Acordes del Corazón (libro 8. На успешан начин)

Cap. 27 Al otro lado del océano

 

Cuando Josh había ido con Giuliana y John a ver el edificio que tenían pensado comprar para poner en marcha su asociación, le había parecido exagerado, porque en su opinión y por bien que les estuviese yendo a ambos, el mantenimiento, los impuestos, y los gastos que generaría aquella monstruosidad podía comerse sus ganancias. No obstante, tal y como había pensado, él era abogado y no contador, razón por la cual si bien estaba al tanto de que el éxito de ambos en sus respectiva áreas era mucho, no podía saberlo en términos económicos, pero le quedaría claro que o bien ambos estaban rematadamente locos, algo muy improbable, o en verdad estaban ganando mucho dinero, porque no solo adquirieron la mencionada propiedad, sino que se gastaron una fortuna en acondicionarla, y el día de la inauguración formal y puesta en marcha de la nueva sede de la agencia Rowells, tuvo oportunidad de conocer a muchos de sus clientes y que no eran únicamente aquellos a los que él también representaba como Zora, Jarko, Limeriè o Wendelen, sino muchísimos otros. Josh se había alegrado y se había sentido más tranquilo, pero también tuvo que ocuparse de tranquilizar a los Wells que parecían disgustados, pues en su opinión, John tendría que haberse ocupado de que sus clientes también fueran los de Josh; Josh había reído mucho, porque en principio, ni tenía que ser así, ni él habría tenido tiempo de atenderlos a todos, porque su trabajo en CZ ya era muy demandante y de hecho los chicos habían tenido que aplicarse mucho para que representase legalmente a los artistas que representaba; algo que no podría olvidar Josh, fue el célebre pleito que tuvo con Chase y que casi termina con el cantante en prisión, porque siendo como era, le había montado una persecución a Josh para que se ocupase de la representación legal de la agrupación; aquella sería quizá la única vez en la que Josh perdería su habitual paciencia, y aunque los chicos lo entendían, pues conocían de primera mano a Chase y lo irritante que podía ser, se aplicaron lo mismo para que Josh no lo enviase de cabeza a un calabozo después del puñetazo que Chase le había obsequiado, y finalmente había terminado por hacerse cargo de aquellos individuos también.

A pesar de todo lo anterior, Josh de quien seguía ocupándose en forma personal y directa, era de Zora, porque de los demás se ocupaba Madison, quien no había estado muy contenta al inicio, pues decía que no se había matado estudiando leyes para terminar como representante legal de un grupo de niños excéntricos y malcriados, pero como notó que aquello no le consumía mucho tiempo, pues los niños no solían meterse en muchos problemas, con excepción de Chase que, debido a su extraña personalidad solía disgustar a muchas personas, fuera de estar adecuadamente al tanto de los contratos que firmaban, Madison no tenía que hacer mucho más, dejó de protestar y siguió con su trabajo.

 

Aunque John y Giuliana sabían que eran buenos en lo que hacían y habían soñado con que algún día podrían independizarse y tener su propio negocio, ni en sus más locos sueños, o al menos no en los de Giuliana que estaba menos loca en opinión de sus amigos que John, habrían soñado con algo como lo que ahora tenían, pero si eso les parecía grande, nada los habría preparado para lo que se les venía. Ellos no lo sabían, pero los ecos del éxito de Rowells habían cruzado el Atlántico, y aunque al principio fue de manera paulatina, comenzaron a recibir peticiones de artistas radicados al otro lado de su mundo, así que se sentaron a discutirlo.

  • No es posible, John – dijo Giuliana – Ya es todo un problema tener a Jarko de aquel lado y no podemos estar viajando cada vez que…
  • Giu – la detuvo él – estás enfocando mal el asunto y deberías recordar la máxima de Josh
  • ¿Qué?
  • Delega – dijo él – Es un hecho que no podemos hacerlo todo nosotros mismos, pero el secreto para crecer está en saber qué y en quién delegar
  • Y lo hago, pero dudo que alguno de nuestros empleados quiera abandonar su tierra para ir a trabajar de aquel lado
  • Adriano lo hizo ¿no?
  • A medias, el pobre aún no sabe qué hacer para poder ver más a su hijo
  • Pues si Jarko tiene el éxito que Zabrit asegura tendrá, el bueno de Andy tendrá que considerar llevarse a su familia a California

Aunque en aquella oportunidad no llegaron a nada concluyente, pronto tendrían que tomar una decisión, porque efectivamente y en cuanto se estrenó la película, se convirtió en el éxito anunciado por Zabrit, ya que el fin de semana de su estreno, superó los récords de recaudación esperados y Jarko saltó sin más trámite de modelo cotizado a actor perseguido por directores, productores, compañías y público en general, pero esto trajo aparejado no solo su propia fama, sino la de la firma que lo representaba, convirtiendo a Rowells en la firma por la que todos querían ser representados.

Zabrit estaba viendo un video del concierto de cierre de Zora cuando entró su asistente Jonas. Después de unos minutos decidió interrumpir, porque a pesar de saber que a Zabrit no le gustaba ser interrumpido, como en realidad no estaba trabajando, fue que lo hizo.

  • Ahora entiendo por qué era tan fastidioso el muchachito - dijo
  • ¿Qué?
  • Ya sabes, tanto preguntar el por qué y el cómo de todo - contestó - Yo pensé que era solo por fastidiar, o que simplemente era muy necio y…
  • Lo que demuestra que el necio eres tú - lo interrumpió Zabrit - porque ese chico es un gran artista
  • Bien, pero ese gran artista, pronto querrá desplazarte
  • En verdad tú tienes un serio problema, pero como es tuyo y no mío, no tengo por qué escucharte, así que largo de aquí




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