Acordes del Corazón (libro 2. жена)

Cap. 32 La historia de Nick

 

Nick solía abandonar la habitación cuando Dèjan llegaba, pero como sabía que eran más las ocasiones en las que aquellos dos terminaban peleándose, procuraba no alejarse mucho. Ese día apenas salió se encontró con que venían llegando Charlie, Jack y Jim. Este último solía ir muy poco, pues no era del tipo sociable y pasaba la mayor parte del tiempo metido de cabeza en su ordenador, de modo que en cuanto Nick lo vio, se preguntó si algo sucedía, pues las veces que Jim había estado en el hospital, y aunque pasaba un momento a saludar a Jesse, siempre había sido para darle alguna información importante a Nick.

Tal y como Nick había pensado hacía mucho tiempo, Jim se había convertido en una importante pieza de su tinglado, pues su negocio había comenzado a crecer y él se encargaba de vigilar sus inversiones, pagar sus cuentas y las de todos en realidad, y lo más importante, era con quien se ponían en contacto los clientes especiales para hacer los encargos que más ganancia les dejaban. Gracias a Jim, Nick había aprendido cómo funcionaba el mercado de valores, pero fue gracias al instinto de Nick y su habilidad para los negocios, que aquello se volvió importante, y aunque evidentemente no podían invertir tanto como aquellos que se deicaban de forma exclusiva a aquello, sus inversiones habían resultado rentables y era Jim quien se mantenía al pendiente de las mismas.

Charlie como de costumbre venía mortificando a Jack, pues si antes de enterarse que Jesse era una chica, ya lo fastidiaba llamándolo pervertido, ahora tenía muchos y mejores motivos, aunque él no necesitaba ninguno para hacerle la vida miserable.

  • Vamos hombre, a menos que te hagas cirugía y creo que en opinión de tu larga lista de chicas, no la necesitas, no puedes hacer nada más para que Jesse te preste atención
  • Y de momento no se la prestará a nadie, porque está con el jefe  --  dijo Nick imprimiendo la habitual carga de veneno al apelativo
  • ¿Es que no tiene nada mejor qué hacer ese mal nacido?  --  preguntó Jack a nadie en particular, pero como Charlie no podía estarse callado fuese con él o no, fue quien contestó
  • Creo que ella le ha hecho la misma pregunta un millón de veces
  • En mi opinión deberíamos…
  • Guárdatela, suponiendo que te guste la cabeza donde la tienes  --  lo interrumpió Nick  --  porque sabes que la enana te tiene manía y le daría un gran placer quitártela

Aquel era otro asunto por el que molestaban mucho a Jack, porque aunque Jim también había recibido un trato poco amable de Jesse con el tablazo que les acomodó a él y a Albert, era a Jack a quien hacían víctima de las burlas, tanto por la casi noqueada que Jesse le había propinado como por los muchos otros golpes que se había rifado en oportunidades posteriores.

  • ¿Qué hay?  --  le preguntó Nick a Jim después de un momento

La poca sociabilidad de Jim se extendía hasta el punto de economizar las palabras, de manera que le extendió un sobre a Nick. Después que Nick leyó lo que venía dentro, una enorme sonrisa se dibujó en sus labios y le dio las gracias, pero Jim se limitó a asentir y nada más.

  • Guárdalo en lugar seguro  --  le dijo devolviéndole el sobre

En ese momento vieron que se abría la puerta y salía Dèjan con su acostumbrada cara de pocos amigos lanzando la puerta con tanta violencia que pensaron que iba a hacerse pedazos.

  • ¡Guao!  --  exclamó Charlie  --  Creo que Isabella se superó a sí misma en esta ocasión

Todos se apresuraron hacia la habitación y ciertamente ella no parecía de mejor humor que el individuo que acababa de salir, y como de costumbre a quien hizo blanco de su ira fue a Jack.

A Jack le había costado mucho aceptar que en realidad le gustaba aquel portento de antipatía, pero una vez que lo hizo, por ese mismo camino llegó a la conclusión de que lo único que conseguiría de Jesse sería un puñetazo si tenía suerte, y si no la tenía, la dulce niña le cortaría la garganta si se descuidaba.

Aunque se suponía que Jack estaba encargado de cuidar al gato de Jesse, y era la razón por la que se peleaban a diario, en realidad el minino había terminado en el departamento de Nick, y a pesar de que él había protestado mucho, había terminado por acostumbrarse a la idea y cada vez que había ido a su casa, el animalito lo seguía a todas partes, de modo que había dejado de insultar a Jack y solo lo amenazaba con sacudirlo si encontraba una sola mancha o suciedad en el lugar.

Jesse tenía verdadera urgencia por hablar con Nick, pero aunque se hubiese mostrado inclinada a hacerlo en presencia de Charlie e incluso en la de Jack, no en la de Jim, así que decidió esperar a que él se marchase pues nunca se quedaba mucho tiempo. Sin embargo, aquel no parecía su día, porque si bien Jim efectivamente se marchó al poco rato, casi chocó con Maggi que venía entrando, de modo que Jesse gimió para sus adentros, pero nada podía hacer, pues de ningún modo iba a correrla a ella.

Maggi era de naturaleza amable y era la única del grupo que trataba bien a Nick y a sus chicos, de manera que después de entregarle a Jesse unos libros, estuvo conversando animadamente con el grupo y no se marchó hasta muy tarde y cuando Mihailo ya había llegado. Con las cosas así, a Jesse no le quedó más remedio que aguardar hasta el día siguiente para hablar con Nick.

  • Asegura la puerta  --  le dijo una vez que se habían llevado la bandeja el desayuno casi intacta
  • La gente podría pensar mal, enana  --  dijo él en tono burlón  --  ¿Acaso piensas asaltarme?
  • No seas necio, Nicola  --  dijo con ira  --  no quiero molestas interrupciones
  • Bien, ya está hecho  --  le dijo él después de asegurar la puerta  --  ¿A quién hay que matar?  --  preguntó ganándose una mirada que habría podido matarlo a él
  • Quiero que me prestes atención, porque lo que necesito es que me ayudes a salir de aquí lo antes posible
  • Entiendo




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