Acordes del Corazón (libro 1. зоrа)

Cap. 26 Detalles

La cena había transcurrido con el alboroto habitual, ya que Giuliana y Kerim seguían en su pleito, aunque ella había dejado de lanzarle cosas y se contentaban con lanzarle solo frases irritantes. Ajle hablaba hasta por los codos independientemente de quién estuviese prestándole atención que habitualmente era Edvin a pesar de que esto era un misterio, porque ambos hablaban en demasía y al mismo tiempo, así que era una verdadera hazaña que pudiesen entenderse, pero en aquella ocasión Ed intentaba que Edvin le explicase la mejor forma y la menos onerosa para el asunto del cableado del pub, y Edvin intentaba con ahínco y entusiasmo hacerle entender los beneficios de ciertos materiales sobre otros de utilización común. Imran miró con consternación a Ed y pensó que lo mejor que podía hacer era comprarse una revista de esas de Hágalo usted mismo y le iría mejor, o al menos sería más seguro, porque a pesar de que en teoría Edvin estaba a punto de recibirse en aquella materia, todos sabían que era un desastre con todas sus letras y siempre terminaba causando destrozos. Dàmir que sustentaba una opinión muy parecida, ya estaba ideando la mejor forma de contribuir al asunto sin que Ed se sintiese ofendido.

 

Dèjan se había marchado antes de que los Mitchell llegaran, porque tenía asuntos pendientes por resolver, pero le había dicho a su hijo que intentaría llegar para la cena. Sin embargo, la reunión se había extendido y no había logrado llegar a tiempo, haciéndolo cuando ya todos estaban de vuelta en el salón. Dèjan había estado en cinco o seis oportunidades en el pub de los Mitchell a lo largo de la estadía de Dàmir en Londres, la primera vez había sido con motivo de su cumpleaños y luego en distintas ocasiones cuando  Dàmir se negaba a comer en otro lugar, de manera que ya conocía al matrimonio y tanto él como Ioan los saludaron como de costumbre. Sin embargo, Dèjan percibió el cambio en la actitud de Martha, ya que si bien en la primera oportunidad casi no habían hablado y ella no se había hecho un concepto de él, en las siguientes ocasiones sí lo habían hecho y lo había tratado con la misma jovialidad que a los chicos e incluso le había hecho muchas bromas acerca de su falta de juicio por haber sido padre a una edad tan inapropiada. De manera que después de un rato de atenta observación, juntó las cejas preguntándose qué sucedía, ya que no creía que ella estuviese molesta por haberse visto obligada a cerrar su local por causa de los chicos, especialmente porque le había quedado bastante claro que como decía Ioan, la buena mujer babeaba por Dàmir y lo consentía como si tuviese cinco años.

  • Martha, si he hecho algo inapropiado me gustaría saberlo para poder corregirlo y liberar mi consciencia de una culpa que desconozco  --  le dijo
  • ¿Qué?  --  preguntó ella confundida, porque como ya se ha dicho era una persona sencilla y poco complicada
  • Quiere decir, que si hizo una estupidez por la que estés molesta con él, se lo digas para disculparse y así poder dormir en paz  --  tradujo Ioan
  • ¿Estupidez? ¿Molesta?  --  repitió ella  --  No, claro que no
  • ¿Y entonces por qué tengo la impresión de que no quieres hablarme?

Como Ajle carecía por completo de delicadeza y discreción, rasgo que parecía haberse acentuado a raíz de lo que él llamaba su tragedia personal al igual que su acidez a la hora de hacer bromas, fue el que se adjudicó el derecho a aclarar la situación de forma sucinta y directa.

  • Lo que le sucede es que se siente cohibida ahora que sabe que eres algo así como el monarca de las finanzas y no tiene idea de cómo dirigirse a ti, no sea que vayas a reaccionar como la reina de corazones de Alicia en el país de la maravillas y empieces a pedir que le corten la cabeza
  • Y sin duda tú serías el sombrerero loco  --  dijo Giuliana tan ácida como él
  • Eso plantea la incógnita de quién serías tú  --  saltó Kerim  -- aunque yo me inclino a…

No obstante, ante lo único que se inclinaría el necio aquel sería ante el estuche de un CD que fue a dar a su desquiciada cabeza. Si en realidad Dèjan no se hubiese sentido tan preocupado por lo dicho por Ajle, habría podido reír por los comentarios, pero obvió lo que estaban diciendo los chicos y se acercó a Martha.

  • ¿Es cierto eso?  --  le preguntó y cuando las ya de por sí sonrosadas mejillas de Martha se encendieron aun más, Dèjan supo que Ajle tenía razón  --  Veamos Martha, ¿qué diferencia hace que sea una cosa u otra a nivel profesional? Porque sigo siendo la misma persona con la que has tratado en los últimos años, el mismo sujeto con el que te has sentado a tomar a café, el mismo irresponsable al que has reñido por engendrar un hijo cuando él mismo era poco más que un crío, y el mismo que te está y te estará eternamente agradecido por el cuidado y el amor que le has brindado a mi hijo.

Martha le sonrió con timidez mientras que Dàmir lo había hecho con amplitud y sus ojos habían brillado, decidiendo a continuación que todo estaría bien y sujetando a Ioan por un brazo lo alejó dejando a su padre y a Martha para que pudiesen conversar mientras él se ocupaba de otro asunto aun por resolver.

  • Tío hay una cuestión en la que aunque no me guste voy a necesitar tu ayuda
  • Estás como grandecito para necesitar asistencia en la consecución de chicas y la verdad es que…
  • Tío  -- lo interrumpió él en tono admonitorio
  • De acuerdo, no se trata de chicas ¿qué es entonces?
  • La universidad  --  dijo él  --  Verás, aun nos faltan algunos meses para concluir, pero es evidente que no podremos ir si vamos a ser perseguidos, como te dije no me gusta hacer esto pero ¿crees que hay algún modo de resolverlo?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.