Acordes del Corazón (libro 8. На успешан начин)

Cap. 43 Sorpresas

 

Después de la precipitada partida de Nick, Jesse se había quedado muy preocupada, y si Dèjan no hubiese escuchado la conversación que ella había tenido con su hermano, se habría preocupado él, pero por lo anterior, lo que estaba era furioso, pues no veía motivos para que su mujer estuviese tan angustiada por aquel individuo. Sin embargo, Dèjan era celoso, pero no injusto, así que después de pensarlo un poco y habiendo escuchado con claridad que el niño aquel estaba pasando por un mal momento, hizo su mejor esfuerzo por intentar aceptar que no había forma de que Jesse no se preocupara.

Habiendo tantas personas en la casa, pues aparte de los niños, estaban todos los amigos de Dàmir, incluido el muy escandaloso Chase, los Mitchell, y hasta Zara y Mirjana, casi nadie notaría ni la ausencia ni la preocupación de Jesse y de Lisa, pero cuando llegó la hora de acostar a los niños, éstos sí notaron que Nick y Charlie no estaban, pues al menos los que vivían en aquella casa, acostumbraban despedirse de ellos antes de irse a dormir, pero como a quien le preguntaron fue a Dèjan, él se encargó del asunto sin mucho problema.

Los problemas los tendría Dèjan un poco más tarde y cuando ya estaba en su propia habitación, porque cuando salió del baño, se encontró a Jesse llorando. En principio se alarmó, pero luego recordó lo que estaba sucediendo, así que tomó aire y se sentó a su lado.

  • Ljubavi
  • No me duele nada – algo que ya él sabía – o bueno, sí – y aquí volvió a alarmarse – pero no es por el bebé, sino por Jack – esto le gustó menos, pero guardó silencio

No obstante, le habría encantado que ella también, porque comenzó a hablarle no solo del fulano muchachito, sino de Nick y de Charlie casi desde el minuto cero, pues el relato se remontaba a cuando habían abandonado sus casas y por qué. Por supuesto, aquella no era la clase de historia para ser escuchada por alguien como Dèjan, porque pasó por todos los estados de ánimo que iban desde el dolor hasta la indignación, y desde la ira hasta la admiración.

La imagen que tenía de Giovanni  no mejoró mucho y, de hecho, quería apalearlo, porque en su opinión, no solo había sido un imbécil al enamorarse de la madre de Jesse, sino que no se había ocupado como era debido de sus niños, y adicionalmente, había hecho objeto de su ira al pequeño Jarko, y, de acuerdo a como él lo veía, no había hecho lo suficiente por buscar a su hijo cuando éste había desaparecido, algo que él, y habiéndose metido en una guerra para encontrar al suyo, no podía entenderlo de ninguna manera.

Imaginarse a los tres niños vagando por las calles, teniendo que dormir en una construcción, luego en un cuartucho que no alcanzaba a imaginar cómo habría sido, ni quería hacerlo, y después convirtiéndose en pequeños delincuentes para sobrevivir en un mundo que no se mostraba amable con quienes nada tenían, lo sobrepasaba.

Aunque no le tenía ninguna simpatía a Jarko, de veras lamentó que hubiese caído en las drogas, pero se alegró de que hubiese tenido a Nick, a Charlie y Ann, para ayudarlo a lograr salir de algo que lo habría conducido a una temprana muerte.

A pesar de que ya Jesse le había hablado mucho del trabajo que habían hecho su hermano y sus amigos con el centro comunitario y por los niños que acudían a él, escucharlo de nuevo ahora, después de todo lo anterior y mezclado con trozos de las historias de los niños que habían recogido, hizo que sintiese mucha admiración no solo por Nick y Charlie que era de quienes más le había hablado Jesse con anterioridad, sino por Jack, Jim, Sam, Neil, Lisa, Alice, Ann y todos aquellos que habían contribuido de alguna manera, y eso incluía al mismo David que de acuerdo a lo que sabía, sacaba tiempo de donde tenía para dedicárselo a aquellas criaturas.

Todo esto hizo que se sintiese mezquino, pues si bien él había ayudado a algunos niños de forma cercana, y subvencionaba una Fundación dedicada  a ayudar a niños sin hogar, pensaba que no era suficiente y que podía hacer mucho más, y fue cuando entendió a cabalidad lo que sentía su propio hijo cuando decía que se sentía mezquino al tener tanto cuando había tanta miseria a su alrededor; pero más aún, y ahora al pensar que existiendo personas como Nick, Charlie, Jarko y Jim, que eran los que originalmente habían puesto en marcha el centro, con mucho menos de lo que él tenía, y en comparación, habían hecho mucho más, hizo que la mencionada mezquindad le luciera casi un crimen.

No obstante, el ser humano es egoísta por naturaleza, así que no se sintió nada bien al escuchar de boca de Jesse, el relato de su fallida relación con Jack, y aunque en la misma no había nada que sugiriese que ella en verdad se hubiese enamorado de él, y más bien era el relato de una guerra eterna entre ellos, lo último que estaba escuchando le produjo mucho malestar.

  • Fui una bruja con él, y ahora que sé lo que es amar a alguien, me duele haberlo tratado tan mal, pero me duele mucho más lo que le está sucediendo ahora

Como eso último no lo tenía muy claro, Dèjan prestó atención, pero después de un momento todavía no veía qué era lo que le sucedía a Jarko, pues Jesse solo había hablado de cómo había comenzado su carrera y del éxito que había tenido, pero repentinamente, ahí estaba, solo que justo al final.

  • Ahora se siente solo y triste, lejos de casa y pensando nos ha perdido a todos y que no tiene a nadie en la vida
  • Pero no es así, ljubavi. Los chicos siguen siendo sus amigos, y cada vez que viene, salen con él, porque han sido muchas las veces que no vienen a cenar por eso; y no sé los demás, pero me consta que Jonathan, Liam, Jeff y las niñas por lo menos, viven pendientes de él
  • Tú no conoces a Jack, jefe. Él tiene una forma muy particular de pensar y de ver las cosas. Ya no es como antes, porque, primero está al otro lado del mundo, segundo y por lo anterior, ya no ve a los chicos todos los días y eso tiene que ponerlo triste, porque habiéndose pasado años viviendo juntos, no es lo mismo – repitió – Y con respecto a los niños, tampoco, porque solo puede llamarlos, pero ya no puede llegar y llevárselos por ahí a un parque, a jugar pelota o a comer helados, porque ahora que todos tienen otra familia, piensa que los ha perdido.
  • Pero…
  • Y ahora, ni siquiera podrá verlos en navidad
  • Nadie se lo va a impedir
  • Jefe – dijo ella limpiándose las lágrimas y recuperando un poco su tono bélico – tú no lo soportas, y ciertamente Dàmir dejó clara su posición, así que no, no puede




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