Acordes del Corazón (libro 1. зоrа)

Cap. 25 Refugio temporal

Martha y Ed Mitchell eran personas sencillas que ahora gozaban de cierta estabilidad gracias su esfuerzo y dedicación al trabajo. Ed había sido empleado de una procesadora de alimentos desde muy joven, ya que su familia no poseía muchos recursos y siendo que él era uno de los mayores de seis hermanos, se vio en la necesidad de salir a trabajar cuando su padre falleció intempestivamente, pero pronto se dio cuenta que no era aquello lo que quería hacer y comenzó a trazar planes. Martha por su parte, procedía de una familia de clase media, pero sin recursos para enviarla a la universidad, así que la chica había hecho un curso de secretariado y había conseguido un empleo en la misma procesadora donde trabajaba Ed. Como Ed siempre había sido parlanchín, no tardó mucho en trabar amistad con la simpática recepcionista y dicha amistad en breve se convirtió en amor.

La relación fue bien vista y aceptada por los padres de Martha, ya que aunque Ed no había cursado estudios superiores, era un chico simpático, educado y muy trabajador. Alrededor de un año después de iniciado su noviazgo, Ed le propuso matrimonio a Martha y lógicamente ella aceptó muy emocionada. Iniciaron los preparativos, pero poco antes de la ceremonia sucedió algo que pudo haber acabado con todo, ya que Martha creyó estar embarazada y cuando fueron a la revisión, recibió la peor noticia que podían haberle dado, porque las pruebas arrojaron que padecía de cáncer en el cuello uterino. Los padres de Martha estaban devastados y Ed casi enloqueció, pero el médico les aseguró que estaban a tiempo y que con una operación el asunto quedaría resuelto, el problema era que después de la misma, Martha no podría tener hijos. Ella aceptó la situación, pero quiso romper su compromiso con Ed, ya que sabía que él quería tener hijos y habían hecho muchos planes para ello, de manera que no le parecía justo que fuese a atarse a una mujer que por mucho que lo amase jamás podría dárselos. Sin embargo, esa sería la primera y única discusión grave que tendrían en su vida, porque Ed se negó en redondo y dijo que le interesaba mucho más tenerla a ella que a una docena de hijos. Aunque no le resultó fácil, finalmente la había convencido y después de la operación y el período de recuperación, contrajeron matrimonio. No obstante, Martha estaba deprimida y triste, algo que se hacía muy evidente en ella que siempre había sido alegre y optimista, de modo que Ed decidió poner en marcha los planes que había venido trazando e involucrarla en el proyecto tanto como fuese posible con el fin de distraerla.

Ed vendió su coche por el que no obtuvo mucho tratándose de un auto usado y viejo aunque en buen estado, y con lo que le dieron en la empresa por concepto de prestaciones a ambos, se apresuraron a buscar un local no muy grande y que estuviese dentro de sus posibilidades. Encontraron uno cerca del campus universitario, no estaba en el mejor estado y a decir verdad casi estaba cayéndose a pedazos, pero ellos trabajaron con ahínco y prácticamente solos, porque no podían darse el lujo de contratar mano de obra para hacer las reparaciones, pero aquello aparte de lograr el propósito de Ed que era mantener a Martha ocupada para que no pensase tonterías, les proporcionó un sentimiento de satisfacción y propiedad al verlo todo terminado y poder abrir las puertas de Edward’s

De todo lo anterior hacía veinte años, el pub no solo se había convertido en su hogar, sino que les había proporcionado una enorme cantidad de hijos, aunque siempre les dolía verlos marchar una vez que concluían sus carreras, pero Ed decía que eso sucedería igual con unos propios y se acostumbraron a ello. Aunque a Martha le había costado aprender a vivir con el vacío de su imposibilidad para tener familia, finalmente lo había logrado y volcaba todo su amor maternal en los chicos que llenaban día a día el pub, pero en el caso de los actuales, es decir, Dàmir, Ajle, Edvin, Imran, Kerim, Josh, John y Maggi, había desarrollado un enorme apego a ellos, especialmente a Dàmir y a Imran, razón por la cual durante el último año había estado muy triste pensando que pronto se marcharían.

  • Eso no es necesariamente cierto, Martha  --  le había dicho Kerim en fecha reciente  --  mírame a mí, ya terminé mi segunda carrera y sigo aquí ¿no?
  • Eso es porque no quieres trabajar, grandísimo sinvergüenza  --  le había dicho Giuliana que se había agregado recientemente al grupo
  • Tal vez él no, pero yo trabajo y sigo viniendo  --  dijo Josh
  • Ustedes siguen viniendo porque los demás aún están aquí, pero este es el último año del bebé y…  --  se detuvo para secarse las lágrimas con el mandil y Ed le pasó un brazo por los hombros e intentó bromear
  • Vamos Martha ¿Quién quiere tener a estos muchachitos irritantes por tiempo indefinido causando alboroto aquí?
  • Pues tendrás que aguantarte tanto si te gusta como si no  --  había dicho Dàmir poniéndose de pie y apartándolo para abrazar a Martha  --  Ya te dije en una ocasión que este siempre va a ser nuestro hogar Martha, no importa si acabamos la escuela ni si nuestros trabajos nos llevan a otro lugar, porque siempre terminaremos aquí, quizá no a diario como lo hemos hecho hasta ahora, pero sin duda siempre volveremos
  • Además, nadie prepara un pastel de manzana tan rico como el tuyo  --  dijo Josh estirando la mano para coger otro trozo del mencionado pastel
  • ¡Ey!  --  exclamó Dàmir  --  Eso es mío, infeliz  --  enzarzándose a continuación en un pleito al que se unieron John y Kerim
  • ¡Dios nos asista!  --  había exclamado Ed con un exagerado y falso tono de molestia




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