Acordes del Corazón (libro 7. надати се)

Cap. 41 Peligro

 

Una vez que Andrija y los demás estuvieron de nuevo en el hotel, él se puso en rápida comunicación con sus hombres y los informes que recibió debieron gustarle poco, pues su expresión era peor de lo usual, en opinión de Nick, y de hecho, Charlie pensó que iba a comenzar a pelearse de nuevo con él, aunque no fue así.

  • Este lugar no es seguro y tenemos que sacar a Dàmir y a los demás – hizo una breve pausa mirándolos, y luego agregó – Conozco sus habilidades y pueden ser útiles, pero es necesario que tengan presente que esta es una situación completamente diferente a lo que están acostumbrados, y si quieren ayudar y sobrevivir, deben estar dispuestos a seguir mis órdenes

Andrija aparte de ser un individuo muy práctico, estaba capacitado para tomar decisiones rápidas en situaciones críticas, de manera que decidió que preocuparse por la seguridad de aquellos tres era inútil y solo entorpecería su trabajo, mientras que si les daba una participación controlada en la operación de extracción, contribuía mejor a sus planes y a la seguridad de ellos mismos.

Nick por su parte, si bien no tenía la formación de Andrija, lo que si compartía con él era la practicidad, pero también tenía más de diez años siendo el líder de su grupo, y por tanto, estaba igualmente acostumbrado a la toma de decisiones rápidas, de manera que cuando Charlie y Jack lo miraron, él se limitó a hacerles un gesto de asentimiento que Andrija interpretó con la misma corrección que aquellos a quienes estaba dirigido.

  • Bien, síganme – dijo poniéndose en movimiento

Obviaron los elevadores y por fortuna todos estaban en buena forma, porque Andrija iba a toda carrera por las escaleras.

  • Espero que sean tan rápidos para cambiarse como lo son con las armas – les dijo mientras abría la puerta y no tuvieron ocasión de preguntar

Había allí varios individuos y mientras unos parecían ocupados revisando sus armas, otros estaban mirando por las ventanas y otros atentos a la pantalla de un portátil. Andrija dijo algo que no entendieron, pues lo hizo en serbio y luego se giró hacia ellos.

  • Desvístanse – les dijo

Aquello no los entusiasmaba mucho, porque aún allí dentro y con la calefacción, hacía frío, al menos para ellos que no estaban acostumbrados a aquel clima, aunque esto no aplicaba a Jack, y no porque no lo sintiese, sino porque estaba más acostumbrado a escuchar aquella orden en el que ahora era su trabajo y ni siquiera la procesó ni se preguntó por qué como lo estaban haciendo sus amigos. Sin embargo, apenas terminaban de quitarse las camisas cuando ya estaban unos individuos ayudándolos a colocarse los chalecos y el transmisor por el que se comunicaban.

  • ¡Maldición Jarko! – exclamó Andrija que era quien lo había estado ayudando a él – Recógete el maldito cabello o cojo unas tijeras y…
  • Solo inténtalo y no vivirás mucho más – dijo él y los chicos rieron

Una vez que finalizaron con aquello, terminaron de vestir el traje que llevaban los demás, y después les entregaron unas armas que ellos nunca habían utilizado, pero tampoco requirieron de mucha explicación. Después de todo lo anterior, que fue efectuado en tiempo record, corrieron hacia la suite y escucharon lo que le estaban reportando a Andrija.

  • Todavía están con ellos en la habitación, señor, y…
  • No interesa
  • están intentando convencerlos de ir con ellos – completó el agente
  • Yo voy en camino, pero entren lo mismo ya, y por ningún motivo permitan que intenten sacarlos ellos. No se detengan a recoger nada y recuerden que Kerim no puede movilizarse
  • Entendido

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Dàmir había identificado al hombre que intentaba moverlo antes de golpearlo, pero parecía que igual iba a ganarse el porrazo.

  • Suélteme – le dijo
  • Lo siento, señor, pero…
  • Por última vez, quíteme las manos de encima – dijo Dàmir en tono peligroso

Como moverlo sin su concurso no estaba resultando, el hombre pensó que tendría que emplear otros métodos, su error estuvo justamente en detenerse a pensar, porque lo próximo que vieron, fue a Dàmir sujetándolo por el cuello. Dupreè  había elevado las cejas, pues siendo quién era y sabiendo quién era aquel chico, no se habría esperado de ninguna manera aquella exhibición de destreza para desembarazarse de un elemento que a todas luces tenía entrenamiento militar. Y el más sorprendido quizá era el mismo sujeto y su mirada lo expresaba con claridad, mientras veía el furioso brillo de los ojos azueles.

  • Podría haberlo matado, pero prefiero utilizar mis manos para tocar mi guitarra – dijo lanzando a Imran y a Kerim al día del pleito en el gimnasio – pero la próxima vez que le de una orden, le sugiero obedecer o yo podría hacer una excepción

 Como todos se habían quedado paralizados, los chicos de Wendelen y de Ice tenían las bocas y los ojos muy abiertos, porque suponiendo que hubiesen esperado de alguien una reacción tan violenta como aquella, no habría sido de Dàmir; ellos ya se habían acostumbrado a los incisivos discursos de su amigo cuando arengaba en contra de la CDN o del gobierno de Jör, pero fuera de eso, jamás lo habían visto maltratar a nadie ni de palabra ni de hecho, y siempre habían pensado que era uno de los seres más tranquilos y dulces del grupo; de modo que su sorpresa estaba muy justificada.

  • Señor Zazvic – dijo el que tenía sujeto a Imran – tenemos órdenes de sacarlos a todos de inmediato
  • ¿Órdenes de quién? – preguntó Carpenter – Ellos no pueden ir a ninguna parte, porque son responsabilidad nuestra
  • Afortunadamente no, pues ha quedado claro que no son ustedes responsables ni de aquello de lo que deberían serlo – dijo Dàmir




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