Tres años antes
Cuando Dàmir llegó a la universidad no conocía a nadie, ya que sus compañeros de escuela o bien habían vuelto a sus lugares de origen o habían escogido otras casas de estudio. A pesar de que él hablaba inglés perfectamente, su aspecto parecía delatar su condición de extranjero, aunque él en realidad no veía dónde radicaba la diferencia, pero al parecer existía y esto al menos en un primer momento no parecía colaborar mucho para acercarse a sus nuevos compañeros.
Al primero que Dàmir había conocido había sido a Imran, ya que pocos días después de su llegada al campus se habían encontrado en el gimnasio ambos por el mismo asunto, es decir, buscando un lugar tranquilo para tocar la guitarra. Habían comenzado a hablar animadamente acerca de sus guitarras y quedaron en encontrarse allí al día siguiente y así lo hicieron, pero apenas llevaban unos minutos allí, cuando llegaron los miembros del equipo de baloncesto, o al menos eso creyeron, y comenzaron a meterse con ellos.
Como los chicos asumieron que aquellos individuos seguramente tenían práctica y ciertamente era un gimnasio, decidieron desconectar sus instrumentos para marcharse, pero los otros parecían tener otras ideas.
Dàmir era normalmente tranquilo, pero pronto aquel sujeto descubriría el mal asunto que podía ser molestarlo.
Sin embargo, Dàmir dejó su instrumento cuidadosamente a un lado y no consideró oportuno informarle nada de manera verbal al individuo, sino que pasó directamente a los hechos acomodándole un soberbio puñetazo en el estómago al necio aquel, seguido de un izquierdazo en la mandíbula.
Tanto Imran como los amigos del bocón, habían quedado momentáneamente paralizados por la sorpresa, pero eso no duró mucho y otro se le fue encima a Dàmir que lo despachó con pocos y precisos movimientos. No obstante, no parecían dispuestos a dejar el asunto así, porque un tercero avanzó.
Aun quedaban otros cuatro y Dàmir pensó que aquellos individuos o eran muy estúpidos que no se habían dado cuenta que él era un experto en artes marciales, o simplemente no tenían cerebro. Sin embargo, cuando avanzaban hacia él, otros entraron y él escuchó que alguno gritaba.
Los chicos se detuvieron mientras el grupo de recién llegados se acercaba corriendo. Un muchacho rubio y alto miró a los tres que estaban tirados y luego a Dàmir y a Imran.
En ese momento el primer individuo al que había puesto fuera de combate se estaba levantando limpiándose la sangre de la cara.
Editado: 21.09.2021