Acordes del Corazón (libro 8. На успешан начин)

Cap. 47 Incómodo y peligroso

 

La cena estuvo animada, pero bastante tranquila teniendo en cuenta que estaban todos los niños y los no tan niños que podían ser igualmente alborotadores. En un momento determinado, Mix notó que Kerim estaba cejijunto, y aunque ya hacía un tiempo que todos estaban convencidos que su relación con Sasha avanzaba, él miró hacia donde estaba Giuliana quien, por cierto, parecía a punto de clavarle el cuchillo en la garganta a Zabrit, pero concluyó que Kerim ni siquiera los estaba mirando. Sin embargo, como ver a Kerim en aquella actitud silenciosa y tranquila, sobre todo cuando Liam se había escabullido debajo de la mesa, hizo que Mix se decidiera a preguntar.

  • ¿Alguien está a punto de morir?
  • ¿Qué?
  • Parece que tuvieras un gran problema, y como el usual desapareció bajo la mesa, y no es que eso te preocupe mucho, pues…
  • Es papá – dijo Kerim y Mix miró hacia donde estaba Johan, pero como no vio nada anormal, miró de nuevo a su amigo elevando una ceja – Conozco esa mirada – continuó Kerim, pero después de una atenta observación, Mix elevó ambas cejas
  • ¿Es broma?
  • ¡Ja! Ya quisiera yo. Normalmente no me preocupo por eso, pero en este caso – puntualizó – es definitivamente preocupante

Todo lo anterior obedecía, a que Johan estaba sentado al lado de Amara, pero no solo estaba dedicándole toda su atención, sino que en opinión de Kerim, estaba mirándola como miraba a las chicas tras las que iba. No era que le preocupase la edad de Amara, porque si no recordaba mal, ella le llevaba alrededor de quince años a Imran, pues una de las cosas que él les había contado, era que había nacido en Inglaterra mucho después de que su familia llegara allí, y, de hecho, solo un año antes que su sobrino Samir. Lo que lo preocupaba era que esa chica era hermana de Imran, y conociendo a su progenitor, eso podía terminar muy mal, y, aunque sabía que Imran no iba a culparlo a él por eso, no evitaría que se sintiese muy mal. Sin embargo, como nada podía hacer de momento, como se lo hizo notar Mix, intentó sacarlo de su cabeza y volver a prestar atención a Sasha.

Tarik y Katrina estaban más o menos igual que Kerim, solo que, en su caso, aún tenían la esperanza de que Ioan sentara cabeza.

  • Ya son casi dos años – decía Katrina
  • Te concedo que es más tiempo del que ha pasado con cualquier chica, pero en realidad no sabemos si hay algo entre ellos y, a decir verdad, no sabemos nada de nada
  • Tarik Besevic, parece que no conocieras a tu hijo
  • Justamente, porque lo conozco es que…
  • Pues no, no lo conoces en lo absoluto – porfió ella – Por empezar, si no le interesara esa chica, no lo veríamos pegado a ella cada vez que nos reunimos. Y que no haya dicho nada con relación a eso, ya dice mucho, porque Ioan es como era el antiguo portador del nombre, se pasa la vida alardeando de sus conquistas y, aunque en mi opinión esa es una feísima costumbre, si no le importó a tu hermano mayor aun estando casado, menos a Ioan que no lo está, así que ese silencio es muy elocuente

Tarik no estaba muy seguro de que su mujer tuviese razón, y aunque no le gustaba que, si al final quien tenía razón era él, eso significaría otra decepción para Katrina, no tenían más remedio que esperar, porque si bien les parecía que Denisse era una chica encantadora, faltaba ver cuáles eran las intenciones de su díscolo hijo.

Después de la cena, pasaron de nuevo al salón, y mientras los niños corrían por ahí, se hicieron grupos de conversación entre los mayores. Jesse conversaba con Katrina, Milinka y Zara, mientras que Dèjan, en teoría, lo hacía con Ed y con Ivar, pero en realidad no le había quitado los ojos de encima a Jesse y se estaba preguntando qué disparate habría dicho su mujer, porque Milinka se había llevado la mano a la frente, pero estaba riendo al igual que las otras y que la misma Jesse.

  • ¿Sobrino, crees que alguna de ellas va a sacar un hacha y va a atacar a Isabella? – le preguntó Ivar
  • Claro que no
  • Y supongo que no crees que Isabella va a atacarlas a ellas – se burló Ed y Dèjan los miró mal a ambos
  • Dejen de decir estupideces

Por supuesto él no estaba preocupado, y solo lo hacía feliz ver a Jesse sonreír, y como casi cualquier otra cosa era irrelevante para él, solo se dedicaba a mirarla.

Más alejado de los anteriores, estaban Tarik y Admir, pero el primero estaba a punto de acomodarle un puñetazo a su cuñado.

  • En verdad mi hijo es muy necio, esa muchachita solo persigue su dinero, y ahora lo tiene más atado con ese niño que viene en camino y ve tú a saber si es…
  • Admir – lo interrumpió Tarik – durante casi toda la vida, te he visto dificultar mucho tu relación con Dèjan, y, aun así, él te ha soportado porque a pesar de todo, te sigue amando, pero vas por muy mal camino si sigues sosteniendo esa actitud con Isabella.
  • ¿Es que todos se han vuelto estúpidos o qué? ¿No ven que esta es una sucia trepadora al igual que la otra y…?

Admir era muchas cosas, pero al menos debía tener algo de instinto, pues hizo silencio al ver el cambio de expresión en su cuñado. Jesse se había ganado el afecto de los Besevic, pero Tarik también había querido a Nadja, pues desde que la sacó de Belgrado, estuvo siempre muy pendiente de ella, tanto antes como después del nacimiento de Dàmir, y él, a diferencia tal vez del mismo Dèjan, entendía que Nadja había sido muy joven cuando sucedió todo, se sentía sola y finalmente decidiría rehacer su vida con otra persona, y aunque no había nadie que lo lamentase más que Tarik, por lo que eso significó para su sobrino, no le guardaba ningún rencor a Nadja, porque sabía que había sido una buena persona y no la trepadora que aseguraba Admir. De modo que en ese momento lo estaba mirando en forma peligrosa.

  • Yo en tu lugar, evitaría emitir esa clase de opiniones si hay peligro de que tu hijo te escuche, pero lo intentaría con más ahínco aún, si quien puede escucharte es Ivar, porque, en primer lugar, es posible que yo piense en Zara y en el dolor que le causaría perderte, pero, aunque como dije recientemente, tu hijo te ama, te puedo asegurar que más la ama a ella y podría olvidar lo primero, y por último, si bien yo podría tener en consideración a mi hermana, y Dèjan podría tener un motivo para perdonarte, te aseguro que Ivar no tiene ninguno y quiere a Isabella como si fuese su propia hija, y sabes, que la simpatía de mi hermano es inversamente proporcional a su frialdad y que es perfectamente capaz de sacarte el corazón con una sonrisa en los labios.




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