Finalmente y con ayuda de Bea pude saber exactamente el lugar en donde me encontraría con Henry. Estaba emocionado y muy nervioso con nuestro encuentro, sin embargo, algo de mi pensó que estaba siendo demasiado impulsivo en querer ir a un lugar al que ni siquiera fui invitado y eso, tal vez, podría molestarle.
Si bien ya estaba en el aeropuerto y con pasajes ya comprados, decidí pedirle consejos a mi gran amiga Nora.
- Alex ya estás en el aeropuerto, ve con tu con hombre, estoy segura que estará feliz de verte y de lo contrario habrás conocido una paradisíaca isla del pacífico y tomarás unas bien merecidas vacaciones antes de tu campaña.
Nora como siempre tenía razón así que le hice en embarqué en ese avión donde luego de unas catorce o quince horas estaba ya en Australia, para luego tomar dos vuelos más hasta mi destino final en Nauru donde debería encontrarme con mi príncipe.
A penas toqué suelo opté por finalmente llamarlo pero este no me contestaba, insistí muchas veces pero nada. Admito que eso me preocupó y hasta me hizo replantearme muchas cosas pero de pronto él me estaba devolviendo el llamado.
- Hola - Respondí apresurado
- Alex, que ocurre amor?
- A que no adivinas en donde estoy?
Por su puesto que nunca estuvo ni cerca de adivinar y le tuve que decir que estaba más cerca de lo que creía.
Un silencio apareció de pronto desde el otro lado de la línea.
- Henry sigues ahí, hola? - Y simplemente me colgó la llamada.
Nuevamente empecé a ponerme nervioso.
- Me habré equivocado en venir sin avisar o tal vez me dieron alguna información incorrecta o tal vez... - Ya no sabia que más agregarle a mis pensamientos en voz baja.
De pronto y mientras esperaba por una solución, una camioneta blindada apareció en la puerta del aeropuerto e indiscretamente dos sujetos se bajaron y preguntaron por mi.
- Si soy yo, hay algún problema?
- Solo acompañenos.
No me quedó otra que ir con ellos, estaba muy asustado.
- Díganme que es todo esto, por favor.
Cuando abrieron la puerta del auto, vi a mi novio sentado sentado en el asiento trasero.
- ¿Mi amor? - Sonreí levemente y me senté junto a él.
- Por que me cortaste la llamada y por qué tanto hermetismo, amor?
Henry estaba inusualmente callado, ni siquiera volteaba a verme y simplemente parecía una estatua.
Traté de tomar su mano pero este la quitó abruptamente.
- Qué está pasando Henry?
- No debiste haber venido, que haces aquí?
- Pensé que sería lindo venir a verte de sorpresa porque pensé que realmente querías de mi compañía que te sentías solo y... y por eso estoy aquí.
Al llegar a la casa que le habían asignado, las cosas comenzaron a mejorar un poco.
- Alex supongo que quieres escuchar una explicación del porque actúe de esa manera y es porque no puedo distraerme con una relación y tengo que enfocarme en ser un verdadero príncipe que desde que estoy contigo me he olvidado de mis funciones.
- Perdón por ser una distracción para ti, al haber sabido eso antes no hubiese hecho el loco de venir hasta acá y es cierto debí preguntarte antes, fui impulsivo, lo admito pero podemos solucionar esto y prometo que no te molestaré en tus actividades como príncipe y ahora me podrías dar un beso?
- No - Fue su respuesta.
Este chico que estaba parado frente a mi no era Henry, físicamente era idéntico pero no era él hombre del que me enamoré.
- Bien, dejaré mis cosas por aquí e iré a la playa no pagué para verte con esa cara de cinco metros y si vas a estar Henry prefiero disfrutar de esta hermosa isla.
Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y para evitar que me viese llorar caminé hacia la calle sentándome en un muro que daba hacia el océano pacífico donde finalmente me quebré.
- Qué te han hecho Henry?
- A mi no me han hecho nada, sigo siendo el mismo, solo que aquí las cosas son diferentes, no vine de vacaciones Alex, vine a conectar esta isla con la monarquía británica.
Agregando a sus palabras que esto era algo que yo no iba a entender.
- Primero me dices que no lo estás pasando bien aqui y me dices que me extrañas, que me amas y todo eso que me dijiste al teléfono hace tres días lo que me hizo tomar una desición para venir a verte y sorprenderte para que me recibas de esta manera, es verdad no lo entiendo y ahora quisiera estar solo su majestad o más bien, como te gusta que llamen, su alteza real.
- Alex?
- No, no trates de convencerme y de verdad ahora quiero estar solo, respeta mi espacio.
- Quieres que respete tu espacio, así como tu respetas el mio?
Y vaya que tenía que tenía razón con lo que dijo, no debí haber venido.
- Hagamos una cosa, quieres conocer como han sido mis últimos días aquí, ven - Estrechó su mano para que yo la tomase. Me demoré un poco en aceptar pero finalmente lo hice y juntos caminamos hacia su casa donde me hizo probarme unos de sus típicos trajes de cuello y corbata.
- Quieres que me ponga tu ropa, ni siquiera somos de la talla, soy más alto que tú - Pensé que con mi chiste se reiría un poco pero no y es más se molestó.
- Me quieres acompañar o no?
- No lo se, no estoy seguro ya que no te conozco yo.. yo vine a ver mi novio pero creo que me equivoqué de isla, una pregunta, tu conoces a Henry Fox.
- Sigo siendo yo pero ahora tengo una responsabilidad.
- Y esa responsabilidad no te permite tener una relación?
- En estos momentos te haz vuelto una distracción, entonces vienes o no?
A pesar de todo acepté ir con él solo para entender un poco de lo que era ser un príncipe en esta pequeña isla llamada Nauru.
Una de sus actividades era ir a un colegio y hablar un poco sobre el cambio climático entre otros temas. Recordando así aquella vez cuando estuvimos en un hospital de niños en Londres donde Henry les preguntó a los niños sobre si sabían quien era yo y aquí hizo exactamente la misma pregunta.
- Saben quien es él o al menos quien soy yo.
Y por supuesto negaron con la cabeza.
- Yo soy el príncipe Henry de Inglaterra y él es Alex Claremont ‐Diaz hijo de la presidenta de uno de los países más poderosos del mundo, Estados Unidos y además este hermoso hombre junto a mi es mi novio y pronto será mi esposo, te amo Alex - Dirigiendo la mirada hacía mi.
- Yo te amo más - De pronto sentí como el verdadero Henry estaba justo a mi lado.
Los niños vieron nuestra relación como lo que es, algo normal, sin embargo hubo un niño que le preguntó a Henry si era malo ser gay.
- No, no es malo amar a otro hombre o que una mujer ame a otra mujer pero algunos países si es un tema y debes tener cuidado pero no es que sea algo malo.