A finales de septiembre, Zora había recibido una invitación que estaban esperando, pero que no les entusiasmaba mucho, ya que se trataba de la directiva de los DM. Si aquello les gustaba tan poco, era porque no se veían en capacidad de ser imparciales a la hora de juzgar el trabajo de sus compañeros.
Aunque se tranquilizaron, aquello seguía sin gustarles y eso incluía a Imran y a Dàmir.
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Una mañana de octubre, Jesse despertó y al notar que Dèjan no estaba en la cama, se incorporó con rapidez pensando que se había quedado dormida, pero miró la hora y se dejó caer de nuevo recordando que Dèjan estaba en Dubái. A pesar de que ella ya se había acostumbrado a que él viajaba mucho, como tenía más de un mes sin abandonar Londres, fue que lo olvidó. Sin embargo, después de un rato igual se levantó, pues en cualquier caso ya no podría volver a dormir, pero cuando iba hacia el baño todo comenzó a dar vueltas y un segundo después sintió que estaba cayendo. En esos poquísimos segundos, la mente de Jesse se llenó de imágenes aterradoras y relativas a su enfermedad, así que lo último que hizo antes de perder por completo la consciencia, fue gritar el nombre su hermano.
Pitja acababa de abandonar la habitación de Dàmir quien le había pedido que se asegurase de que despertase temprano, porque tenía un compromiso a primera hora, pero después de comprobar que el chico estaba terminando de vestirse, abandonó la habitación y tropezó con Al. Aunque aquel estaba lejos de ser un niño y en realidad, Pitja pensaba que tenía más o menos la misma edad que Charlie y Nick, se comportaba como Liam y Alex, es decir, era sumamente inquieto y cada vez que podía se colaba en la cocina a robarse las galletas o la baclava por la que había desarrollado un gusto exacerbado que había hecho que el jefe tuviese que aguantarse las bromas de Charlie, que le preguntaba cada vez que se le antojaba, si no era que había dejado otro hijo por ahí.
Aquella era otra costumbre que Dèjan encontraba muy irritante, porque si por cualquier motivo quería desayunar en su habitación con su mujer, la mencionada mujer se negaba diciendo que Al los estaba esperando para desayunar.
Pitja se interrumpió al escuchar el grito apagado de Jesse, pero si ella se quedó paralizada, no fue el caso de Al que irrumpió en la habitación y quien comenzó a gritar fue él al ver a Jesse en el piso. El alboroto hizo que Dàmir saliese en carrera, pero al entrar, fue lanzado al día que habían encontrado a Jesse tirada en el piso del almacén. Afortunadamente aquello no lo paralizó y corrió hacia donde Al intentaba despertarla.
Dàmir alzó a Jesse y ya iba hacia las escaleras cuando escuchó a Nathan, pero no se detuvo.
David estaba insultándose como casi todos los días, por servirse el café antes de entrar a bañarse, así que lo tiró y se dirigió a la puerta cuando el repique de su móvil hizo que se detuviese.
Un sinfín de ideas cruzaron por la mente de David, pero siendo que no tenía ninguna acerca de qué podía haber sucedido, intentó tranquilizarse haciendo un repaso mental. Ya habían transcurrido tres años desde el trasplante y salvo en una ocasión en la que Jesse contrajo un resfriado que superó sin mucho problema y quienes parecían más enfermos eran Dèjan, Nick y Charlie, no se había presentado nada más, y si estaba seguro de eso, era porque Dèjan insistía en que se le hiciesen exámenes de sangre a Jesse cada seis meses y el último se lo había hecho en Julio, así que no podía tratarse de un retroceso, de manera que concluyó que lo mejor por hacer era tranquilizarse, prestar atención al camino o iba a estrellarse, y esperar hasta verla y poder evaluar la situación.
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Editado: 22.09.2022