Acordes del Corazón (libro 8. На успешан начин)

Cap. 15 Bautizo y algo más

 

Dèjan estaba con Ioan afinando los detalles de su próximo viaje a Bremen, pero acababa de lanzarle algo a la cabeza para que se callase y dejase de hacer absurdos planes con las lindas chicas alemanas, porque a pesar de que aquello había sido lo habitual cuando tenían en puertas algún viaje, ahora a Dèjan le parecía de lo más inadecuado, o al menos lo era si lo incluía a él. Ioan estaba riendo de la mojigata actitud de su primo, cuando escucharon que se abría la puerta y seguidamente la exclamación de Jesse.

  • ¡Jefe!

Ambos hombres se pusieron de pie, pero mientras Ioan compuso expresión de fastidio, la de Dèjan era una mezcla de sorpresa y preocupación. Sin embargo, Dèjan corrió hacia ella sujetándola y haciendo una rápida evaluación visual.

  • ¿Amor, estás bien?
  • Sí, pero tengo que preguntarte algo y si me mientes…
  • Ioan, por favor - dijo Dèjan innecesariamente, porque apenas Ioan la había visto entrar, ya estaba caminando hacia la puerta - Ahora cálmate y…
  • Estoy calmada
  • Bien, pero entonces…
  • ¿Qué te sucede?

Si bien Dèjan había entendido el significado de las palabras, eso no hacía que comprendiese por qué le preguntaba aquello, pues evidentemente estaba bien. Así que optó por intentar obtener algo de información.

  • ¿Por qué habría de sucederme algo? - preguntó y tuvo la sensación de haber dicho algo equivocado y de hecho se preparó para que ella le diese un puñetazo, pero lo que hizo fue empujarlo hacia el sillón y entrecerrando los ojos acercó su rostro
  • No soy estúpida, Dèjan - dijo en un tono demasiado pausado y casi acariciador que se enroscó en el cerebro de éste haciéndole difícil cualquier otra cosa que no fuese estirar los brazos para atraerla, pero ella no parecía muy dispuesta a ello - Así que vas a decirme ahora mismo qué es lo que te sucede, te preocupa o te enfurece, porque si no, te juro que voy a apalearte

Sin embargo, las cosas entre aquellos dos nunca eran precisamente fáciles, así que Dèjan la sujetó con firmeza y casi asaltó sus labios hasta dejarla sin aliento y sin fuerzas, pero aquella chica era de una terquedad subida y muy inconveniente en las presentes circunstancias.

  • Amor…
  • No me has contestado
  • ¿Qué cosa?

Aunque Jesse no lo golpeó como él había esperado en un inicio, si colocó las manos sobre su pecho e impulsándose se apartó tanto como pudo para disgusto de Dèjan.

  • ¿Pero qué…?
  • Te hice una pregunta, señor Zazvic

Dèjan demoró unos segundos en ordenar el caos que había en su cabeza, pero finalmente recordó lo que efectivamente ella había preguntado.

  • Aunque parece que piensas que me sucede algo, es evidente que no es así - le dijo - Pero… - y se apresuró a detenerla - si me dices por qué lo piensas, tal vez…
  • Esta mañana estabas de pésimo humor, y aunque no es que seas especialmente simpático, estuve segura que ibas a golpearme cuando fui por Víctor, pero además, apenas desayunaste y no me reñiste porque yo no lo hice en lo absoluto, y por último, estoy segura que querías apalear a Nick. Así que si tengo que preguntarte una vez más qué demonios sucede, te juro que me largo al almacén y… bueno, no al almacén pero…
  • Amor, amor - le dijo sujetándola - Cálmate

Sin embargo, quien estaba urgido de la mencionada calma era él, pues aquel discurso contenía una inexactitud enorme, ya que él sería incapaz de hacerle ningún daño ya no digamos golpearla, porque si bien no le había gustado verla a punto de entrar a la habitación del amigo de Dàmir, en cualquier caso lo habría apaleado a él y no a ella. Lo que no podía era negar su mal humor y ciertamente había mirado a Nick con hostilidad, pero no había pensado en apalearlo, porque de algún modo algo confuso, sabía que no era culpable de nada.

  • Tienes razón, pero estás equivocada al mismo tiempo - le dijo y ella lo miró mal

No obstante, después que le contó el porqué de su actitud de esa mañana, ella sí quería golpearlo.

  • ¿Acaso eres estúpido? - le gritó y comenzó a pasearse por el despacho - Sé que no lo eres, pero entonces lo que no haces es escucharme cuando te hablo, porque te dije con claridad, que mi hermano no se mete con las chicas del centro, y la única vez que lo hizo le fue muy mal. Es verdad que quiere a Ivy, pero como a cualquiera de los chicos del centro, pero como ella es ciega, se preocupa más y eso no significa que esté enamorado de ella…
  • Díselo a Dàmir - dijo él 

Jesse se detuvo con brusquedad y él comenzó a insultarse a sí mismo, porque acababa de revelar la parte que no había pensado decirle ni a ella ni a nadie, pues era asunto de Dàmir.

  • ¿Qué dijiste?
  • Cielo…
  • ¿Qué-dijiste? - repitió en forma peligrosa y sujetando la solapa de su chaqueta

Con un suspiro de resignación le contó la conversación con Dàmir, pero al final agregaría algo por lo que casi se rifa el golpe que había estado esperando.

  • Te lo estoy diciendo porque, primero eres mi esposa y no se supone que haya secretos entre nosotros, y la segunda porque independientemente de lo anterior no quiero mentirte ni ahora ni nunca, pero por favor, espero que seas discreta y…
  • ¿Me estás llamando chismosa?
  • Claro que no, pero seamos consecuentes, tienes la tendencia a resolver las cosas de forma un poco… brusca, y Dàmir es de la clase susceptible y le sentaría muy mal que alguien se enterase si no es por él
  • ¿No será que le sucede con Ivy lo mismo que le sucedió conmigo?
  • ¿Disculpa?
  • Ya sabes, que le tenga lástima y lo esté confundiendo con amor, porque eso fue lo que le pasó conmigo ¿recuerdas?




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