Acordes del Corazón (libro 9. ОдЈеци Душе)

Cap. 18 En el hospital y más lejos

 

Cuando David conducía a Don y al matrimonio al piso donde habían sido llevados Nick y Charlie, vieron que Mihailo salía de la habitación, y como Don estaba un poco más tranquilo y había recuperado su habitual sentido del humor, sonrió.

  • Y he ahí al héroe del día – dijo haciendo que Jesse lo mirase y que él recordase que ella no había estado presente cuando el cirujano había dado las explicaciones – Tú no lo sabes, Bella, pero fue Mihailo quien le salvó la vida a nuestro hermano
  • Don – se quejó Mihailo, pero Jesse estaba mirando a David, quien le hizo un resumen

Jesse se olvidó de la promesa que había hecho de mantenerse en la silla, y levantándose, se colgó a su cuello. Cualquier expresión de afecto de ella, siempre hacía muy feliz a Mihailo, así que cerró sus brazos alrededor de ella.

  • Gracias
  • No tienes que darlas, aparte de que es mi trabajo, Nick es mi amigo. Pero ahora, vuelve a la silla o esos dos sujetos querrán apalearme

Jesse obedeció no sin antes lanzarles una mirada desagradable a los sujetos, y Mihailo abrió la puerta de la habitación para que pudiesen entrar. Como Mihailo sabía que Nick seguía dormido, decidió bajar por un café, pero apenas estaba llegando al elevador cuando escuchó un escándalo y no necesitó que le indicasen de dónde provenía, así que corrió hacia la habitación de Charlie.

Amanda, al igual que David y Mihailo, no se sabe si por natural interés o por haberlo aprendido de los dos anteriores, solía interesarse por los pacientes a los que atendía en la emergencia, y si éstos eran hospitalizados, pasaba un momento por sus habitaciones para comprobar su evolución. Sin embargo, en aquel momento estaba cuestionándose su buen juicio por ir a ver justamente a aquel.

  • Escuche, no debe agitarse
  • ¡Largo! – estaba gritándole él
  • Bien, pero no puede levantarse y…
  • ¡Sam!

Como ciertamente Sam no estaba allí, porque todos aun esperaban noticias de Lisa, y a quien habían enviado era a Peter para que les avisase cuando Charlie o Nick despertasen, el chico entró a toda carrera.

  • ¿Charlie? – y aunque no era él a quien esperaba ver, igual le dio la orden – ¡Llévate a esta…!
  • ¡Charlie! – intervino Mihailo
  • No me grites, Mihailo
  • No lo hagas tú
  • ¿Qué sucede? – preguntó David que lógicamente y estando al lado, había escuchado, pero había demorado un poco más debido a que Jesse se había empeñado en ir

Sin embargo, igual casi no entendieron, pues Charlie comenzó a gritar obscenidades, así que Mihailo se hartó.

  • Si no te callas voy a acomodarte un puñetazo y sabes cómo te irá

Amanda lo miró muy alarmada, pues en principio, pensaba como todo el mundo, es decir, que Mihailo era el paradigma de la paciencia y la dulzura, y, por otra parte, que aquel era un paciente y que por irritante que fuese, no podía ser tratado de aquella forma.

David que conocía mejor no solo a Charlie, sino la historia de todos ellos, se extrañó menos y no porque Charlie fuese irritante como pensaba Amanda, sino que su alteración se debía a su angustia más por Nick que por él mismo.

El único que había entrado tras David había sido Vinnie, mientras que los demás, y como la mitad superior de las paredes de aquellas habitaciones eran de vidrio, solo habían estado mirando, pero Jesse, y como Dèjan o bien no la escuchó o no quiso prestarle atención, se dirigió a Al, y como él nunca cuestionaba una orden de ella, apartó a Dèjan con escasa delicadeza y comenzó a empujar la silla.

  • ¡Vete al infierno, Mihailo!
  • ¡Carlo!

Aquello surtió algo más de efecto, aunque no mucho, porque si bien Charlie lo que quería era saber de Nick, como había pensado David, no iba a preguntarle precisamente a Jesse y menos al verla en una silla de ruedas, pero eso en sí mismo, volvió a alterarlo y miró a Al con ira.

  • Si permitiste que algo le sucediese, voy a romperte hasta…
  • Cierra la boca, Carlo – lo interrumpió ella
  • ¿Qué te sucedió, Isabella?
  • Nada, y a quien va a sucederle es a ti si sigues gritando
  • Quisiera hablar con el Doc – puntualizó
  • ¿Y tienes que hacerlo gritándole a todo el mundo? Espera fuera Al
  • Sí, señorita

Al, Vinnie y Mihailo comenzaron a moverse y Dèjan se apartó de la puerta, pues él no había llegado a entrar, solo que lo hizo para despejarla, porque de ningún modo iba a marcharse, así que una vez que los demás salieron, él entró. Amanda por su parte, aún estaba paralizada, con lo que se ganó una mirada venenosa de Charlie.

  • Dije con claridad que quería hablar solo con el Doc
  • No voy a ir a ninguna parte, Carlo – dijo Jesse
  • Y no me refería a ti, sino a la entrometida esa – aclaró antes de que Dèjan pudiese decir que él tampoco iba a salir




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