Acordes del Corazón (libro 9. ОдЈеци Душе)

Cap. 28 Historias compartidas

 

Después de los días de estrés que había vivido, y siendo que Giuliana, desde que había comenzado con la agencia, en realidad descansaba poco y no se había tomado ni un día de vacaciones, cuando John y Josh insistieron en que debía descansar por lo menos una noche en una cama, Donatello, que no se distinguía por su paciencia, caminó derecho hacia su hermana apartando a los otros dos.

  • Vamos
  • Suéltame, no pienso…
  • Harás exactamente lo que yo diga, Giuliana – la interrumpió él en tono peligroso

Edvin y Ajle, que habían subido un momento al piso de maternidad para interesarse por Jesse, y porque sus esposas querían ver a la niña, en aquel momento conversaban con Zabrit, pero éste dejó a Ajle con la palabra en la boca y se encaminó hacia el conflicto. Sin embargo, fue detenido por dos manos que parecían abrazaderas de hierro.

  • No te metas – dijo Marco
  • Yo en tu lugar, lo escucharía, a menos, claro, que quieras perder tu exitosa cabeza – agregó Vinnie

Las intenciones de Marco y de Vinnie podían ser muy buenas, lo difícil era que Zabrit estuviese de acuerdo, y menos al ver la expresión de susto de Giuliana y que Donatello había comenzado a arrastrarla hacia el elevador.

  • No tiene derecho a…
  • Escucha muchachito – intervino Giovanni – sus derechos no están en discusión, porque a diferencia de los que tú creas tener, él es su hermano y cualquier cosa que haga, será en beneficio de Liana. Así que como dijo Vinnie, no te metas si quieres mantenerte entero, porque mi hijo tiene escasa paciencia y pésimo carácter

Como ni Marco ni Vinnie lo habían soltado mientras Giovanni hablaba, Donatello tuvo tiempo de llevarse a Giuliana sin que él pudiese hacer nada, pero como Giovanni no tenía motivos para confiar en él, miró a los otros dos.

  • Asegúrense de que el señor pueda llegar a donde sea que se esté quedando, sin inconvenientes
  • No necesito su ayuda para eso – dijo Zabrit de pésimo humor
  • Y no te la estoy brindando, solo me aseguro de que mi hijo no te rompa el cuello y termine en una apestosa prisión

Como John y Josh habían acatado la súplica silenciosa de Justine, en el sentido de no intervenir de ninguna manera, ellos se habían quedado donde estaban mientras la pareja se llevaba a Giuliana, pero después de escuchar a Giovanni, decidieron rescatar a Zabrit.

  • ¿Qué les pasa? – comenzó a vociferar Zabrit un momento después
  • Escucha, en verdad no hay motivos para preocuparse, porque como sabes, Donatello es su hermano
  • Un individuo muy desagradable si me preguntas
  • Eso es porque no conoces bien a Isabella – dijo Ajle
  • ¡Sy dän! – exclamó Erkki
  • ¿Qué? Es verdad, porque si hubiera sido ella, nadie habría tenido tiempo de advertirle nada a Zabrit y habría terminado con algo roto, si tenía suerte

Los chicos hicieron tanto tiempo como les fue posible, y luego llevaron a Zabrit a su hotel, pues si bien había comprado una casa, de lo que no había tenido tiempo, era de ocuparse de las remodelaciones que quería hacerle.

  • ¿Seguirás diciendo que estoy equivocado, Josh?
  • No, eso sería estúpido, porque es obvio que, aunque no lo entiendo, Zabrit perdió la cabeza por Giu, el asunto es que por lo que sabemos, va derecho a perderla en forma literal

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Dàmir también había estado evolucionando en forma satisfactoria, pero como David conocía bien al personaje, había decidido mantenerlo sedado, y Kerim había tenido que hacerse cargo de tranquilizar a Ivy que parecía inclinada a pensar que la engañaban.

  • Ivy, Dàmir tiene la… tendencia, a exagerarlo todo, así que en este momento, y estando las cosas como están, créeme, la mejor forma como puede estar, es inconsciente
  • Pero no entiendo, Kerim. Dijeron que Isabella está bien

En este punto, y como en eso sí le estaban mintiendo, porque todo lo que sabían era que no habían podido detener el nacimiento y la habían llevado al quirófano, quien se haría cargo sería el mentiroso más hábil, es decir, Josh. Y en verdad Josh era extremadamente bueno, porque logró convencerla de que todo estaba tan bien como podía estar y que la chica finalmente se tranquilizase.

Afortunadamente, al menos en aquellas circunstancias, Ivy era ciega y no había visto el deplorable estado de Dèjan las veces que había ido a ver a su hijo. Y de quien procuraban mantenerla alejada, era de Zara y de Mirjana, porque aquellas dos no habían dejado de llorar prácticamente ni un momento desde que supiesen que habían tenido que intervenir de nuevo a Jesse y el estado crítico en el que se hallaba.

Lena que, si bien quería mucho a Jesse, tenía más presencia de ánimo, era la que se había encargado de los niños en general, manteniéndolos adecuadamente informados, así como de llevarlos a ver a la bebita. A la única que se le había permitido quedarse casi tanto tiempo como había pasado Dèjan allí, era a Victoria, y en su caso, quien se mantenía al pendiente era Nathan.




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