—¡Rochester, Rochester! —grita mi madre — ¡A desayunar!
Mi madre sin sus gritos no sería mi madre. Es única esa mujer.
Tendré que bajar enseguida porque sino lo que me caerá son escobazos, mi madre es de otro planeta, mejor dicho del planeta de los humanos, ella no es una loba ni nada por el estilo. Lleva años intentando convertirse en una loba, más le es imposible. No pierde la fe.
Claro que sí se podría, de otra manera diferente, una mordedura de papá, la ayudaría, empero, papá jamás aplicó esa táctica por más que mamá se lo pidiera, decía que jamás haría eso, verla sufrir en la transformación no, preferiría morir.
Papá la prefiere así. Y nosotros sus hijos también. Somos cinco hermanos y yo soy el último.
Hace unos días me cambié de academia y me expulsaron por pelearme con otro alfa, Fenrir Farkas, de la manada de los Farkas, siempre está entrometiéndose donde no debe. Bueno, yo también tengo la culpa.
El caso es que mi nueva academia es interesante, hay muchas chicas lobunas hermosas, muy pocos hombre lobo, la gran mayoría son de la manada de los Dolphi, eso escuché.
Lo que lidera en esta academia son las chicas lobas y, sobre todo, la manada de los Daciana. Pero ninguna como ella. Desde que llegué su olor me ha perturbado, casi todos los chicos comentan de ella. Y, yo aún no he tenido ese honor de conocerla.
Me dirijo a la entrada de la academia y su olor se hace más intenso. Y, ahí está ella, junto a la ventana de un coche negro, hablando con alguien.
Accalia, ella es, su solo olor me hace perder la cordura, quiero lanzarme y olerla, sin embargo, los entrenamientos de autocontrol están haciendo efecto, porque no quiero asustarla o que piense que soy un un lobo imbécil que no sabe controlarse.
《Corre debes olerla》
—No, no, no lo haré, yo soy un Chann que sabe controlarse y no pienso arruinarlo —respondo a mi yo lobuno hormonal.
Su olor me persigue, sé dónde está en estos momentos, más no oigo su voz y eso me preocupa. En nosotros los lobos cuando encontramos a nuestra LunaOmega podemos escuchar su voz, sus pensamientos más importantes.
Sin embargo, prefiero subir a la azotea antes del inicio de clases y ponerme a escuchar música, eso ayuda a relajarme. No logro,entonces, llamo a papá, necesito sus consejos a mis hermanos no, no quiero ser la burla de ellos. Ellos siempre presumen su buen control ante las chicas, aunque ninguno ha encontrado todavía a su LunaOmega.
Enseguida marco su número e inmediatamente responde:
—Pá, es de suma urgencia, al parecer he encontrado a mi luna —dije sin rodeos ni titubeos.
—Hijo me alegra mucho —suena del otro lado —¿Quién es? —pregunta
—Eso no importa, cómo hago para controlarme y no arruinarlo, cómo hago para acercarme y ser cordial y, no parecer un completo imbécil…
“Imbécil ya fui”, pienso recordando mi otros amoríos.
—Primero lo primero, practica el autocontrol —habla agitado —no la mires a los ojos tampoco te acerques mucho, eso ayudará a que te mantengas al margen —suspira.
—¿Solo eso? —digo con frustración —no creo que lo logre.
—Tampoco lo creo —responde burlonamente —hijo, pero estás seguro que es tu luna —sugiere con cierta duda —yo a tu edad tuve varias lunas de un día —ríe —no se lo digas a tu madre —bromea.
A lo cual corto inmediatamente, no es de ayuda el señor.
Me quedo pensativo, y si lo que dice papá es cierto, quizá es una atracción de un día. Cosa que también me pasó en mi antigua academia, tuve lunas de un día e incluso de horas.
Suena el timbre del inicio de clases sacándome de mi ensoñacion filosófico.
En qué problemas me metí, esto de ser bravucón me trajo consecuencias, no debí caer en las insinuación de Lea, la novia de Fenrir Farkas ni tampoco pelearme con él por eso, ahora estoy tan embobado por una loba que ni siquiera sabe que existo.
Bajo las escaleras casi a tropezones. Me sudan las manos.
Maldigo internamente.
《Además de bobo eres torpe》—susurra mi lobo.
—¡Ya callate! —suspiro con molestia a veces eres muy molesto.
Camino por los pasillos acogedores de mi nueva academia. Muy bonita vista que da al lago verdeazul. Parece un castillo de cuentos, bueno, solo faltarían hadas y otras criaturas para que luzca así.
Muchas lobas suspiran al verme, algunas se lanzan a acorralarme lo cual ignoro. Saco mi ficha de para recordar que salón es y…
《Tonto, es 3A, Luna Rugiente》—responde.
—¡Callate!
《No me calles…uyy el olor, el olor, ella será tu compañera, vamos ve a olerla, vamos…》
Camino sin mirarla, presiono mis audífonos con tanta fuerza que logro hacerle trizas.
Las chicas corren a saludarme, sonrió por cortesía.
Ella está a tres mesas delante de mí. No sé inmuta a mi presencia, es más, está entretenida en un cuaderno no sé si escribe o dibuja. Me quedo viéndola, su pelo cobrizo ondulado, sus orejas blancas…
《Es nuestra Luna, es nuestra Luna, sin ella moriremos》
—Creo que sí —digo aceptando el destino que nos tocará a mi yo lobuno y a mi yo humano —estamos perdidos.
Entra el profesor de Historia Lobuna en la adolescencia. Lo dice su insignia de presentación que más parece un cartel. Nuevamente tengo que repetir este curso, no me va bien a decir verdad. No obstante, agradezco ser un flojo…pues solo así, por fin, conocí a mi LunaOmega.
—Chicos a sus asientos, ah y tenemos a un nuevo en el salón —dice mirándome —¿quieren conocerlo?
—¡Sí! —responden las chicas y algunos chicos me miran con desdén, seguro que los líos ya empezarán ¿acaso atraigo el caos?
—A pedido del público, adelante, señor Chann —se queda en silencio y cambia de postura.
Sus ojos me parecen familiares. Mi lobo interno intenta reconocerlo…
—No te esfuerces —le digo internamente —su olor es muy familiar.
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Editado: 22.09.2024