Acordes del Corazón (libro 2. жена)

Cap. 08 Relato

Dèjan y Mihailo regresaron hacia el grupo y Dàmir fue el primero en notar que faltaba algo o más bien alguien.

  • ¿Dónde está Jesse?  --  le preguntó a su padre
  • Se marchó
  • ¿Cómo que se marchó?  --  insistió, pero Dèjan estaba mirando a Samir
  • ¿Estás bien?
  • Sí señor
  • ¿Crees que debamos llevarlo al hospital?  --  le preguntó a Imran, pero el que contestó fue el mismo Samir
  • No estoy herido ni nada señor, solo algo adolorido por la posición en la que estuve hasta que Jesse llegó
  • A quien me gustaría agradecer apropiadamente  --  dijo Imran
  • Pues tendrás que esperar turno  --  dijo Dèjan y comenzó a caminar hacia el auto  --  Vamos, volvamos a casa

Los chicos pensaron que después del día que habían tenido, era lógico que Dèjan no estuviese del mejor humor. Cuando llegaron a Inside Hill, unos tímidos rayos de sol intentaban abrirse paso, lo que significaba que pronto tendrían 24 horas sin dormir. Sin embargo, todos querían saber qué o más bien cómo habían sucedido las cosas con relación al secuestro y a la liberación de Samir, de modo que Dàmir le pidió a Wilfrid que llevase café para todos y algo de comer para Samir, pues ya había dicho que no había comido nada. Una vez que Samir hubo satisfecho su apetito, se dispusieron a escuchar el relato, pero en ese momento llegaron Ioan, Josh, y el jefe de seguridad, y Dèjan clavó sus negros ojos en su primo.

  • To se radi  [1]  --  le dijo Ioan

Aunque todos entendían el idioma con excepción de John, porque ya Josh entendía algunas palabras, lo que no entendieron fue qué quería decir Ioan, pues se suponía que Dèjan le había avisado que ya tenían a Samir y que no debían entregar el dinero. No obstante, como Dèjan no dijo nada ni Ioan agregó nada más, volvieron la atención a Samir, pero Kerim que era el único que parecía haber entendido algo, miraba a Josh con atención y a pesar de que no sabía exactamente qué esperaba ver, aparte del cansancio que sentían todos, ciertamente no vio nada más.

Samir estaba en una situación parecida a la de Mihailo, aunque en su caso era más por el apellido que por el parecido físico con Imnran, porque aunque lo había no era ni de lejos tan grande como el que había entre los hermanos Vejnôvik, de modo que apenas había ingresado a la facultad había sido asediado por sus compañeros para que les hablase o les contase cosas acerca de los miembros de Zora. No obstante, había hecho algunos amigos, y aunque en principio ellos también se mostraron interesados en el mismo asunto, cuando los demás dejaron de fastidiarlo, ellos se quedaron y se formó el grupo. Entre éstos se contaba Jennifer Wilson, una chica que Samir encontraba muy parecida a Giuliana tanto por su personalidad ácida como por sus características en el vestir, y había sido ella la que les presentase a todos a Herbert Alcott, un individuo a todas luces muy diferente a los miembros del grupo de Samir, ya que la mayoría eran chicos si no de extracción tan humilde, como la de él, más del tipo perteneciente a la clase media-alta, pero sin grandes pretensiones, más o menos como Josh, mientras que a Alcott se le notaba la sangre azul como decía Timmy, uno de los amigos de Samir.

Sin embargo, Herbert se hizo parte el grupo, y aunque eventualmente se perdía y en opinión de los muchachos bebía mucho, siguieron aceptándolo. Hasta allí todo bien, pero el viernes en la noche y después que Samir había terminado una investigación que tenía que entregar el lunes, aunque había quedado en reunirse con los demás, estaba cansado y se fue a su habitación, pero apenas se había quitado la chaqueta cuando escuchó unos perentorios golpes en la puerta, así que fue a abrir y se encontró con Herbert. Según lo que Samir recordaba, no había comprendido bien, pero el chico parecía tener un problema y le había pedido ayuda, de modo que fue con él y más bien fue arrastrado, porque no lo había dejado ni coger su chaqueta. Sin embargo, hasta allí parecían llegar los recuerdos de Samir, porque estaban por subirse al auto cuando su mundo se había apagado.

  • ¿Te golpearon?  --  le preguntó Ajle
  • No, me colocaron un pañuelo en la nariz y después de eso ya no recuerdo nada más hasta que me desperté atado y con los ojos vendados. Intenté moverme, pero me resultó imposible, así que probé a llamar a Herbert, porque suponía que estaría allí también, pero nadie contestó, así que no sé qué pudo haber sucedido con él.
  • ¿Nadie te habló ni escuchaste nada?  --  le preguntó John
  • Solo para decirme que me callara o me meterían una bala en la cabeza. Después de eso nada más, aunque escuchaba voces lejanas de vez en cuando, pero después que vi donde había estado, supongo que las voces provenían del exterior. Todo el tiempo que estuve allí me pregunté qué había sucedido y si todo aquello tendría que ver más con Herbert que conmigo, aunque no tenía idea de qué exactamente, pero finalmente llegué a la conclusión de que tenía que tratarse de un secuestro  --  hizo una pausa y luego continuó  --  Supongo que por efectos del cansancio, en algún momento me quedé dormido y desperté al escuchar lo que me pareció una discusión, y seguidamente disparos, pero casi al mismo tiempo escuché la voz de Jesse, aunque al principio no sabía que era él porque no podía verlo, pero en cuanto me quitó la venda lo identifiqué de inmediato y también vi a un sujeto acercarse y apuntarlo con un arma. Jesse se puso de pie y se giró, pero casi enseguida escuché un disparo y pensé que el individuo aquel le había disparado, sin embargo, el que cayó fue él y pude ver a otro chico como de mi edad corriendo hacia nosotros, y como traía un arma también, supongo que fue el que despachó al otro. Le preguntó a Jesse que si estaba bien y luego cortó las cintas con las que yo estaba amarrado y nos urgió a salir. Al principio me preocupé, porque Jesse tenía sangre en el rostro, en los brazos, y cuando comenzamos a correr parecía no poder hacerlo bien, pero luego otro chico al que él llamó Nick, apareció lo alzó y comenzamos a correr hacia a un auto, pues él dijo que debíamos darnos prisa antes de que llegasen más. No sé cuántos hombres habría allí, pero lo que sí me pareció era que todos estaban muertos cuando nos marchamos. Una vez en el auto, el llamado Nick le dio un móvil a Jesse, él llamó al señor Zazvic y bueno luego fuimos directo al edificio de la corporación hasta que ustedes llegaron.




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