Charlie más que Jack, estaba dividido entre querer subir y no dejar a Nick, y el segundo que debió imaginarlo, se cansó de verle aquella inquietud.
Aquello era cierto, porque apenas se habían enterado de que Nick se encontraba estable, él le ordenó a Sam subir, pero casi enseguida el chico lo llamó.
Los Aliano habían corrido con la misma suerte, aunque Donatello y Giovanni hicieron mucho escándalo y casi fueron echados de allí, pero Justine se hizo cargo de Don mientras que Marco lo hacía de Giovanni, y, de hecho, casi tuvo que acomodarle un puñetazo.
Giovanni se tranquilizó algo y pudieron entrar de nuevo, pero en esta ocasión lo condujo hacia la salita de espera.
Giuliana se había sentido apenada al ver a Al que estaba cabizbajo y pegado a una pared, de modo que se había acercado a él.
Al se introdujo la mano al bolsillo, y para sorpresa de Giuliana, vio que sacaba una especie de cartulina pequeña con la figura de un santo.
A Giuliana se le hizo un nudo en la garganta cuando lo escuchó pedirle al santo por Jesse y su criatura, y aunque su intención había sido distraerlo al verlo tan solo y preocupado, ella terminaría peor que él. Sin embargo, de la angustia pasó a toda velocidad al terror al escuchar a Giovanni.
Sin embargo, la reacción de Giuliana fue tan violenta, que casi se cayó del sillón. Aunque ya Giuliana llevaba un tiempo viendo a aquel individuo, pues había sido inevitable, lo que no había hecho era acercarse a él ya no digamos hablarle. El trauma de Giuliana con aquel sujeto, y aunque no había sido ella la víctima, parecía que no iba a desaparecer nunca y de ahí su reacción. Para complicar más la situación, en ese momento venían entrando John y Zabrit, y el segundo al ver la expresión de Giuliana, y como no vio quién era el sujeto que la tenía sujeta, se fue derecho hacia él y lo empujó con escasísima delicadeza.
Pero si bien él ya había conocido a Giovanni en las oportunidades que había estado en la casa de los Zazvic, lo que no se dio ocasión fue de identificarlo, porque después de apartarlo, había sujetado a Giuliana arrastrándola con él.
John se había quedado en mudo silencio, mientras que Don tenía la expresión del gato que se comió al canario.
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Janeth había iniciado el procedimiento y cuando Dèjan y David ingresaron de nuevo a la sala, el primero recordó con claridad las palabras de Jesse con relación a la abertura en su abdomen, y dio las gracias a quien correspondiera porque ella no estuviese viendo aquello. Despegó los ojos de allí y camino hasta situarse de nuevo donde había estado y sujetó la mano helada de Jesse. Mientras David había estado fuera, Janeth había pedido que llamaran al neonatólogo de guardia, porque ya sabía que el bebé no estaba a término, de modo que estaba practicando la extracción cuando el individuo entró.