Acaso Dije Que Sería Fácil?

::Cap 31:: No Existen Las Puertas Cerradas

Y contra viento y marea decidí ir en busca de mi Henry para secuestrarlo e irnos juntos a un lugar en donde nadie nos conozca, sin protocolos, sin prejuicios y sobre todo sin nuestras familias. Estando lejos, incluso de nuestros países.
Pero para eso primero debía hablar con Henry y convencerlo de que esto va ser lo mejor para nosotros.
Sabia que para eso debía acercarme a él y no terminar como la última vez que intenté acercarme a este palacio.
- Señor Claremont‐Diaz que está haciendo acá y entre los arbustos, parece un ladrón - Era Shaan su asistente.
- Tu crees que podrías ayudarme?
Hubo un silencio incómodo entre donde por un segundo pensé que me sacaría con la policía.
- Está bien lo voy a ayudar solo porque su alteza no ha estado bien con la situación y aquí entre nos, él sigue enamorado de usted y desde que se alejaron el vive sentado en su piano con una mirada triste y no soporto verlo porque además de mi "jefe" es un buen amigo y lo estimo mucho, no se porque le estoy contando estas cosas, es mejor que nos apuremos si quiere que lo ayude.
Se veía que Shaan eran muy buena persona y se notaba que de verdad quería a Henry y lo que ambos teníamos. 
- Gracias - Dándole un fuerte abrazo.
El asistente de mi príncipe me llevó a una entrada secreta.
- Hasta aquí no más puedo acompañarlo señor y supongo que usted sabe cual es la habitación de su alteza.
- Si, gracias Shaan y por favor trátame de tu si ya nos conocemos.
No se porque estaba tan nervioso pero finalmente vería a Henry después de mucho tiempo de la última vez que hablamos donde las cosas no terminaron muy bien.
Me paré frente a su puerta, me arreglé, tomé aire y golpeé a su puerta.
- Si,adelante - En cuanto él me hizo pasar estaba convertido en un mar de nervios. No sabía cual iba a ser su reacción.
- Hola Henry, podemos hablar?
En cuanto me vio sus ojos se iluminaron y eso me daba una buena señal.
- Se que debe parecerte extraño que yo esté aquí tan temprano y en tu casa pero realmente necesitaba verte, me puedo sentar?
Al ver que me dejó un espacio en el banquillo de su piano para que pudiera sentarme junto a él fue otra buena señal. 
Admito que en ese momento mi corazón estaba muy acelerado al igual que mi respiración incluso temí que quisiera bésarlo sin su consentimiento.
- Es mejor que vaya, creo que no debí haber venido, que idiota soy. 
- Espera, no tienes para que irte - Tomó de mi brazo en el momento en que el pensaba pararme.
- De verdad que no puedo.
Argumentando que si lo hacía, no iba a responder de mis actos.
-  Y cuales serían esos actos  - Su tierna y a la vez picarona sonrisa iluminaron el lugar.
- Créeme, no querrás saberlo, aunque si debo admitir que me sorprendió la manera en la me recibiste ya que de verdad creí que me sacarías con tus guardias como aquella vez.
- Yo no podría sacarte ni aunque quisiera pero dime una cosa Alex, como es que pudiste entrar, todos aquí tienen una orden estricta de no dejarte pasar.
- Para Alex Claremont‐Diaz no existen las puertas cerradas.
En cuanto dejamos las bromas y las tonterías creímos que ya era tiempo de hablar en serio. Donde nuevamente mis disculpas fueron el tema principal.
Ya parecía una historia repetida pero no me iba a quedar tranquilo hasta que finalmente Henry me pudiese perdonar en serio.
- Es que en serio te echo de menos, mi amor.
- Yo ya te perdoné  y no se cuantas veces debo decírtelo - Parecía chiste y sin embargo, lo estaba diciendo muy en serio.
Quedé pasmado en cuánto lo supe que no encontraba la respuesta para darle en ese momento.
- Lo dices en serio? 
- Yo también te echado mucho de menos y necesitaba tenerte a mi lado, sentir tu cuerpo, tus besos y el poder decirte te amo mirándote a ojos y poder acariciar tu mejilla, besarla y saber que vas a estar ahí para mí.
- Siempre voy a estar para ti mi amor y ese discurso estuvo hermoso - Lentamente comenzamos a acercar nuestros labios para culminar con un apasionado beso, el cuál me obligó a lanzarlo a la cama donde comenzamos a quitarnos la ropa. Todo parecía ir bastante bien ya además moría de ganas de hacerle el amor y estuvimos a punto de lograrlo cuando,de pronto, aparece su hermana en la habitación.
- Bea? - En un aparante nerviosismo - Puedo explicarlo pero vamos a hablar al pasillo - Agregó Henry.
- Mi amor antes de que vayas con ella quiero decirte que gracias por darme esa oportunidad de hablar y por escucharme pero lo mejor en este momento, es que yo me vaya no puedo seguir haciéndote más daño, te amo.
No estaba seguro si está desición había sido la correcta y me cuestionaba constantemente sobre aquello.
- De ninguna manera voy a permitir que te vayas, eres el amor de mi vida, te amo Alexander Gabriel Claremont‐Diaz.
- Yo te amo más Henry George Edward James Hanover‐Stuart Fox.
Aproveché aquel momento para poder hablarle sobre el plan de querer juntos a un lugar en el que nadie pueda encontrarnos.
En cuanto escuchó mi plan, sus ojitos le brillaron como nunca, se veía tan hermoso.
- En cuanto salgamos de aquí todo será maravilloso y podemos conocer el mundo, recorrer cada sitio tomado de las manos y olvidarnos por un segundo de quienes realmente somos.
De pronto, su mirada, dulce cambió drásticamente a una de confusión y tristeza.
- Todo suena muy bonito Alex, pero tengo miedo de que nos pase algo estando lejos, olvidarnos de quienes somos puede ser fácil, pero el mundo se olvidará de eso?
- A que te refieres?
- Solo quiero decir que para el resto de mundo seguiremos siendo el príncipe Henry y Alex Claremont‐Díaz  y al país al que vayamos no voy a sentir seguro cuando alguien nos vea, se que tus intenciones son lindas pero debemos estar siempre protegidos y se que tu siempre cuidarás de mi pero yo no podré protegerte a ti, soy muy débil.
- Acaso dije que sería fácil? Recuerda que si estamos nada va a pasarnos.
A pesar de que siempre me mostraba confiado en el fondo también estaba aterrado de lo que podría pasarnos pero quería que él estuviera seguro y pudiéramos estar juntos sin importar el lugar.
- Se que mientes Alex y lo puedo sentir, siento que también estás muy asustado, esta relación tendrá que sobrevivir solo bajo cuatro paredes.
- Debemos dejar de tener miedo mi amor, creí que ya lo habíamos superado pero esta vez iré a tu ritmo, te amo - Estaba por darle un corto pero nuevamente fuimos interrumpidos por su hermana.
- Esto tiene que ser una broma - Pensé en silencio.
No se alcanzó a escuchar, esperaba que no.
El motivo de que Bea estuviera en el cuarto de Henry fue decirnos que el otro hermano de mi novio, Philip, nos había invitado a almorzar a su casa.
- Iremos al palacio de Buckingham?
Mi pregunta hizo que ella me odiara aún más.
- No nos importa si no vas Alex y si quieres mi opinión es mejor que no vayas - Luego se retractó admitiendo que, aunque yo no fuese su persona favorita en ese momento, le gustaba ver a Henry feliz y que eso realmente era lo que importaba.
- Gracias por darte cuenta de que yo jamás volveré a lastimar a quien más amo - Tomé la mano de mi novio que estaba a mi lado y entrelazamos nuestros dedos.
- Solo espero que cumplas Alex.



#1143 en Fanfic

En el texto hay: amor gay

Editado: 12.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.