Cap. 53 Vladimir

Vladimir Ivanov era un individuo de 84 años, de los que 52, los había pasado ostentando el máximo poder dentro de su organización. Él había sido preparado casi desde la cuna para estar donde estaba, y justo es decir que, ni había querido otra cosa en su vida, ni parecía haberle interesado la de nadie durante mucho tiempo, porque más bien pronto se convenció de que ninguno de sus hijos tenía lo necesario para sucederlo, y estaba muy lejos de acceder pacíficamente a transferir el poder que los Ivanov habían acaparado durante más de un siglo, a quienes por derecho de sangre les habría correspondido en caso de que él no dejase herederos aptos, es decir, a los Besevic, en este caso en particular, a Ivar Besevic.

Vladimir también sabía que, aunque se suponía que los demás miembros debían supeditarse a lo establecido, los Jacov aparte de anárquicos, sustentaban la opinión de poseer los mismos derechos que los Besevic, pero, a pesar de que efectivamente había un vínculo entre ellos, ciertamente los Besevic estaban por encima de los Jacov. No obstante, ese hecho no iba a impedir que se desatase una sangrienta guerra por el mencionado poder, donde tanto los unos como los otros iban a exterminarse y solo restaba saber quién sería más hábil y a quiénes se aliarían los demás.

A pesar de saber todo lo anterior, Vladimir parecía pensar que su tiempo en este mundo sería como mínimo indefinido, porque a diferencia del último Besevic que había sido la cabeza antes de los Ivanov, y que había hecho todo lo necesario para que las cosas siguiesen como él las estaba dejando asegurando un equilibrio de poder sólido, Vladimir había hecho hasta lo imposible para concentrar todo el mencionado poder en su persona sin importar si eso lo conseguía con dinero, con débiles alianzas que usualmente él mismo traicionaba, o con sangre.

Cuando Drasko nació, y si bien Vladimir vio una luz de esperanza que podía asegurar la continuidad de los Ivanov, primero debía asegurarse que no hubiese heredado la condición de Lazlo, y, por otra parte, suponiendo que demostrase, además, un mínimo de inteligencia, moldearlo a su conveniencia y comenzar a prepararlo para el futuro.

Aun cuando efectivamente Drasko lo único que había heredado de su progenitor era el color gris de los ojos, y demostró con bastante rapidez no solo inteligencia, sino astucia, sagacidad y frialdad, lo que también había demostrado ser, era extraordinariamente terco, y, por otra parte, sentía mucho apego a su familia materna, especialmente por su madre, y por mucho que Vladimir había intentado apartarlo de los Zazvic, el muchachito no se había dejado manipular ni cuando era un crío. Aunque aquello no era bueno, tampoco lo consideró totalmente malo, porque en su opinión, con aquello demostraba poseer un carácter fuerte, así que, si no podía tenerlo tan cerca como hubiese querido, decidió que lo vigilaría tanto como pudiese y hasta que el chico estuviese preparado.

Todos los que estaban relacionados de forma directa con aquella peligrosa organización, contaban con una maquinaria de seguridad apropiada, pero no sucedía lo mismo en el caso de los parientes lejanos, de manera que, en principio, los hijos de Admir y Zara no la habrían poseído debido a que no eran unos Besevic por línea paterna, sin embargo, cuando Dèjan se metió en el lío de embarazar a Nadja a tan corta edad, Ioan, el hermano mayor de Zara, había decidido que el niño aquel necesitaba vigilancia, y era esa la razón por la que Dèjan era el único Zazvic que había contado con la mencionada vigilancia desde que su padre lo envió a estudiar a Londres.

Los chicos Ivanov, y aunque sí eran descendientes directos por línea paterna, del jefe supremo, como todos sabían que Lazlo no contaba ni siquiera con el afecto de su progenitor, nadie se habría preocupado por ellos, algo que Vladimir encontraría ventajoso cuando notó las cualidades de Drasko e intentó mantener en secreto.

Drasko aún estaba pequeño cuando comenzó a ser consciente de la importancia de su familia, y que esto traía aparejado ciertos peligros, algo que había descubierto cuando se enteró, como se enteraba de todo, que la hermana de Ludmjla, la sobrina de Pavel con la que más adelante se comprometería él mismo, había sufrido un intento de secuestro, así que, como él tenía mucha confianza con su abuelo Admir, se fue derecho a preguntarle todo lo que quería saber con relación a aquel hecho, y Admir le explicó que había indeseables que se dedicaban a perseguir y a plagiar personas con la intención de conseguir grandes sumas de dinero.

Por lo anterior, cuando Vladimir decidió hacer vigilar a Drasko, a este no le tomaría mucho tiempo notarlo, y pensaría que aquello obedecía a lo que le había explicado Admir, así que se las arregló para averiguar eso también y se sorprendería cuando Admir lo negó, pero como Drasko era terco, insistió hasta que Admir, le dijo que el chofer que se encargaba de llevarlo al colegio, estaba perfectamente capacitado para evitar que nada le sucediese.

Como Drasko sabía que su abuelo podía evitar hablar de muchas cosas, pero nunca le mentía, y estando seguro de lo que pensaba, esperó con paciencia hasta las vacaciones, y cuando los enviaron a él y a sus hermanos a ver a su otro abuelo, y siendo que Drasko con Vladimir era mucho menos delicado que con Admir, pues el primero, a diferencia del segundo, no era ni siquiera cariñoso, no esperó ni al día siguiente, sino que ese mismo día antes de la cena, ordenó al fulano que estaba de pie ante la puerta del despacho de Vladimir, que lo dejase pasar. Como el individuo sabía quién era el niño, le avisó a Mijail y éste fue quien lo hizo pasar.

• ¿Qué es tan importante que no podía esperar hasta la cena, Drasko?
• Podía esperar, pero no creo que te agrade discutir ciertas cosas a la hora de la comida – hizo una pausa ladeando la cabeza, aunque no se giró y luego agregó – Si no puedes o no quieres atenderme, solo dímelo y me marcharé, pero dile a este odioso sujeto que se aleje de mí