Acordes del Corazón (libro 7. надати се)

Cap. 24 Memoria

 

Illinka se había comprometido con Dèjan a ocuparse de llevar a Jonathan al hospital por lo menos un par de veces a la semana para que viese a su hermana, pero si bien durante las primeras tres semanas eso no había sido posible, porque primero la niña había estado en la UCI, y luego si bien había recuperado el conocimiento, estaba absolutamente desconectada de la realidad, cuando David le avisó que ya había sido trasladada a una habitación y que estaba mucho mejor, Illinka se dispuso a cumplir con aquello a lo que se había comprometido.

Dèjan había tenido todos los problemas del mundo para enviar a Paulo de vacaciones, las primeras desde que estaba con él, pues Paulo decía que Dèjan viajaba mucho y en su opinión, se podía decir que él vivía de vacaciones, porque quien trabajaba era Dèjan y no él. Sin embargo, había estado fuera una semana, pero se había aburrido de no hacer nada y había regresado, pero desde entonces había tenido que soportar las burlas de Ioan. Aunque había pensado quedarse con él hasta que Dèjan volviese, en verdad Ioan era maligno, así que no fue con él cuando abandonó Londres, sino que se fue Inside Hill.

Paulo ya sabía acerca de la decisión de Dèjan de adoptar a los niños, y aunque él mismo no se lo hubiese dicho, se habría enterado lo mismo por los furiosos discursos de Ioan con relación a aquello, así que se dedicó a conocer mejor a los nuevos y pequeños Zazvic. Víctor era un niño inquieto y sonriente, lógicamente todavía no hablaba mucho, porque estaba muy pequeño, pero a Paulo le sorprendió escucharlo llamar mami a Jesse cuando el niño miraba una fotografía de la pareja que habían colocado en la habitación, y si le sorprendió, fue porque él no sabía que aquello sucedía desde hacía tiempo y no como consecuencia de la decisión de Dèjan, porque ciertamente a él no le decía papá, sino Jan. Con Jonathan también le fue bastante bien, porque el chico era comunicativo, aunque no llegaba a los niveles de imposibilidad para el silencio de Jesse, y de hecho, había ocasiones en las que estaba silencioso y hasta triste en opinión de Paulo, pero pronto descubrió que aquello obedecía a la preocupación por su hermana.

Cuando David le avisó a Illinka que ya Victoria podía recibir visitas, Paulo se ofreció a llevarlos.

  • Señorita Ivannovic – le dijo mientras esperaban a Jonathan y ella se giró
  • ¿Sí?
  • Yo soy Paulo
  • Ya lo sé, hombre. Y por cierto, ya no soy la señorita Ivannovic – dijo exhibiendo la alianza matrimonial
  • Lo siento, señora
  • No seas pesado, Paulo – dijo con fastidio – Si a tío Dèjan lo llamas por su nombre, no veo por qué a mí no puedes llamarme por el mío, y estoy segura que sabes cuál es

Paulo se limitó a sonreír, pero le había parecido incorrecto dirigirse a ella de otro modo, porque si bien había visto que las relaciones entre Dèjan y algunos miembros de su familia habían mejorado, no era que él tuviese trato directo con ellos y no creía que les gustase ser tratados con la familiaridad que él trataba a Dèjan, a su hijo y a Ioan, pero aclarado eso, pasó a lo que quería decirle.

  • Yo puedo hacerme cargo de esto
  • ¿De qué?
  • De llevar a Jonathan al hospital
  • Ni lo sueñes, primero porque quiero hacerlo, y segundo, porque me comprometí con tío Dèjan a hacerlo

No continuaron con la conversación, porque Jonathan y Emil entraron a toda carrera y casi derriban a la gemela.

  • Estoy listo, tía – dijo Jonathan mientras que Emil solo sujetaba la mano de Illinka
  • Fantástico, vamos entonces

Se subieron al coche y los chicos iban preguntando mil cosas, pero Illinka no tenía ocasión de contestar a ninguna, así que Paulo se compadeció de ella, y como él había tenido el mejor entrenamiento con Jesse, decidió intervenir.

  • Seño… Illinka – dijo corrigiéndose, pero como ella lucía en verdad desesperada, sujetó su mano – Illinka – insistió y ella lo miró – escucha, en mi experiencia, y créeme que tengo mucha, porque pasé casi cuatro años viendo como Dèjan terminaba desesperado y apaleado por Jesse, puedo decirte que en esos pequeños cuerpos hay más energía que en una planta eléctrica, y si bien preguntan mucho, no están realmente interesados en las respuestas, porque prefieren sacar sus propias conclusiones, aunque éstas pueden ser muy arbitrarias y hasta escandalosas.
  • Pero…
  • Créeme, cuando realmente quieren escuchar, lo hacen. De momento solo están emocionados, así que tranquilízate e intenta disfrutar de su… vitalidad

Illinka se lo agradeció y no llegó al hospital necesitando atención, sino que pudieron entrar y preguntar por David.

  • Tal vez la espera resulte un poco larga si está en una sala de urgencias – dijo Paulo
  • ¿Por qué? – preguntó Emil, pero quien contestó fue Jonathan
  • ¿Acaso nunca escuchas, Emil? – le preguntó y Paulo sonrió, porque en realidad ninguno lo hacía – Nick dice que el doc es el mejor médico del mundo, así que todo el mundo quiere que él se ocupe

Emil se rascó su despeinada cabeza, pero si Jonathan estaba dispuesto a esperar pacientemente, él no y andaba de un lado para otro haciendo que Illinka se pusiese muy nerviosa.

  • Tía – dijo Jonathan sujetando su mano – no te preocupes tanto por él, no le va a pasar nada ni va a hacer ningún desastre, porque no es estúpido




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