Dàmir había dado órdenes de que tanto él como sus amigos fuesen despertados temprano, y cuando salió de su habitación se encontró primero con Maggi.
Dàmir se dirigía hacia la habitación de Kerim cuando este asomó la cabeza y los saludó. Unos minutos después salió Imran, pero pasados otros quince y en vista de que los otros dos no habían aparecido aún, fueron primero a la habitación de Ajle y lo encontraron terminando de vestirse, así que se dirigieron a la de Edvin, pero aquel necio seguía metido en la cama. Dàmir y Maggi tiraron de las mantas y fueron insultados con toda la variedad de epítetos conocidos, pero no se marcharon hasta asegurarse que no volvería a dormirse.
Kerim compuso cara de fastidio mientras Dàmir reía y llamaba a la puerta, pero como no recibió respuesta, abrió con cautela y vieron que Giuliana no estaba.
Los chicos se encaminaron hacia las escaleras y efectivamente Giuliana ya estaba en el comedor junto con los Mitchell y parecía sostener una animada charla con Dèjan. Después de los saludos se sentaron a desayunar y unos minutos después apareció Edvin.
Nadie le prestó mucha atención a Edvin, porque escucharlo quejarse de cualquier cosa no era ninguna novedad, pero Dèjan miró con atención a su hijo y luego a la chica preguntándose si ahí estaba sucediendo algo de lo que él no tenía conocimiento.
No era que Dèjan tuviese nada en contra de la chica, solo no le gustaba no saber y lo último que había sabido en aquel terreno, era que su hijo había estado saliendo con una compañera con la que pasaba más tiempo peleado que en buenos términos, pero eso había terminado hacía algún tiempo.
Dàmir iba a decir algo cuando entró Wilfrid y anunció que los señores Wells, McIntosh y Cartwright lo estaban esperando en el salón. El chico había comenzado a ponerse de pie, pero Martha se lo impidió.
Dàmir suspiró con resignación y Dèjan aplaudió mentalmente a Martha, ya que en realidad Dàmir apenas si había probado nada. El chico se dio la mayor prisa en finalizar y se levantó apurando a los demás, pero se detuvo cuando ya iba hacia la puerta.
Dàmir sabía que le estaba mintiendo, pero también sabía que no lo diría, así que se limitó a sonreírle y le dijo que se verían más tarde. Sin embargo, mientras caminaba hacia el estudio se reprendió mentalmente, porque sabía que Dèjan probablemente había cambiado todos sus planes por su culpa y que quizá su inexcusable niñería había causado muchos trastornos, y lo peor era que sabía que con todo lo que se les venía encima apenas si tendría ocasión de verlo. Pero aun así y aunque no sabía bien por qué razón quería a su padre cerca, se sintió contento de tenerlo allí.
Editado: 21.09.2021