Acordes del Corazón (libro 2. жена)

Cap. 30 Desplazado

 

Jesse se había quedado muy angustiada, pero no tenía cómo saber nada hasta que David no regresase, de modo que se acostó y una vez que apagó la luz, comenzó a repasar cuidadosamente lo que había escuchado.

En medio de su furiosa diatriba, David había mencionado primero la lesión que Dèjan había sufrido hacía años, le dijo también que él había hecho todo lo que había podido con los escasos recursos con los que contaban, pero que no era médico entonces, no contaban con lo necesario, ni Dèjan había guardado el reposo requerido. Por otra parte captó que David le decía que era muy necio pensar que con solo nadar una o dos horas diarias sería suficiente, pues según lo que Jesse entendió, eso no ayudaría a que el músculo se recuperase como era debido.

Finalmente Jesse no sacaría en claro nada más allá de que por algún motivo la herida de Dèjan no había sanado como se esperaba y ahora estaba causando problemas.

Cuando despertó en la mañana seguía con la misma sensación de angustia, así que apenas David hizo acto de presencia, lo atacó a preguntas, pero lo que David le dijo no contribuyó en lo más mínimo a tranquilizarla.

  • ¡¿Operación?!
  • Cálmate Jesse, es una intervención sencilla que tal vez no habría sido necesaria si el necio ese hubiese ido a ver al especialista desde la primera vez que me consultó por el dolor en la pierna
  • ¿Y por qué no lo llevaste tú mismo?
  • Porque después de ti, creo que es el sujeto menos inclinado a visitar hospitales
  • Pues por la molesta manera en que no sale de aquí, nadie lo diría
  • Créeme, si esas visitas tienen que ver con él mismo, las evita tanto como puede

Jesse se quedó un poco más tranquila después de esa conversación con David, pero como Dèjan no fue ese día ni al siguiente, ella comenzó a preocuparse, y cuando David fue a verla esa tarde la encontró de muy mal humor.

  • Veamos Jesse  --  dijo después que ella se había quejado de que Dèjan tenía dos días sin aparecer  --  ¿Primero te quejas de la molesta manera en que no sale de aquí y ahora lo haces por lo contrario?  --  le preguntó, pero como ella lo miró muy mal, agregó  --  No puede venir porque fue intervenido esta mañana

Los ojos de Jesse doblaron su tamaño, su piel ya de por sí pálida se volvió casi transparente y David tuvo la impresión de que iba a desmayarse. Nick había dejado su indolente actitud, poniéndose de pie enseguida y en estado de alerta, pero independientemente de lo que ellos pensasen, a continuación Jesse comenzó a gritarle a David cualquier cantidad de cosas de las que él entendería si acaso la mitad, y antes de que se diese cuenta ella ya iba hacia la puerta. Nick que tenía una idea aproximada de las intenciones de Jesse, se movió con rapidez para detenerla.

  • Espera enana
  • Sí, tienes razón  --  dijo ella volviéndose  --  este individuo aun no me ha dicho en qué piso está el jefe
  • ¿Doc?  --  preguntó Nick, aunque en su caso lo que quería saber no era dónde estaba Dèjan, sino si aquello le estaba permitido a Jesse
  • Escucha Jesse, sabes que…
  • No se te ocurra decirme que no puedo ir, porque sabes que iré así tenga que recorrer tu maldito hospital de punta a punta

David se llevó una mano a la frente y armándose de paciencia procedió a explicarle los muchos motivos por los que no podía ir paseándose por el hospital, pero como Nick sabía, y el mismo David también, convencer a Jesse de algo con lo que no estaba de acuerdo era una tarea ímproba.

  • No quiero pasear por el hospital
  • Pero de igual manera es…
  • Ya te lo dije, David  --  lo interrumpió ella en tono helado  --  si no me lo permites por las buenas, lo haré por las malas

Finalmente a David no le quedó más alternativa que autorizar la visita, aunque bajo ciertas condiciones, mismas que incluían el hecho de que sería solo unos minutos y que debía usar un tapabocas. David en realidad estaba exagerando, pues Jesse había mejorado mucho, pero él seguía siendo tremendamente celoso con su trabajo y por eso actuaba de esa forma.

Aunque Nick fue con ellos no entró, porque no tenía ningún deseo de ver a aquel odioso individuo más de lo necesario, mientras que Jesse entró sin llamar siquiera. Ioan estaba sentado leyendo un libro y se sorprendió por la intempestiva entrada, pero Jesse ni siquiera notó que él estaba allí, pues pasó derecha hacia la cama. Dèjan estaba dormido y ella miró a David en forma interrogativa.

  • Aunque ya pasó el efecto de la anestesia, es normal y recomendable que duerma  --  le dijo y ella asintió
  • ¿Pero va a estar bien, no?
  • No lo puedo creer, estás preocupada por mí, niña

Más le habría valido seguir dormido o fingirse así, porque a continuación fue víctima de una muy vívida descripción de su carácter en los términos menos favorables.

  • David  --  dijo Dèjan cuando Jesse se calló un momento  --  creo que dijiste algo acerca de la tranquilidad y no me parece que…

Pero ni él pudo concluir ni David podría decir nada, porque Jesse solo parecía haberse detenido para tomar aire, ya que lo interrumpió y continuó con su rosario.

  • ¿Dónde está Dàmir?  --  preguntó mucho rato después
  • No quise preocuparlo con algo sin importancia, pues…
  • ¡Ah claro!  --  volvió a interrumpirlo  --  Entérate que tu hijo no es de cristal y no va a agradecértelo, grandísimo necio




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