Mi Tom está en su oficina y su regalo lo tengo más que listo, estuve toda la semana entusiasmada y nerviosa, no sé por qué, pero lo estaba. Entró a su oficina, caminó directo a él y le robó un beso seguido de muchos otros.
—Tom te tengo un regalo —le digo entusiasmada.
—¿Qué cosa? —me sienta sobre él.
—Ven aquí —me levanto, tomo de su mano y lo arrastro a la sala.
Hago que cierre los ojos antes de entrar, cuando está en la posición que quiero le digo que los habrá.
—¿Te gusta? —le pregunto entusiasmada.
—Me encanta.
Sobre la chimenea colgué dos dibujos hechos por mí, en el primero salía Tom y yo abrazados y la otra estamos los dos también, pero yo tenía a Ruth en mis brazos y el abrazándome por detrás.
—Hace tiempo me dijiste que querías dibujos de nosotros ¿Recuerdas?
—Si lo recuerdo.
—Cuando nuestros gemelitos nazcan —acaricio mi pancita— Sumare otro cuadro.
—Es hermoso amor, se ve fabuloso.
Enredo su brazo con el mío, muestras nos quedamos ahí, observando el cuadro.
—Anni, mira eso —dice entusiasmado observando a un lado de nosotros.
Ruth se estaba poniendo de pie por primera vez sola.
—Tom busca la cámara, apresúrate —le digo desesperada.
—Espera pequeña aún no —le dice a Ruth antes de salir de la sala corriendo hasta su oficina donde está guardada.
—Ruth hija —me arrodilló como puedo con seis meses de embarazo— Espera a papá. ¡Tom rápido!
—Ya llegué —entra apresurado— ¿Cómo te agachaste? —me pregunta sorprendido.
Esta mañana lo intente para recoger un zapato, pero no pude y terminé gritando a Tom para que me ayude, creo que exagere eso sí, por que llegue asustado a la habitación. Pero estaba enojada, hay tanta cosas que siento ya no pudo hacer, eso me desespera.
—No preguntes, enciende esa cosa.
Tom apoya la cámara de video sobre un mueble donde podía ver casi toda la sala. Después se inclinó a mi lado.
—Vamos linda ven con papa.
Ella sonríe e intenta mantenerse en pie.
—Vamos hija, tú puedes.
—Ven princesa —dice Tom y extiende sus manos
Ella sonríe y da un paso y medio antes de caer, Tom la agarra y la abraza.
¿Cuándo mi vida se volvió tan perfecta?
....
Ya con ocho meses de embarazo me duele la espalda y los pies. Tengo fecha para tres semanas más pero ya no aguanto, quiero tenerlos conmigo.
Ruth tiene un año, cuatro meses y ya dice mamá y papá, se niega a decir otra cosa.
Mis padres están como siempre y los de Tom pasan más tiempo aquí que en su casa.
Hoy es el Baby Shower, así que todos nuestros amigos y familiares cercanos se encuentran en nuestra casa. También les envié invitaciones a mis padres, dicen que la fe es lo último que se pierde.
—Ahora mi regalo —dice mi cuñada.
Tom estaba a mi lado y los demás alrededor.
He abierto un regalo tras otro, antes hicimos unos juegos muy divertidos que encontramos por internet.
—Anni, el auto de tu papa está afuera —me dice Jenny emocionada desde la ventana.
—¿Enserio? —me levanto rápido.
Jenny fue abrir la puerta y cuando regreso se veía algo decepcionada.
—Hija.
—¿Tío Felipe?... ¿Y mis padres?
Otra persona más venía detrás de el con paquetes de regalo.
—Lo sienten mucho, están ocupados, pero te enviaron esto —sonríe.
Estaba frente a mí, pero yo no reaccionaba.
—Anni —escucho a Tom que está detrás de mí.
—Llévatelos... No los quiero, envíalos de vuelta —comencé a llorar.
—Anni querían venir, pero al...
—Algo surgió, si como siempre —le interrumpo— no los quiero.
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Editado: 30.09.2019