Acordes del Corazón (libro 2. жена)

Cap. 28 Consecuencias

 

Ioan definitivamente era un sujeto inteligente y hábil, de manera que tenía organizada a su gente para responder con rapidez y eficiencia ante casi cualquier situación, con la resultante de que a los pocos minutos  que él diese las diversas órdenes, ya los informáticos habían elaborado una larga lista de centros que contasen con lo necesario para atender el caso de Jesse, misma que quedó reducida a tres y Ioan solo tuvo que decidirse por una para que quince minutos más tarde estuviese tramitado el ingreso y un ejecutivo de CZ se pusiese en camino para esperarlos.

Jeff Samuels, su jefe de seguridad, no actuó con menos rapidez, ya que James y sus hombres llegaron en tiempo record una vez Jeff les diese la orden.

Y aun hubo otro grupo de individuos que se pusieron en rápido movimiento, pero éstos no pertenecían a CZ, o al menos no figuraban en su nómina de forma directa, más no por eso eran menos eficientes y ciertamente mucho más peligrosos.

 

Dèjan se levantó del asiento que fue ocupado por Dàmir mientras él se iba a hablar con James, algo que ya estaba haciendo Ioan. Normalmente Dèjan tenía expresión adusta, de modo que nadie que trabajara con él o para él lo calificaría jamás de individuo afable, pero si a eso se agregaba la molestia, las cosas podían ponerse muy difíciles para quien se la hubiese atraído, así que cuando James lo vio avanzar hacia donde ellos estaban, estuvo seguro que iba a ser lanzado a la calle desde allí mismo.

  • Holland  --  dijo y aquello sonó como un latigazo

James había iniciado su relato hacía un momento, pues Ioan ya le había pedido las explicaciones del caso, pero comenzó de nuevo, y Mihailo que se imaginó con suma facilidad lo que estaba sucediendo, se acercó con sigilo, una habilidad que tenía bien aprendida desde los tiempos del orfanato.

  • Debo entender entonces que una niña  --  puntualizó Dèjan  --  a quien usted dobla en estatura, complexión y supuestamente en habilidad, es capaz de impedirle cumplir con lo que se le ordena ¿no?

James había comenzado a sudar, pues él podía ser muchas cosas, pero estúpido no era una de ellas, de manera que estando en contacto directo y diario con aquellas personas, sabía que por alguna razón la chica era muy importante para ellos, así que de ninguna manera se habría atrevido a decir que en su opinión, independientemente de la aparente fragilidad de la niña, no calificaba de ninguna manera como trabajo fácil. Sin embargo, estaba dispuesto a dejarse cortar la cabeza, porque sabía que había fallado en el encargo que se le había hecho, pero Mihailo decidió intervenir en ese momento.

  • Disculpe, señor Zazvic  --  dijo y ellos giraron la cabeza hacia él  --  usted conoce a Jesse, así que no debería extrañarle mucho lo sucedido y en realidad James no tenía muchas opciones a menos que la hubiese golpeado, porque lo que James no le está diciendo es que Jesse tenía un cuchillo en la mano, y usted y yo sabemos que no habría dudado en utilizarlo

Ioan y Dèjan miraron a James y pensaron aproximadamente lo mismo, y era que aquel individuo estaba perfectamente entrenado para desarmar a cualquiera. Mihailo debió entender lo que ellos estaban pensando, porque agregó algo más.

  • James sin duda habría podio quitárselo, pero para eso habría tenido que lastimarla y correcto o incorrecto, ni Nick ni yo se lo habríamos permitido, y aunque es posible que yo me hubiese mostrado menos violento, le aseguro que no es el caso de Nick  --  hizo una pausa antes de agregar para concluir  --  Si no me cree puede preguntárselo a David, él también estaba allí

A pesar de la ira de Dèjan, le costó poco imaginarse la situación, y en el caso de Ioan no tenía ninguna duda al respecto, de modo que le hizo una seña a James y él se retiró.

  • Ya buscaré la manera de deshacerme de él, Dèjan
  • Claro, y por el mismo camino tendré que preparar tu funeral
  • No tiene que enterarse de…
  • Ioan  --  lo interrumpió Dèjan  --  aunque llevamos más de cuatro años creyendo conocerla, es evidente que no es así, no me compliques las cosas

Dicho esto le dio la espalda y fue a sentarse. Ioan había elevado las cejas y se había quedado con la boca abierta, aunque no era claro si para decir algo o por simple impresión. Sin embargo, decidió esperar antes de tomar una decisión con respecto a aquel molesto muchachito.

 

Cuando el piloto anunció que estaban por aterrizar, Dèjan se acercó nuevamente al asiento de Jesse, porque aunque Dàmir había estado junto a ella durante buena parte del vuelo, cuando ella se durmió él fue  sentarse junto a Mihailo. Dèjan revisó que Jesse tuviese el cinturón ajustado y luego se sentó a su lado. Aunque esperaba que siguiese dormida, no fue así y en cuanto comenzaron a descender ella abrió los ojos.

  • ¿Qué sucede?  --  preguntó con cierta aprensión
  • Nada, solo estamos  a punto de aterrizar
  • Ah pues que bien, no encuentro esta cosa de volar especialmente agradable

Dèjan decidió sujetar su lengua para no alterarla más de lo necesario, pero cuando vio que Jesse se llevó una mano al estómago y otra a la boca, buscó con rapidez la bolsa que sabía estaba allí con aquel fin y la sostuvo mientras Jesse devolvía su escaso desayuno. Saltándose las normas de seguridad para un aterrizaje, David se quitó el cinturón, corrió hacia Jesse y no se movió de allí hasta que el avión se detuvo.

  • Esto… es…
  • Tranquila  --  le dijo David
  • No volveré… a subirme a… una cosa de estas… nunca más




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