Elise Pov
“Se que hice mal, pero dame tiempo…no quiero perder lo que tenemos y te prometo que arreglare todo” — releo por quinta vez el mensaje de Arturo que llego hace poco tiempo… ¿Cómo quiere que le crea si no demuestra que esta haciendo nada por nuestra relación?
Aunque en este punto no sé si se puede considerar que aun tenemos una relación, trato de no seguir pensando y dejar todo esto de lado, no debí de entusiasmarme tanto y menos en tan poco tiempo con Arturo.
Trato de dejar todos estos pensamientos de lado y me concentro en buscar mis cosas para poder darme un baño, pero mi tarea se ve interrumpida por el tono de llamada de mi celular, rápidamente lo tomo y veo que es mi madre.
—¡Hola mamá! —la saludo —¿Cómo han estado? — pregunto ya que en este momento deben de estar en México visitando a mis tíos Guadalupe y Rodrigo.
—¡Hola Linda! —saluda de vuelta—Estamos bien, tu padre con Rodrigo, salieron a comprar unas cosas y tu tía Guadalupe se esta dando un baño—responde—linda, ¿todo bien?, tu voz se escucha algo apagada, ¿me quieres contar que paso? — pregunta, y suelto un suspiro antes de contarle todo lo que esta pasando en mi vida desde aquella visita después de navidad. —Linda; se que esta situación es muy difícil para ti más porque estabas muy entusiasmada cuando nos visitaste en navidad, pero trata de concentrarte en otras cosas como tu trabajo, sal más con tus amigas o puedes volver a retomar tus clases de pintura— dice lo ultimo por lo bajo, ya que eso hacia después del aborto para tranquilizarme un poco de canalizar los ataques de ansiedad que tenía después.
—Tratare mamá, por fortuna no lo tengo que ver todos los días, ahorita solo se ha aparecido una vez desde el incidente—le cuento.
—Hija, se que yo misma te aconseje que te dirás una nueva oportunidad en el amor, pero si sientes que no es prudente en este momento, concéntrate en terminar este proyecto y cuando estes en casa nuevamente. Dejare de animarte a salir con chicos…respetare cada uno de tus tiempos cariño—
—Gracias mamá, es solo que esperaba que esta vez funcionara o al menos no acabara antes de empezar—exclamo.
Ahora comprendo porque dicen que duele más los “casi algo” que un mismo noviazgo.
***
Termino la llamada con mi madre después de estar 20 minutos al teléfono y es momento de darme un baño, trato de hacerlo lo más rápido posible para ayudar a Darcy con la cena ya que Giovanna tiene una cita, pero aún no sabemos con quién. Y como no nos gusta quedarnos con la duda, estamos al pendiente de quien es el misterioso pretendiente de mi amiga.
Me visto y salgo a ver a Darcy
—¿Aun no se sabe nada del misterioso pretendiente? —le pregunto a Darcy.
—No, está en su habitación arreglándose—contesta mientras corta el jitomate para la sopa de arroz, me dirijo al refrigerador y saco las pechugas para proceder a empanizarlas.
Preparado la mezcla de haría, sal de ajo, sal de cebolla y agua mineral.
—¿Quién crees que puede ser? —le pregunto a Darcy mientras ella muele la salsa para el arroz.
—La verdad no tengo idea, las veces que emos salido solo estamos nosotras y no la veo hablar con nadie—responde mi amiga.
—¿Y bien, como me veo? —pregunta Giovanna a la sala.
—¡Hermosa! —exclamamos al mismo tiempo Darcy y yo, y no es para menos, el conjunto de blusa de tirantes azul cuelo y la falda con vuelos al mismo tono hace lucir su estupenda figura.
—Pero ya dimos con quien vas a salir—pido.
—¡Morimos de la curiosidad! —secunda Darcy.
—Se les va a quemar el arroz—desvía el tema Giovanna, pero es cierto, el humo empieza a salir de la cacerola donde antes estaba cociéndose el arroz blanco… creo que nuestra cena solo consistirá en pechugas empanizadas y ensalada.
—¿Me pueden ayudar con el delineado? —pregunta señalando sus ojos.
—Yo no creo que pueda—digo alzando mis manos repletas de masa para empanizar.
—Yo te ayudo con eso—le dice Darcy y ambas entran por el pasillo que conecta los dormitorios con el resto del apartamento.
Me concentro el volver a realizar mi tarea de empanizar las pechugas y cuando lo logro me lavo las manos antes de poner el aceite sobre el sartén.
Adoro la comida frita, pero le tengo pavor a freírla, no me gusta quemarme con el aceite caliente. Así que con mucho cuidado suelto la pechuga sobre el aceite caliente y para mi fortuna no salpico nada al dejarla.
El timbre de la casa suena y antes de que vuelva a sonar y alerte a Giovanna, prácticamente corro a la puerta para ver al invitado misterioso.
Me sorprendo al ver al abogado y amigo de Arturo, el señor Camilo Soler es el que se encuentra de pie al otro lado de la entrada luciendo sumamente apuesto
—Bunas noches señor Soler—lo saludo y con un gesto lo invito a pasar —¿Hay algún problema con el hotel? —le pregunto, ya que se me hace extraña su visita.
—Para nada señorita Lombardo y por favor dígame Camilo y en realidad vengo por Giovanna—dice y eso no me lo esperaba, no sabía que mi amiga había estado hablando con él… aunque esta ultima semana se la ha pasado pegada a su teléfono y era ella quien se encontraba con Camilo para ver unos asuntos de permisos que necesitábamos.
—Por favor, tome asiento— le pido— Voy a llamar a mi amiga… ¡le encargo mis pechugas! —grito lo ultimo antes de salir corriendo por el pasillo.
—¿A quien le hablas? —pregunta Darcy al verme en el cuarto de Giovanna antes de terminar de alizar a la perfección su cabello.
—Al pretendiente de Giovanna, que ya esta en la sala—le informo
—¡Vamos a verlo! —exclama Darcy y corre al pasillo junto conmigo, solo que nos detenemos antes de ser vistas por el y lo vemos como voltea la pechuga del sartén. —Luce muy apuesto con cocinando— opina mi amiga y la apoyo en eso —Además se puede ver que el no comparte tu temor por el aceite—agrega y solo la miro mal.
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Editado: 11.10.2022