los estudiantes enojado—.
—¡El Profesor! ¡Oculta muchas cosas! ¡Viene por nosotros! —Murmura Aarón mientras jadea agachado por el cansancio, y señala al cielo para mostrarles al Profesor llegando. Este aterriza de repente y además de quebrar un poco el suelo rocoso por el impacto, levanta una nube de polvo que hace toser a todos, entonces da unos pasos, totalmente indiferente a la reunión, y con una gran seriedad grita: —Yo solo he venido a ayudarlos, ¡No saben lo que les espera! ¡Síganme! ¡Debemos evitar la caída del Aether!
Sin decir nada más que decir, alza el vuelo una vez más con toda velocidad en dirección a la Academia. Uno de los estudiantes, totalmente confundido se acerca a Lucas, le toca el hombro y le pregunta: —¿Qué está sucediendo?
—En su rostro y en sus ojos se escapan los profundos indicios del miedo que invade a ese pobre muchacho, casi causando lástima. Lucas voltea a verlo con una expresión de desespero y con una actitud cortante. Demostrando casi la misma confusión, le responde: —Creo que podrás verlo por tu propia cuenta —entonces al igual que el Profesor, también emprende el vuelo hacia la Academia; todos lo siguen—.
Solo unos minutos después llegan a la única entrada al territorio Académico; la puerta en el gran campo de fuerza. Ainz entra con la velocidad y agilidad de una flecha levantando detrás de sí una cresta de polvo por el viento que corta a su paso. La Academia tiembla terriblemente, muchas de las esculturas, columnas y decoraciones se encuentran quebradas o tiradas en el suelo; un completo desastre. Después de atravesar esta plaza exterior alcanza la verdadera entrada: La entrada al entorno cerrado donde se encuentran los salones de clase y todo el sistema académico. Con la velocidad que lleva en poco tiempo llega hasta el centro de todo el castillo, otra plaza enorme en la cual se encuentran todos los caminos a todos los lugares y salones; en la cual el temblor se siente mucho más intenso y el techo se cae poco a poco. En vista de eso, de un grito alza su mano encendida en un tipo de relámpagos blancos y la golpea contra el suelo haciendo asi que de este surjan decenas de columnas metálicas que se levantan muy alto para sostener el techo y para que el lugar resista el temblor que cada segundo se hace más fuerte. Entonces se queda de pie con sus alas extendidas observando el gran mosaico redondo pintado en las baldosas, esperando que suceda lo que él sabe que sucederá. El mosaico procede a deformarse y a levantarse, al parecer por algo de un color carmesí resplandeciente que está manando; el gigantesco Núcleo de Sangre con la apariencia de un orbe de lava roja se levanta rápidamente hasta quedar flotando en medio de toda la plaza académica interior; encima de un oscuro abismo que había creado al subir. Inmediatamente el temblor cesó. El tamaño de este en un lugar relativamente abierto realmente infundía terror. El abismo se mostraba oscuro en su totalidad, como un salto a la noche absoluta.
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Editado: 16.09.2018