Las esposas de los chicos, excepto Ivy, habían sido enviadas con Paulo y con Kerim a la casa, pues tenían que informar a los niños que habían estado llamando durante toda la tarde. Como Nathan se había enterado por Ann, ni siquiera había llegado a la casa, sino que se había ido derecho al hospital, sin embargo, cuando escuchó que Paulo iba con las chicas a casa, decidió ir con ellas, pues imaginaba cómo iba a sentarle a Victoria aquello.
Nathan, y estando enamorado hasta los huesos de Vicky, la conocía mejor que nadie, y había puesto la mayor atención en las relaciones que mantenía con todos. De manera que, sabía que amaba a Dèjan como el padre en el que se había convertido, pero por algún extraño motivo que había tenido a Nathan muy preocupado, a pesar de las catastróficas relaciones que parecía tener con Jeff, y que se pasaban la vida en un solo pleito, una vez que Nathan se había tranquilizado desechando cualquier idea absurda, concluyó que Victoria quería a Jeff, pero no estaba enamorada de él, y sería Jonathan quien aclararía mejor el panorama, aunque sin intención, pues Nathan lo escuchó en una ocasión en la que le decía a Jeff, que si Victoria lo quería era porque lo encontraba parecido a Dèjan y a Nick.
Así como Nathan tenía claro lo anterior, también sabía que el amor de Victoria por Dàmir y por Nick, era algo fuera de serie. Con las cosas así, y por hábil que fuese Kerim y por delicada que fuese Maggi, que serían los encargados de hablar con los niños, siendo que tanto Nick como Jeff habían resultado heridos, Nathan temía por la frágil salud mental de Victoria, porque a pesar de que el psiquiatra que la trataba, había dicho que había mejorado mucho, aquello era algo que atormentaba a Nathan y siempre lo haría.
Las chicas habían pasado primero por sus respectivas casas a recoger a sus criaturas, y una vez que los tuvieron a todos reunidos, Kerim procedió a explicar. De más está decir, que ninguno de ellos calificaba en el renglón de inocente ni se los podía tratar de acuerdo a la edad que tenían, porque todos habían crecido en las calles sometidos al estrés y a los peligros de una vida que no debieron haber vivido, algo que Kerim tenía mucho más claro que Maggi, de manera que sabía que disfrazarle las cosas no serviría de nada. Maggi podía entenderlo en el caso de la mayoría, pero pensaba que Aby y Nathalia eran otro asunto.
Sin embargo, se llevarían una sorpresa, porque si bien los chicos reaccionaron como al menos Kerim esperaba, y todos, con excepción de Victoria y Víctor, el segundo porque estaba muy pequeño y no habría entendido, todos los demás tenían una expresión de profunda ira, y mal podría irle a quien ellos sospechasen culpable, lo que llevaría a Kerim a pedirle a Miles que hablase de nuevo con los individuos de seguridad, pues ya sabían cómo podían ponerse las cosas, cuando Jonathan y Megan comenzaron a vociferar amenazas, pero quien demostraría tener un cerebro más analítico sería Emil.
Como las chicas estaban ocupándose de Victoria, Kerim se agachó junto a los pequeños.
No obstante, casi se sintió golpeado por el mar de miradas que estaban lejos de ser infantiles. Pero aquellos niños o bien superaban en mucho la media de inteligencia, o habían aprendido bien, porque nadie dijo nada y no sería necesario, en opinión de Kerim, pues estaba seguro que no solo no iban a pedir permiso, sino que esperarían a estar solos para hacer planes. Y lo que más lo sorprendió, fue que cuando salieron del salón, Liam y Emil habían mirado a Aby y a Nathalia, y aunque no les dijeron nada ni las tocaron, las dos niñas salieron con ellos. Kerim tuvo la intención de ir tras ellos, pero Nathan lo detuvo.
De los tres chicos mayores, Nathan siempre le había parecido a Kerim el más centrado, tranquilo y amable, pero acababa de comprobar que lo anterior no era una condición excluyente para que, en determinadas circunstancias, el chico exhibiese un comportamiento frío y tan peligroso como los otros dos. Sabiendo como sabía, que debido a la azarosa vida que habían llevado, todos ellos eran capaces de aprovechar al máximo cualquier recurso a su alcance, antes de ocuparse de Victoria, llamó de nuevo a Miles y pidió hablar con quién estuviese a cargo de la seguridad, pues recordaba perfectamente no solo el día del secuestro de Samir, y que Jesse había logrado escabullirse de una propiedad super vigilada, sino que esos mismos chicos que ahora ocupaban su mente, también lo habían hecho en forma muy reciente, y con seguridad habían aprendido de los errores que les habían impedido alcanzar su objetivo.