"Confieso que en mi mundo hay mucha soledad
En el fondo tu y yo somo tan iguales y me vuelvo loco solo con pensar.
Quizás la vida nos separe cada día más
Quizás nos aleje de la realidad
Quizás tú buscas un desierto y yo busco un mar
Quizás que gracias a la vida yo te quiero más"
Todo empieza con esa parte de la canción de Enrique Iglesias, sentada en un rincón junto al enchufe escribiendo con los ojos llorosos, llevo horas llorando. Mientras Alex duerme en la cama que está a un pie de mi.
Pienso en papá, mi alma gemela. Me imagino lo mucho que lo lastime y lo roto que está, aunque el crea que no lo amo se volvió en mi persona favorita a quien admiro tanto.
14 de febrero, un día como hoy hace 3 años conocí a Alex. Lo conocí en la iglesia, era el guitarrista en el grupo de Revolución 16. Lo había visto tocar tantas veces, aunque el que que me gustaba en verdad era el baterista, el si era muy guapo me hacía sonrojar al verlo. Pasábamos por la tarde con mi mamá a la iglesia a entregar materiales de la EBDV (Escuela bíblica de verano) en la cual mi mamá y yo habíamos sido maestras, había terminado hace una semana.
- A ti te buscaba - dijo Victor el líder del grupo R16
- ¿A mí? - preguntó mi mamá
- No hermana, a ella - me apunto Victor - los chicos te vieron esta mañana animando y dijeron que podrías ser una gran ayuda en el grupo
- Sonreí - Lo siento yo no me dedico a la música.
- Todos pensamos que tu talento nos podría aportar mucho - continuó Victor - claro, si tu mamá lo permite también
- Lo que ella decida, es la única que debe decidir - contestó ella
Los chicos del grupo corrieron a juntarse con Victor, ahí estaba él con esa sonrisa que me había deslumbrado en la mañana.
- Soy José Luis - dijo con esa sonrisa perfecta, vaya que era guapo
- Laila - sonreí tímidamente mientras mi Mamá me observaba a lado de la pastora
- Yo soy Lucas- dijo el segundo
- Un gusto - conteste, ya lo había conocido de lejos hace varios años atrás
- Cesar - se presentó el menor de los chicos
Yo solo sonreí y asentí, abrazando a mi mamá del brazo
- Hola - dijo entusiasta él - soy Daniel Lazo, ganador de la voz, pero no el cantante porque yo no canto - dijo poniendo cara de niño.
Recuerdo que empecé a reír mucho, y el se acerco a besarme la mano, por alguna extraña razón me convencieron de cantar con ellos ese domingo por la noche. Me sentí tan cómoda viéndolo tocar la guitarra a mi lado, que olvidé lo guapo que estaba el baterista. Anécdotas que pasan.