Academia de Asesinos: Ulfar, martillo helado

Capítulo 19: Reunión de emergencia

Dos semanas después, Sarko convoca a una reunión estratégica con un amplio contenido solo para los capitanes y sus respectivos vicecapitanes. El motivo es mucho más complejo que diagramar movimientos como patrullaje o algún viaje hacia otro Jarldom vecino como suele realizar Sarko.

Estas reuniones estratégicas suelen realizarse una vez cada semana y no duran más que dos horas como mucho. Las que suelen durar mucho más son aquellos en las que involucran a grupos peligrosos o la estabilidad de una parte de Rivahan está en peligro.

De cualquier manera, Sarko convoca a tal reunión por algo que los capitanes ignoran.

Haalkan no es alguien que etiquete a sus subordinados en rangos ya que cada uno es leal y competente a su manera. Y aunque son los menos numerosos, su destreza iguala a los jinetes de Markus. Además, cuentan con la mayor disciplina en Rivahan por lo que son bien vistos por todos los guardias y guerreros, así como por Sarko.

Como pedido hacia el Jarl, Haalkan lleva a Ulfar para que observe y aprende acerca de lo que se considere como las artes de la política en el norte. El capitán le explica un par de cosas para que no cometa errores tales como interrumpir o ya de por sí hablar. Solo los capitanes pueden decir algo. Tampoco se puede sentar. Simplemente debe quedarse en silencio detrás de su capitán y escuchar. Absorber la mayor cantidad de información.

Los dos llegan al palacio y sin llevados al gran salón donde se puede ver un enorme espacio con columnas de madera y caballos tallados en ellas. En el centro una mesa de roca con forma inconcreta. A su alrededor están ubicados los capitanes de las ocho unidas que componen la fuerza militar de Rivahan.

Markus, correspondiente a los jinetes y la más grande, poderosa y cuya presencia es digna de respeto y honorabilidad entre los que viven en el Jarldom. Detrás de él se ubica un joven de apariencia revoltosa, así como rabiosa mirando a todos los lados con expresión de impaciencia. Su nombre es Astold Bakke reconocido como quien puede convertirse en el sucesor de Markus cuando se jubile o muera. El combatiente de los jinetes mejor conocido como “el batallador demente”, centra su mirada hacia Ulfar. Se alcanza a sentir la tensión, pero rápidamente es cortada cuando Markus lo calma a modo de advertencia que en el palacio no debe haber conflicto. Astold repite unas dos veces que ya sabe las reglas y que no se preocupe…por el momento. Markus solo suspira con preocupación, pero no se permite pensar en esas nimiedades ya que hay algo más urgente que una posible trifulca.

Haalkan llega hasta la mesa y toma asiento sobre una silla de madera. Detrás se coloca Ulfar llevándose las miradas de los escasos presentes. Al lado del capitán y líder de Ulfar se encuentra Helga con su mano derecha, mejor amiga y vicecapitán de las escuderas protectoras de Gayra y la familia noble, Ivika.

Ulfar está impresionado, observando a los que están sentados ya que cada uno muestra una faceta personal imponente. Son todos fuertes ya que cada uno es un capitán y junto a ellos están los que los siguen en rango. Miles de pensamientos transitan la mente de Ulfar, se siente entusiasmado de poder aprender todo lo posible sobre esos grandes guerreros.

Helga se acerca hacia Haalkan y en voz baja le dice:

—Por fin te decidiste a tener un vicecapitán. No me esperaba que fuera Ulfar.

—No, es solo que quiero que escuche y aprenda.

—Sabes muy bien que todo lo que se hable aquí no puede decirse afuera ¿verdad?

—Si, lo sé. Por cierto ¿somos solo nosotros?

—Buena pregunta. El capitán Fresbier fue enviado a una misión muy cerca del Jarldom Viruka al oeste de Rivahan. Los demás no estoy segura. Los otros cuatro estarán con sus cosas. —exclama Helga.

Markus, con un jarrón de cerveza en la mano, eructa y roza con su brazo la barbilla y boca para quitarse la espuma y residuos de la bebida. Luego se enfoca en los cuatro frente a él:

—Dicen que la reunión de hoy es bastante seria.

—¿Sabes porque fuimos invocados? —pregunta Helga.

—Por supuesto. Nosotros trajimos información al Jarl que puede alterar la estabilidad tan débil de Rivahan. —responde el enorme hombre contenido por el dulce sabor de la cerveza.

—¿Qué está ocurriendo Markus? —pregunta Haalkan.

—Lo sabrán en un rato. —se pone serio.

Haalkan jamás lo había visto tan serio a Markus. Incluso en los años que lleva sirviendo al Jarl, la expresión del capitán de los jinetes alternaba entre la ansiedad, alegría o enojo, pero jamás la seriedad que para él simboliza lo aburrido que es alguien. Ahora lo ve serio y siente que el asunto que los reúne es grave:

—Ulfar. —dice Haalkan atrayendo la atención del montañés.

—¿Sí? —se acerca.

—Las reuniones pueden suceder de tres maneras. Número uno, cuando el Jarl lo solicita tiene el poder de convocar. Número dos, cuando ocurre un suceso que obliga a todos a reunirse sin necesita que el Jarl lo haga. Y número tres, cuando un capitán lo solicita. Para esto debe darse una única condición y es que ocurra algo tan inminente que provoque severos cambios en Rivahan. —explica Haalkan.

—Entonces si el capitán Markus convocó una reunión significa que está pasando o va a pasar algo. —dice Ulfar.




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