Acordes del Corazón (libro 7. надати се)

Cap. 10 Giovanni Aliano

 

Los Dorel casi habían secuestrado a Donatello, pues estaban muy interesados en conocer hasta el último detalle de aquel individuo, y aunque en un inicio él se sintió muy incómodo, especialmente con Noah quien a pesar de no ser tan viejo, se conducía como si fuese un padre odiosamente inquisitivo, Eugene que apenas si había dicho dos o tres palabras, y Demian que si bien hizo un enorme esfuerzo, era obvio que le quedaba muy difícil ser simpático, estaba minando con rapidez su paciencia. Sin embargo, la desbordante alegría y casi irresponsabilidad con la que se conducía Lorian, hizo que Don se sintiese menos presionado y de hecho éste hermano era el que más le recordaba a Justine, pero quien logró una mejor comunicación con él fue Michel, algo lógico siendo lo que era, y fue quien describió y en cierta forma justificó las personalidades y comportamiento de sus hermanos. También fue Michel quien le habló de sus infancias, parientes, y las circunstancias en las que habían quedado huérfanos.

Siendo que aquel conjunto de seis individuos era muy atractivo, las mujeres presentes hicieron denodados esfuerzos por atraerse su atención, pero el único que mostró algún interés fue Lorian quien era un probado sinvergüenza. Las cosas se tornaron un tanto difíciles en un momento en el que Justine conversaba con Nick y con Charlie, y Giovanni se les acercó, pues Demian, que era el único que conocía la historia casi hasta en el último de sus detalles, ya que Justine se lo había contado, fue quien atajó a Donatello, pues no le supuso ningún reto notar que Don quería ir a quitarle la cabeza a su progenitor, pero como a Demian en verdad le resultaba imposible ser medianamente simpático o delicado, lo sujetó y casi lo empujó a la silla.

  • No seas idiota, Aliano – le dijo y Michel se angustió – es mal asunto para cualquiera ir por ahí matando desdichados, pero aparte de que te guste o no, ese es tu padre, tú eres policía y esta es la boda de tu hermana. Pero supongamos que nada de lo anterior te importase, créeme, Justine te hará pedazos si intentas colocarla en el odioso nivel de frágil mujer incapaz de defenderse

Con aquel discurso, Demian podría haberse agenciado con facilidad un par de costillas rotas, pero Michel tuvo tiempo de recobrar la calma y se aplicó a fondo con Donatello hasta que éste la recuperó también y pudieron continuar sin daños que lamentar.

Giovanni por su parte, si bien no se había fijado en Justine en la iglesia ni cuando su hijo llegó en su compañía, pues estaba muy ocupado detallando a la nueva familia de su hija, cuando su radar lo hizo fijarse, Marco le indicó diligentemente que si no quería llegar a la tumba con demasiada rapidez, ni siquiera la mirase, pues aquella era la chica de Donatello

  • Santa madona – exclamó – esa sí que es una mujer – dijo de forma idéntica a su hijo
  • Olvídalo Giovanni – dijo diligentemente Marco – es la chica de Don – y Giovanni rio
  • Pues sin duda le heredé el buen gusto
  • No seas necio, Giovanni, a ti te gustan todas

A pesar de la advertencia, Giovanni caminó hacia ella, y aunque su intención solo era conocerla, Marco quería sacudirlo, porque estaba bastante seguro que Don no iba a ponerse a averiguar la posible intención de su padre y él vería solo una.

  • Buenas noches – dijo y Nick juntó las cejas – Nico, ¿no me presentas a la encantadora damita?
  • ¡Mon Dieu! – exclamó Justine y ahora fue Marco quien juntó las cejas pensando que aquella era igual a todas
  • Ella es la señorita Dorel – dijo Nick, pero agregó en tono seco – Justine, él es…
  • Ni te molestes, es como ver a Lyn o a Donatello, usted es el señor Aliano – dijo extendiendo la mano hacia la de Giovanni, y Marco pensó que aparte de todos sus males, también habladora
  • Bueno, es obvio que esos bonitos ojos cumplen con su función, pero por favor, linda, solo Giovanni
  • No, señor Aliano – puntualizó ella – pero mucho gusto

Nick y Charlie tenían una sonrisa malvada en los labios, pero Giovanni, o bien era muy necio, o tenía un extraordinario deseo de morir.

  • ¿Y puedo saber por qué alzas esa odiosa barrera de señor entre…? – pero según su costumbre, ella no lo dejó terminar
  • Sera porque, a pesar de que fui criada por cinco hombres, ellos se esforzaron por enseñarme buenos modales y algo debo haber aprendido, porque tengo presente que siendo usted, no solo un hombre mayor, sino el padre de mi novio, ese es el tratamiento que corresponde
  • ¿Me estás llamando viejo? – preguntó él con horror
  • Desde luego que no, eso sería grosero y… reiterativo

Aquello ya fue mucho y los chicos soltaron una carcajada, y aunque la última cosa que Giovanni podía querer en aquel momento era reír, igual le sonrió a Justine, y después de un par de frases corteses, se excusó y se alejó.

  • ¿Quién demonios es la muchachita esta?
  • Te lo acaba de decir Nico, Justine Dorel – dijo Marco – pero lo importante es lo que te dije yo, y a decir verdad, ella misma, y es, que es la novia de Don
  • Igual quiero que averigües todo lo que haya que saber de ella




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