Acordes del Corazón (libro 2. жена)

Cap. 18 El tiempo avanza

 

La segunda quincena de enero estaba siendo muy agitada para Zora, pues tenían entrevistas al por mayor debido al revuelo que había ocasionado en los medios los muchos renglones en los que estaban nominados y el hecho de que uno de sus competidores en el renglón de video-clips fuesen ellos mismos. Los periodistas se peleaban por entrevistarlos, los fans habían enloquecido, y no se conseguía un álbum de Zora en ninguna disco-tienda. Salir se había vuelto muy problemático para ellos y siempre que lo hacían, casi tenían que disfrazarse si querían pasar inadvertidos, pues sus rostros eran muy conocidos y los medios los reseñaban como el mayor suceso musical desde la época de Los Beatles. Con todo, al menos Kerim y Dàmir que eran los que más iban al hospital, se las habían arreglado bastante bien para ello.

 

Martha y Ed también habían ido a ver a Jesse, pero para Martha había resultado muy duro cuando le informaron de la condición de la chica y había estado llorando un día entero casi sin parar, de manera que demoraron en poder ir al hospital, ya que no era conveniente que se largase a llorar en presencia de Jesse. Malik también había tenido que esperar para ir a verla, pues David fue muy claro en aquello de lo peligroso que resultaría para Jesse cualquier virus o infección, de modo que haste que no estuvo completamente restableciod, no pudo ir a ver a Jesse.

 

Como ya se ha dicho, David era un médico de urgencias, y aunque lógicamente haciendo lo que hacía la suya era una de las especialidades en las que con más frecuencia tenía que dar terribles noticias a los familiares de un paciente, el caso de Jesse era diferente, ya que no se trataba de informar a un familiar que un hijo, una esposa o un hermano había fallecido, sino que se trataba de poner al tanto al paciente mismo de una situación grave con un posible desenlace fatal.

Jalla se ofreció a hablar con Jesse, pero David se negó a ello, porque sentía que la traicionaba si no se lo decía él mismo, de manera que se preparó mentalmente para el asunto, y aunque tanto Mihailo como Nick quisieron estar presentes, él consideró que era mejor concederle cierta privacidad a Jesse para que pudiese desahogar cualquier posible reacción sin testigos.

  • ¡Ey!  --  saludó la chica cuando lo vio entrar
  • ¿Quieres alguna cosa?  --  le preguntó Nick antes de salir, pues sabía a lo que había ido David
  • Café
  • No se puede, ya tomaste tu dosis de hoy
  • Entonces no hagas preguntas estúpidas

Nick sonrió, haló un mechón de su cabello y se apartó a toda prisa antes de ser sacudido. Una vez solos y siendo que David no había reído como era habitual ni había dicho nada en lo absoluto, Jesse compuso expresión de susto.

  • No me digas que vienes a torturarme de nuevo

Gracias a las muchas horas que había dedicado Kerim, y un poco después otra psiquiatra del hospital, a hablar con Jesse, si bien seguía descomponiéndose cuando veía las agujas, al menos ya no intentaba correr, aunque dependiendo del proceso en cuestión, podía o no entrar en estado de shock cuando había que practicarle alguna prueba, y seguía negándose a que lo hiciese otra persona que no fuese David, algo que había quedado claro en una oportunidad en la que David estaba en la emergencia cumpliendo con su turno y Jesse hizo un ataque de pánico cuando otro médico se le acercó para tomar una muestra de sangre. Sin embargo, le extrañó que Nick se hubiese marchado, pues normalmente él la acompañaba y se quedaba con ella independientemente del examen del que se tratase, porque si estos incluían Rx o aquel horrible túnel donde la habían metido, a él le colocaban un traje que lo protegía de las radiaciones, así que su cerebro le indicó que no podía tratarse de ningún examen.

  • ¿Y bueno? ¿Dirás algo o la bonita doctora Jalla decidió cortarte la lengua?  --  preguntó en tono burlón, pues en opinión de Jesse, Jalla Kharan suspiraba por los huesos de David y éste ni en cuenta
  • Hay algo importante que debo decirte, Jesse  --  comenzó – Ya finalizamos los estudios y los mismos arrojaron que padeces una enfermedad llamada anemia aplásica  --  dijo de un solo tirón o habría perdido el valor
  • ¿Qué es eso?  --  preguntó y David procedió a explicarle todo, incluida la necesidad del transplante

Jesse tenía escasísimos conocimientos de medicina, pues habiendo sentido tanta aversión por ella toda su vida, nunca se había detenido a leer nada que tuviese que ver con la misma, de modo que David tuvo que hacer una extensa explicación de todo.

  • Es decir, que en resumidas cuentas, voy a morir si no se consigue un donante ¿no?
  • Podemos intentarlo con tratamiento, pero no voy a mentirte Jesse, es grave y las posibilidades son pocas

Jesse guardó silencio unos minutos en los cuales su corta, pero azarosa vida, desfiló a toda velocidad por su mente y llegó a la conclusión de que en realidad sus posibilidades nunca habían sido muchas, pues sus padres no la habían querido, había pasado más de la mitad de su vida en un lugar donde no querían a nadie y recientemente casi había perdido a la única persona que había considerado como a un pariente, aunque luego pensó en Nick, Charlie, Jack y una sonrisa triste se dibujó en sus labios pensando además que no la conocían desde hacía mucho y pronto se acostumbrarían a su ausencia.




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