Acordes del Corazón (libro 1. зоrа)

Cap. 27 El Heredero

Dàmir había dado órdenes de que tanto él como sus amigos fuesen despertados temprano, y cuando salió de su habitación se encontró primero con Maggi.

  • Buenos días  --  la saludó  --  ¿Dormiste bien?
  • Seguro  --  dijo ella  --  ¿Quién no lo haría en una cama como esa?  --  bromeó  y Dàmir sonrió
  • Me alegra que te haya parecido cómoda

Dàmir se dirigía hacia la habitación de Kerim cuando este asomó la cabeza y los saludó. Unos minutos después salió Imran, pero pasados otros quince y en vista de que los otros dos no habían aparecido aún, fueron primero a la habitación de Ajle y lo encontraron terminando de vestirse, así que se dirigieron a la de Edvin, pero aquel necio seguía metido en la cama. Dàmir y Maggi tiraron de las mantas y fueron insultados con toda la variedad de epítetos conocidos, pero no se marcharon hasta asegurarse que no volvería a dormirse.

  • Bien, ahora déjame a mí ir por Lady Ice  --  pidió Kerim con sonrisa maligna
  • Olvídalo, no quiero que se desaté la tercera guerra mundial bajo mi techo

Kerim compuso cara de fastidio mientras Dàmir reía y llamaba a la puerta, pero como no recibió respuesta, abrió con cautela y vieron que Giuliana no estaba.

  • Debió bajar  --  dijo Maggi

Los chicos se encaminaron hacia las escaleras y efectivamente Giuliana ya estaba en el comedor junto con los Mitchell y parecía sostener una animada charla con Dèjan. Después de los saludos se sentaron a desayunar y unos minutos después apareció Edvin.

  • No sé por qué razón teníamos que levantarnos antes de que saliese el sol  --  dijo de mal humor  --  Además, muero de frío  --  se quejó, pero Dàmir a quien miró fue a Maggi
  • ¿Tú estás bien?  --  le preguntó y ella lo miró con extrañeza, así que aclaró  --  Quiero decir si estás suficientemente abrigada
  • ¡Óyeme!  --  exclamó Edvin  --  El que se está congelando soy yo, infeliz

Nadie le prestó mucha atención a Edvin, porque escucharlo quejarse de cualquier cosa no era ninguna novedad, pero Dèjan miró con atención a su hijo y luego a la chica preguntándose si ahí estaba sucediendo algo de lo que él no tenía conocimiento.

  • No creo que debas preocuparte por eso  -- escuchó a su lado y dejó de mirar a Dàmir y a Maggi para mirar con cierto asombro a Giuliana
  • ¿Disculpa?
  • Casi tienes pintado en la frente lo que estás pensando
  • ¿De veras? Y según tú eso…
  • Antes de que sigas, te advierto que estás equivocado  --  lo interrumpió ella
  • Bueno teniendo en cuenta que en realidad no puedes saber en qué estoy pensando, no creo que puedas decirme tampoco si estoy equivocado o no
  • Todos ellos ven a Maggi como una especie de… compañero, incluido el que ella ve de distinta forma y que no es tu hijo
  • Muy bien, gracias por la información  --  dijo él

No era que Dèjan tuviese nada en contra de la chica, solo no le gustaba no saber y lo último que había sabido en aquel terreno, era que su hijo había estado saliendo con una compañera con la que pasaba más tiempo peleado que en buenos términos, pero eso había terminado hacía algún tiempo.

  • ¿Dónde está Ioan?  --  preguntó Ajle a nadie en particular
  • Tenía que atender unos asuntos temprano  --  contestó Dèjan

Dàmir iba a decir algo cuando entró Wilfrid y anunció que los señores Wells, McIntosh y Cartwright lo estaban esperando en el salón. El chico había comenzado a ponerse de pie, pero Martha se lo impidió.

  • No irás a ningún lugar hasta que termines de desayunar como es debido
  • Martha debo…
  • No me importa si tengo que amarrarte a esa silla y tampoco me importa que tu padre esté sentado en el otro extremo  --  lo interrumpió ella

Dàmir suspiró con resignación y Dèjan aplaudió mentalmente a Martha, ya que en realidad Dàmir apenas si había probado nada. El chico se dio la mayor prisa en finalizar y se levantó apurando a los demás, pero se detuvo cuando ya iba hacia la puerta.

  • ¿A qué hora te marchas, papá?
  • No iré a ninguna parte  --  le dijo y los ojos de Dàmir brillaron, pero esa luz se apagó casi de inmediato
  • Papá si esto es por…
  • Esto es porque lo que tengo que hacer puedo hacerlo aquí, así que tendrás que soportar a tu aburrido padre te guste o no

Dàmir sabía que le estaba mintiendo, pero también sabía que no lo diría, así que se limitó a sonreírle y le dijo que se verían más tarde. Sin embargo, mientras caminaba hacia el estudio se reprendió mentalmente, porque sabía que Dèjan probablemente había cambiado todos sus planes por su culpa y que quizá su inexcusable niñería había causado muchos trastornos, y lo peor era que sabía que con todo lo que se les venía encima apenas si tendría ocasión de verlo. Pero aun así y aunque no sabía bien por qué razón quería a su padre cerca, se sintió contento de tenerlo allí.




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