La cirugía a la que había sido sometido Ajle era un procedimiento relativamente sencillo y siendo que no se había presentado una peritonitis puesto que no se había roto el apéndice, el período de recuperación sería breve. Sin embargo, los chicos no estuvieron tranquilos hasta que no pudieron verlo, algo que no ocurrió hasta que lo llevaron a la habitación y después de lo que les pareció un tiempo larguísimo.
Si bien ninguno de ellos, con la posible excepción de Kerim, manejaba la terminología médica, Mihailo mucho menos, así que después que todos lo habían visto, llamó aparte a Dèjan.
Mihailo tuvo la intención de recordarle que ya no era ningún niño, pero prefirió no darle más motivos de mortificación, así que luego de agradecerle se marchó con Paulo. Sin embargo, cuando llegaron se encontraron con que Jesse se había quedado dormido y Martha se negó en redondo a que fuese despertado, de manera que Mihailo no tuvo más remedio que quedarse, pero como ciertamente los Mitchel no disponían de tanto espacio como en Inside Hill, Martha le acomodó unas mantas en el sofá del salón a Mihailo, ya que Ed había acostado a Jesse en la única otra cama disponible. No obstante, cuando Martha despertó en la mañana, se encontró con una nota de agradecimiento y ya los chicos se habían marchado.
Tal y como habían dicho los médicos, Ajle había despertado mucho mejor a la mañana siguiente de la cirugía, aunque le dijeron que no podría abandonar el hospital aún.
Bien fuera porque algo de buen juicio le quedaba o por la amenaza de Kerim, Ajle se comportó cuando llegaron los señores Ervenik.
Aunque tanto ella como su esposo insistieron en que Ajle debía ir a casa para recuperarse, él dijo que no iría a ningún lugar, pues tenía mucho trabajo pendiente.
Aunque Mihailo no fue esa tarde ni al día siguiente, sí llamó por teléfono e incluso habló con Ajle explicándole que no podía ir porque estaba trabajando, pero en realidad lo que no quería era dejar a Jesse solo.
Cuando Ajle fue dado de alta y regresó a casa, fue cuando los chicos se permitieron respirar con verdadera tranquilidad y las cosas retornaron a la normalidad, es decir, con Edvin y Ajle hablando hasta por los codos y peleándose por las cosas más absurdas. No obstante, la vida de al menos uno de ellos estaba a punto de cambiar, porque un par de días después de toda aquella odisea, Ioan entró a la habitación de Dèjan antes de que este terminase de vestirse.
Dèjan arrugó el entrecejo, pues Ioan era de la clase parlanchina y aquel misterio no le gustaba, pero en cuanto tomó el sobre y vio el logo elevó las cejas, lo abrió de prisa extrayendo varias hojas y buscó con rapidez la del informe, pues los gráficos, tablas o lo que fuese aquello no iban a decirle nada.
Editado: 21.09.2021