Acordes del Corazón (libro 1. зоrа)

Cap. 38 El Concierto

Afortunadamente para Mihailo y para Jesse habían ido con Dèjan y no tendrían que entrar por donde lo hacían todos, porque aquel lugar estaba atestado de gente y las largas filas para acceder al interior del estadio eran descomunales.

El grupo comenzó a caminar hacia las puertas de acceso y mientras lo hacían, Jesse y Mihailo iban mirándolo todo con los ojos muy abiertos, especialmente los grandes carteles con el símbolo de Zora que estaban por todas partes. Cuando comenzaron a aproximarse a donde había más gente,  Dèjan ralentizó su paso y llamó la atención de Jesse.

  • No quiero que te me pierdas dentro de este mar de personas, así que ¿podrías sujetarte a mi brazo?  -- le preguntó

Aunque le habría bastado con sujetarlo él, Dèjan estaba consciente de lo mal que reaccionaba Jesse cuando alguien lo tocaba y de ahí la pregunta. Ni Jesse ni Mihailo habían estado nunca en ningún lugar donde hubiese tal cantidad de personas, de modo que posiblemente por esto el chico no protestó y se sujetó al brazo de Dèjan. Ioan los guió hacia una entrada que parecía menos concurrida justo en el momento en el que las filas habían comenzado a moverse.

  • Ya abrieron  --  dijo Ioan

Aunque la entrada por la que les correspondía acceder tenía menos personas, ya que se trataba de la entrada a la zona V.I.P., tenían a varios por delante, la mayoría eran jóvenes por cuya vestimenta se deducía con facilidad su buena posición social. Ubicaron con rapidez a Johan y a Samir que se encontraban muy cerca de la puerta en compañía de Paulo con quien habían sido enviados, y después de las rápidas y poco específicas presentaciones, no hubo tiempo para mucho más, porque ya estaban entrando.

A pesar de que por esa puerta de acceso había más orden y la gente no estaba atropellándose como seguramente estaba sucediendo por las otras, Jesse estaba aferrado con fuerza al brazo de Dèjan, de modo que éste decidió sujetar su mano.

  • Tranquilo, te tengo y no vas a perderte

Jesse le dio una débil sonrisa y continuaron el camino hacia sus asientos. Una vez en ellos, Jesse comenzó una inspección visual de los alrededores. El estadio era enorme y Jesse se alegró de estar donde estaba, ya que si le hubiese tocado sentarse en otro lugar de las gradas, con seguridad escucharía, pero no vería muy bien al grupo, pero ellos estaban en un espacio donde había dispuestas varias hileras de asientos numerados que se encontraban en una posición inmejorable, porque estaban justo frente al entarimado. Sin embargo, llevaban poco tiempo allí cuando Jesse notó que había varias pantallas gigantes, y aunque en ese momento solo se sorprendió al verlas encenderse y mostrar el ya familiar símbolo de Zora, luego entendería la función de las mismas.

Repentinamente comenzó a sonar una música de fondo, se encendieron los secuenciadores de luces y Jesse se sintió como si de pronto lo hubiesen lanzado a un túnel multicolor, una sensación que persistiría a lo largo del concierto.

 

Entre tanto, en la zona donde se encontraba el grupo, Giuliana inspeccionaba la transformación.

  • Date prisa bella donna, ya están a punto de salir  --  dijo golpeando la puerta donde se encontraba Kerim, pero como no obtuvo la habitual respuesta estúpida, se preocupó y abrió  --  ¿Qué…?

Independientemente de lo que pensase decir, las palabras murieron en su boca al asomar la cabeza.

  • ¿Vienes a ayudarme a vestir?  --  le preguntó Kerim girándose y colgando en sus labios una sonrisa pícara  --  En realidad había pensado que te complacería más desvestirme y evidentemente a mí también, pero siendo que ya lo estoy, podemos…
  • ¡Andare all'inferno e termina una volta e! [1]  --  le gritó sin notar que debido a su consternación, había hablado en su lengua natal haciendo que Kerim riese con más ganas
  • Así que la visión de un poco de desnudez te pone nerviosa ¿Quién lo hubiese creído, lady ice?  --  siguió él mientras terminaba de colocarse los pantalones

Giuliana se giró dando un sonoro portazo dejando a Kerim riendo con desvergüenza mientras que ella iba reprendiéndose en todos los tonos y preguntándose por qué demonios había tenido que abrir aquella puerta para encontrarse a aquel majadero medio desnudo.

Imran y Edvin ya estaban listos y el segundo se paseaba nervioso de un lado a otro, mientras que Imran estaba sentado estático y con la mirada perdida en un punto del vacío, razón por la cual Josh y John cruzaron una mirada y se dirigieron hacia él.

Dàmir salió, y aunque sabían que estaba nervioso, parecía más dueño de sí mismo que los demás. Cuando se dirigía hacia Edvin con intención de tranquilizarlo, escucharon a Maggi ahogar una exclamación y se precipitaron hacia donde estaba, viendo al llegar, que Ajle estaba inclinado sobre un cubo donde evidentemente acaba de vomitar. Maggi le estaba secando el sudor de la frente y él aun tenía el rostro ceniciento.

  • ¡Oh por Dios!  --  exclamó Giuliana

Hurgó en el bolso que siempre llevaba colgado y extrajo un frasco, sirvió agua en un vaso y se lo alcanzó a Ajle.

  • ¿Qué es eso?  --  preguntó él con desconfianza
  • Es un tranquilizante
  • Olvídalo
  • Vamos Ajle, sería el peor de los asuntos que te pusieras a vomitar en medio del espectáculo --  dijo con fastidio
  • Voy a estar bien  --  insistió él rechazando el comprimido que Giuliana intentaba darle
  • No vamos a comenzar esto llenándonos de porquerías, Giuliana --  intervino Edvin
  • No le estoy dando nada ilegal, es solo…
  • Déjalo Giu  --  dijo Dàmir apartándola con suavidad  --  Solo necesita un momento y estará bien




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