Dàmir había despertado, pero tanto Dèjan como Pitja estaban muy preocupados por su aspecto general. Estaba demacrado, y unas oscuras sombras rodeaban sus enrojecidos ojos. Las niñas habían querido verlo como todas las mañanas cuando estaba en casa, pero como Pitja no sabía qué era lo que tenía, les había dicho que era mejor esperar, de modo que las chiquitas estaban muy angustiadas y Kerim tuvo que hacerse cargo. Pitja intentó por todos los medios que Dàmir aceptase comer algo, pero al final, tuvo que conformarse cuando él le dijo que quería un poco de zumo. En cuanto la mujer salió, él miró a Dèjan.
Dèjan lo dejó en paz, pero se mantuvo vigilante mientras se bañaba, pues después de una noche de fiebre y sin haber comido nada quién sabía desde cuándo, pues ciertamente no había probado la cena, podía venirse abajo. Sin embargo, salió sin daños, se miró al espejo y, aunque sabía que necesitaba rasurarse, decidió que eso podía esperar y fue a vestirse.
Dàmir se había sentado para colocarse los calcetines, pero detuvo el movimiento de sus manos y lo miró con lo que Dèjan identificó como ira.
Aquello obedecía a que Dàmir se había puesto de pie y ahora Dèjan sí estaba seguro que iba a asestarle. Sin embargo, lo que hizo fue apartarlo con poca delicadeza y salió del vestidor sin siquiera terminar de colocarse los calcetines que había lanzado a un lado, cogió, o más bien tiró de una remera cualquiera, pero tampoco se la colocó, sino que se la echó al hombro. En ese momento entró Pitja acarreando una mesita y tanto el padre como el hijo la miraron con disgusto, pues le habían dicho hasta el cansancio que no hiciese aquello.
Dicho esto, se hizo a un lado y vieron que Nick entraba trayendo a Ivy. Si bien Dèjan podría haber entendido que al final su mujer había hecho lo que había estado diciendo que haría, Dàmir lo que sintió fue una ira ciega al ver a Ivy del brazo del desdichado.
Esa mañana Ajle había llegado inusualmente temprano en compañía de Olavi y Kalevi, y un momento después llegaron Imran y Mix seguidos de Edvin, porque a pesar de que Kerim, que se había quedado allí, los había mantenido informados, ellos decidieron ir para asegurarse de cómo estaba Dàmir, de modo que estaban apostados en el pasillo esperando poder ver y hablar con Dàmir cuando vieron llegar a Jesse en compañía de Ivy, así que se miraron y sonrieron, pues ellos al igual que Jesse, pensaban que aquella era la única medicina que Dàmir necesitaba. Sin embargo, Ajle, Mix y Kerim se preocuparían al ver que Nick no la dejaba entrar sola, sino que había entrado con ella.
Mix que era mucho más práctico, se había acercado a Charlie y le había hecho la advertencia.
No obstante, ambos miraron hacia la habitación cuando escucharon el ruido de cristales rotos.
Si bien Dàmir y lógicamente había visto a Ivy, no tuvo ocasión para prestar atención a la razón, porque el monstruo de los celos emergió arrasando con cualquier otra cosa. Lo primero que hizo fue lanzar el vaso con extrema violencia contra la pared, pero al segundo siguiente vio frente a sí, unos enfurecidos ojos azules. Jesse había recordado con rapidez que ya lo había visto furioso en una ocasión, de modo que su instinto actuó más de prisa que su razón.
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Editado: 22.09.2022