Acordes del Corazón (libro 7. надати се)

Cap. 13 Niños

 

Después que la pareja de recién casados se había marchado, Dàmir no se entretuvo mucho más, de manera que se despidió de su abuela, de Mirjana y de sus primos y volvió a la mesa donde ya estaban reuniendo a los niños. Dàmir juntó las cejas al escuchar a Elizabeth, porque aquella chica no terminaba de agradarle y dudaba que lo hiciese algún día.

  • ¿Cómo regresaremos, Jeff? – estaba preguntando
  • Preguntémosle al príncipe – contestó él

En otras circunstancias era muy probable que aquel apelativo no hubiese agradado a Dàmir, pero el día que se había quedado hablando con Dèjan al volver de Blue Garden, éste le había dicho que aquel joven individuo y si bien estaba lejos de ganarse un premio a la simpatía, no era porque no lo fuese, sino que se esmeraba en parecer justamente lo contrario, pero que todavía no había averiguado la razón; igualmente le aseguro que el chico se había ganado su confianza y su afecto; de modo que por lo anterior, Dàmir ignoró el odioso calificativo. El caso de Elizabeth era diferente, porque Dèjan le dijo que la había visto muy poco debido a que si bien ella pasaba mucho tiempo en el centro, no vivía allí y por tanto no se había trasladado a Blue Garden como aquellos que sí, y agregó además, que a Jesse no le resultaba especialmente simpática.

  • Señorita… Elizabeth ¿no? – dijo Dàmir y ella se giró
  • Mis amigos me llaman Beth, guapo – le dijo mirándolo con coquetería
  • Si me indica usted una dirección, alguien la llevara hasta su casa, señorita Elizabeth

Si ella iba a preguntar o a insistir en que la llamase de otro modo, no podría, porque Dàmir ya le estaba diciendo a James que se ocupase de lo anterior, y como James lo conocía bien, se apresuró a decirle a la chica que lo acompañase sujetándola por un brazo.

  • Jeff – dijo una vez que ellos se habían alejado – todos ustedes vendrán a casa conmigo
  • A casa – repitió Jeff – ¿Quieres decir a tu casa? – puntualizó y Dàmir asintió

Aunque tuvo la impresión de que el chico iba a protestar, no fue así, y en cualquier caso ya Nathan estaba alzando a Sara, de modo que se limitó a asentir y comenzó a organizar a los niños. A pesar de que la mayoría de los niños obedecieron al llamado de Jeff, Alex y Liam parecían un reto en cualquier circunstancia, pero finalmente Frankie logró atrapar a Alex, mientras que Kerim traía a Liam, pero cuando intentó colocarlo en el piso, el chico se las arregló para treparse a sus hombros.

  • Liam, baja de ahí o voy a…
  • Yo me haré cargo – lo interrumpió Kerim

Una vez que los tenían a todos, marcharon hacia la puerta donde ya los estaban esperando los vehículos. Los chicos se subieron a la Van mientras que Dàmir se llevaba con él a Abigail, a Natalia y a Ivy, y como Liam seguía pegado a Kerim, éste decidió llevárselo con él diciéndole a Jeff y a Lisa, que eran los que faltaban por subir, que lo llevaría temprano a Inside Hill y marchó al auto donde lo esperaba Johan y la chica con la que había ido.

  • No sabía que tenías un hijo y supongo que nadie, porque no he leído nada en la prensa, aunque entiendo que no vayas por ahí promocionando a esa… catástrofe – dijo la mujer

Tanto Johan como Kerim eran igualmente bromistas y solían tomarse todo de esa forma, pero el comentario de la acompañante del primero, generó la ira de ambos.

  • No tenías por qué saberlo y acabas de demostrar que tampoco merecías hacerlo, pero te advierto algo, si veo impreso un comentario como el que acabas de hacer, es mejor que abandones ya no digamos la ciudad o el país, sino el planeta mismo
  • ¿Me estás amenazando? – preguntó ella en forma muy estúpida, pero fue Johan quien le contestó
  • No, él te está haciendo una amable advertencia, pero yo sí voy a hacerlo, porque si fastidias a mi hijo de cualquier manera, te aseguro que abandonar el planeta no te servirá de nada

Como ya se ha dicho, Liam era poco más que un bebé sumamente hiperactivo, pero sin duda y como todas aquellas criaturas del ignominioso grupo al que pertenecía, con un instinto inmejorable, porque si bien había seguido brincando y arruinando las ropas de Kerim, al escuchar a la chica se había detenido y la miraba con expresión peligrosa, pues había identificado el tono hostil.

  • ¿Qué les sucede a ustedes?

Fue una suerte para aquella chica que mientras hablaba, Johan hubiese pulsado un timbre con el que le indicaba al chofer de la limosina que se detuviera, de modo que en cuanto lo hizo, Johan abrió la puerta y casi tiró de ella con lo que posiblemente la había salvado de la ira del niño. Una vez que Johan se aseguró de que fuese montada en un taxi que la llevase a su casa, volvió dentro.

  • Lo lamento, hijo
  • Descuida, no es tu culpa que no tenga cerebro
  • Al menos le dieron algo con que divertirse, la pena es que no se contente con eso y que utilice la lengua para algo para lo que en su caso, no es útil

Kerim había tenido una expresión de disgusto poco común en él, pero al escuchar a Johan soltó la carcajada y esa pareció ser la señal para que Liam, que había estado más tranquilo que en todo el tiempo que Kerim llevaba conociéndolo, comenzase a saltar de nuevo, pero lo hizo del asiento donde iba Kerim al del frente cayéndole encima a Johan.

  • ¡Ey! – exclamó Johan, pero Liam le sujetó el rostro sonriéndole con amplitud – ¿No estás cansado? – le preguntó y Liam negó saltando de nuevo hacia Kerim




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