Cap. 5 Situaciones
En la mesa que los Zazvic compartían con algunos allegados, Damjana y Verushka miraban hacia la de los jóvenes.
- Ese chico se parece a Jesucristo ¿no crees? – preguntó la primera señalando al que se había puesto de pie
El comentario obedecía a que en aquel momento Chase se había levantado y estaba, como de costumbre, haciéndole la vida miserable a Mix. La observación de Damjana no podía estar más alejada de la realidad al menos en el fondo, porque en la forma sí era posible que estuviese medianamente acertada, pues Chase tenía una melena castaña, los ojos azul cielo y lucía una barba no muy larga pero bien cuidada, y en realidad eso parecía ser lo único que cuidaba en opinión de sus amigos.
- Me alegra que te estés divirtiendo – le dijo Dàmir a Ivy que estaba riendo con las payasadas que Chase decía
- Es que ese chico es muy gracioso – dijo ella y Dàmir rio
- Sí, pero dudo que Mix comparta tu opinión
- No digas tonterías, estoy segura que Mix sabe que solo bromea
- Seguro, pero ser el objeto preferido de las bromas de Chase, no creo que sea el sueño de nadie
- Dàmir – dijo ella un poco después y cuando él le acercó un vaso – deberías ir a compartir con tu familia y amigos
- Créeme linda, todas las personas que me interesan, están aquí
- Dàmir – dijo con expresión de pena – si lo estás haciendo por mi causa…
- ¡No! – exclamó él y algunos de los chicos voltearon a mirarlo, pero como no vieron nada anormal, siguieron escuchando a Chase – Escucha, este no es el mejor momento para hablar de ello, pero te prometo que te contaré otro día por qué ni mi familia, ni los amigos de ésta, lo son míos
- Recuerdo algo que dijiste el día de la rueda de prensa, así que no tienes que contarme nada y lamento haberte recordado algo triste
Dàmir quería patearse a sí mismo, pero Liam resolvió eso, pues cuando lo estaba pensando, ahogó una exclamación al sentir un golpe en el estómago.
- ¿Dàmir? – dijo Ivy al escuchar la exclamación ahogada y el ruido
- ¡Liam! – estaba gritando al mismo tiempo Kerim
En el más bien corto tiempo que llevaba conociéndolo, Kerim había desarrollado una extraordinaria habilidad para atrapar a aquel pequeño demonio, en opinión de Dèjan, pero lo que éste no parecía recordar era que Kerim había sido un hábil jugador de Rugby. Aunque en un primer momento Dèjan se había preocupado por Dàmir, al ver que no había sido nada serio, estaba riendo al ver a Kerim riñendo a Liam, y a éste intentando zafarse hasta que derramó algo en la chaqueta de Kerim y pensaron que lo soltaría, pero como él no era Ajle y lo traía sin cuidado lo que Ajle seguro calificaría de crimen, no lo soltó. Giuliana moría de risa al igual que Johan y todos en realidad, pero fue ella la que habló.
- Insisto en que la justicia divina existe, y estarás de acuerdo conmigo Johan, porque el niño está pagando todo lo que seguramente te hizo.
- Suponiendo que eso exista, quien la administra anda muy desencaminado, porque Kerim no fue un niño tan inquieto, distraído tal vez y definitivamente escandaloso cuando descubrió la batería, pero de ningún modo una catástrofe como parece ser ese chico
A Giuliana se le borró la sonrisa y se sintió confundida, pues en su cabeza, Kerim no podía haber sido otra cosa que lo que era.
- Amor – dijo Dèjan en el oído de Jesse que solo lo miró, porque cuando él le hablaba de aquella forma, ella sentía un vacío horroroso en el estómago y su lengua se trababa – Debemos ir a saludar a los demás invitados
- ¿Por qué?
- No estoy muy seguro, pero creo que es por amabilidad, aunque en mi caso, siendo que no lo soy, solo quiero lucir a mi bella esposa
- ¡Ja! – exclamó John que lo había escuchado – Ya quedó aclarado de dónde le viene a Dàmir esa forma de hablar
Dèjan lo miró como si quisiese asestarle, pero quien lo hizo fue la bella esposa, después de lo cual se levantaron y se alejaron, pero al menos Jesse lo hizo con muy poco ánimo al ver el tamaño de aquel salón.
- Dèjan – escucharon y se detuvieron
- ¿Qué sucede, Jonathan?
- Tengo hambre
Aunque no era que Jonathan estuviese en una situación de abandono justo en ese momento, cuando Dèjan escuchaba aquella frase dicha por un niño, siempre experimentaba el mismo malestar, de modo que sujetó la mano del chico y sin soltar a Jesse, comenzó a caminar buscando a un mesero.
- Todos los niños deben tener hambre, porque ya pasó la hora en la suelen comer – dijo Jesse
Aunque él no sabía con exactitud a qué hora comían los niños, supuso que ella tenía razón, de manera que ubicó a Jeff que era uno de los mayores del grupo y le pidió reunirlos, y después que se ocupó de hacer que les llevasen comida, volvió a lo que intentaba hacer.
- ¿En verdad tenemos que acercarnos a ese tipo? – preguntó Jesse cuando se dirigían hacia Vladimir
- No me agrada a mí mucho más que a ti, pero como te dije antes, es el abuelo de Drasko y de los gemelos
- Pero no entiendo – dijo pensando en lo que había sucedido antes – quiero decir…
- Sé lo que quieres decir, pero lo único que puedo decir yo, es que algunos padres, y en este caso abuelo, se las arreglan bastante bien para fastidiarnos