Academia Sobrenatural

Capitulo 3: La Tarjeta

Comenzaba a recobrar el sentido, lentamente separaba mis párpados. Después del profundo sueño, causado por aquella niebla que inundó el autobús.

Mi cuerpo estaba entumecido, se sentía como si hubiera dormido por mas de un día. 
Difícilmente, abrí mis ojos, y comencé a examinar mi alrededor. Éramos poco los chicos que habíamos logrado despertar.

Al igual que yo, estiraban sus extremidades y cadera, algunos tronaban los dedos y otros bostezaban. 
Levanté la mirada y me percaté, que no había ni conductor, ni aquella señorita que nos dejó inconscientes.

Miré a Alice, estaba dormida, de hecho… estaba babeando. Un poco asqueroso la verdad.
Entonces, evitando su saliva, me puse por encima de ella y me asomé a la ventana. Mire que nos encontrábamos en un estacionamiento, en lugar totalmente extraño para mí.

En frente nuestro, un conjunto de edificios se alzaban, miré a los alrededores y habían mas edificios ninguno sobrepasaba los 3 pisos. Estaba claro que habíamos llegado a la tan misteriosa "Academia".

La verdad me esperaba el tipo de escuela a lo Harry Potter, lleno de castillos y calabozos o algo muy futurístico. Pero lo mas parecido, era un típico campus de Universidad, lleno de varías instalaciones, seguramente para diferentes propósitos.

Una voz llamo mi atención, me alejé de la ventana, era aquella mujer, se detuvo en la entrada del autobús.

- ¡Chicos, hemos llegado!- nos exclamo sonriente- ¡Despierten a sus compañeros! El profesor Henry les esta esperando afuera. El les entregará las tarjetas de sus habitaciones….

De pronto, una voz muy masculina le interrumpió desde lo lejos  - ¡Samantha! ¡Baja de una vez! El director te esta esperando. !Descuida! Me haré cargo del resto.

Ahora sabia, que tan agradable señorita, se llamaba Samantha.
Ella miró con cierta chispa en los ojos, en dirección de donde provenía, aquella varonil voz, con poco de inquietud, pero con una sonrisa que escapó de su boca, se arregló el cabello y susurro algo que no entendí. 
Entonces bajó y se alejó del autobús, sin decir nada más.

- ¡Muévanse o tiraré sus tarjetas a la basura! Y los mandaré a dormir en el bosque con los "Tarascas"- nos gritó aquélla voz. Por la puerta se asomó, un hombre alto y fornido, de cabello negro y tez clara.

No sabía, si los chicos se intimidaron por su presencia o estaban emocionados por bajar. Ya que se armó un alboroto.
Algunos de los estudiantes que no bajaron inmediatamente. Hicieron caso y comenzaron a despertar a sus compañeros, algunos les sacudían salvajemente y otros les gritaban.
Pero la mayoría despertó por el ruido que se lleno en el ambiente. Y de manera muy desorganizada, bajaban por la puerta del autobús.

Como yo me encontraba junto a Alice, lo primero que se me ocurrió fue despertarla, pero entonces recordé la cachetada que me debía.

-Te haré pagar pelirroja…- susurré malévolamente.

Y lo primero que quise fue vengarme, pero no lo hice, ya que Alice casi nadaba en su propia saliva. 
Y como si fuera la oportunidad, para librarme de ella, me bajé del autobús con el resto del grupo.

Allí se encontraba el apuesto profesor, a unos cuantos metros, con los alumnos formando una fila en frente a él.
Pensé en formarme para recibir mi "Tarjeta", a pesar de que no tenía idea de su utilidad, pero luego me percaté de que todos en la fila, traían sus maletas consigo.
Pensé en buscar mi maleta.

Pero sin saber el porqué, y sin el menor sentido, mis neuróticos pensamientos aparecieron. Me sentí muy frágil e insegura en ese momento. Los miedos que había estado ignorando desde que subí a ese avión, retumbaron en mi cabeza.

Entendí que estaba en sitio  completamente desconocido, sola y temerosa, alejada de mi madre y mis pocos amigos, alejada de todo mi circulo social y de todo lo que conocía, además de no saber que sería de mi, en aquel lugar lleno de chicos iguales o posiblemente mas extraños que yo.

Pensé que me daría un ataque de pánico.

- Cálmate Katt, cálmate…- pensé para mi misma- No entres en pánico. Solo... actúa como los demás. Mézclate entre ellos…

Los temores que estaba teniendo desaparecían y misteriosamente una feroz actitud y valentía se apoderaba de mi. Si ya había llegado tan lejos, ahora necesitaba averiguar porque mi madre confiaba tanto en este lugar. Y el por que Alice estaba tan entusiasmada por llegar.

Algo de bueno debería de tener.

Recobre la intención de encontrar mi equipaje, miré a todas direcciones, los chicos que se incorporaban a la fila, salían de detrás del autobús con sus maletas. 
Fui hacia allá, las maletas estaban ahí paradas, con una etiqueta que tenía los nombres del propietario.

Inmediatamente reconocí la mía, una roja con ruedas. Al lado, estaba una maleta negra que decía "Alice". Me llevé la mía y fui hacia la fila, pero me detuve arrepentida, recordé que fue Alice, quién me había despertado en el avión, además había sido ella, quién bajo mi maleta del avión.

En contra de mi sentido común, regrese por su maleta y me dirigí a la puerta del autobús, para subir y despertarla.
Pero lo primero que vi, fue a ella bajando del autobús. Con su boca limpia de saliva. Y sus ojos radiantes de sorpresa. Miraba a todos lados, admirando el paisaje. Aunque para mí, eran una simple escuela.

Entonces me vio, me sonroje de la vergüenza. Pensé en escapar. Pero no tenía a donde ir. Comenzó a acercarse hacia mí. Aunque su mirada estaba calmada, mis instintos esperaban un ataque en cualquier momento.

Pero nada pasó.

- ¡Oh! Gracias por traer mi maleta Katt- me agradeció amablemente. Asentí y con mi cuerpo en alerta le di su maleta- Te ves tensa… ¿Estas bien?... Seguramente, el hechizo del sueño que nos lanzaron debe estarte afectando. Sinceramente, ha sido el mejor sueño de mi vida. Aunque... !Ouch! Mi cuello se siente entumecido




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