La última semana antes del concierto había trascurrido en un vertiginoso ir y venir con los preparativos de última hora, y el jueves los muchachos comenzaron a sentir la mordedura de los nervios. Aunque las cosas no podían haber estado saliendo mejor y a pesar de que ellos estaban seguros de lo que hacían, los nervios y la ansiedad eran un componente inevitable en casos como aquel.
La primera preocupación una vez que se había conseguido el espacio y se había fijado la fecha, había sido la venta de las localidades. Sin embargo, las mismas prácticamente se agotaron en la preventa, de modo que eso había sido superado con éxito, y ahora la expectativa de presentarse ante 20.000 personas estaba cobrando su cuota.
El jueves a los nervios vino a sumarse la molestia, ya que ese día tenían que ir a ver a Giles y era una visita que no le hacía gracia a casi ninguno con la posible excepción de Edvin que se dedicaba a perseguir a las chicas que trabajaban en el salón. De modo que cuando Giuliana llegó y comenzó a meterles prisa ellos la miraron con algo cercano al odio. Poco antes de salir, Dèjan había llamado a Dàmir y éste le salió con unas respuestas que no se correspondían con su actitud habitual y Dèjan se preocupó.
Aunque Dèjan no estaba muy convencido de eso, decidió tranquilizarse y no salir corriendo.
A pesar de lo muy fastidiados que habían estado con la visita a Giles, salieron de ella con la misma sensación de irrealidad que habían estado experimentando todos esos días y apenas si prestaron atención a los escandalosos mechones rojos y azules que Giles había hecho en el cabello de Edvin. Y para coronar el día, después de la cena John les recordó otro asunto al que tendrían que enfrentarse al día siguiente.
Por algún motivo desconocido, ellos parecían haber borrado de sus memorias ese asunto, de modo que recordarlo no contribuyó mucho a que se sintiesen mejor.
Por primera vez desde que el asunto de la entrevista había sido puesto sobre la mesa, Dàmir agradeció la idea de John de que solo fuese un periodista quien los entrevistase. Aparte de las preguntas habituales y que seguramente les harían, John había preparado una serie de preguntas espinosas relativas a sus vidas privadas con el fin de instruirlos en cómo debían hacerles frente sin necesidad de salirle al fulano reportero con alguna barbaridad, especialmente en los casos de los dos incordios y de Imran que nunca se mostraba especialmente inclinado a hablar de sí mismo. Dàmir y Kerim le preocupaban menos, aunque en el caso del primero era con quien más cuidado debían tener debido a que su identidad debía seguir siendo un secreto.
Mientras repasaban una y otra vez las posibles preguntas, el móvil de John había estado sonando de forma insistente, de modo que Imran perdió la paciencia.
Imran no era normalmente desagradable y aquella reacción solo demostraba lo nervioso que estaba, pero John sonrió y extrajo su móvil. Él estaba tan acostumbrado a que sonase durante todo el día, que parecía poder desconectar el sonido de sus oídos mientras estaba ocupado.
Desde lo sucedido con Bonny, Maggi trataba a John como si fuese a romperse en cualquier momento, y aunque hasta la fecha él parecía haber manejado el asunto bastante bien, ella seguía muy mortificada.
Editado: 21.09.2021