Acordes del Corazón (libro 9. ОдЈеци Душе)

Cap. 38 Zabrit

 

Cuando las cosas se habían estabilizado, es decir, Nick había sido dado de alta, y tanto Dajana como Jesse mejoraban, Giuliana había vuelto a sus actividades, porque si bien la agencia estaba bien organizada y sus colaboradores se habían estado haciendo cargo de todo, ella debía retomar sus obligaciones.

Durante el tiempo que ella estuvo al pendiente de su hermano y de Jesse, Zabrit se había portado de forma inmejorable. Él no podía estar todo el tiempo con ella, pues también tenía obligaciones, y aunque ya había finalizado la filmación con Jack, la película se hallaba en postproducción y él debía supervisar eso, de modo que, aunque había vuelto a Los Ángeles después del primer viaje, había regresado en varias ocasiones y a veces se quedaba solo unas horas, y otras durante algunos días.

Después del mal rato que había pasado con Donatello y con el padre de éste, cuando intentó detener al primero por considerar que estaba siendo poco delicado con Giuliana, se había sentado a pensar, solo que había decidido hacerlo frente a una botella y fue como lo encontraron John y Josh cuando habían ido a ver cómo estaba, pues sabían que lo habían dejado de pésimo humor.

  • Creo que lo mejor que podemos hacer por él, es llevarlo a su habitación antes de que termine con un coma etílico – opinó Josh – Pero como ya sabemos que está aquí y entero, yo me marcho. Si me necesitas, llámame

La preocupación de John era porque sabiendo del humor que había dejado a Zabrit, podía haberse metido en algún lío y por eso había arrastrado a Josh con él, pero no siendo así, lo dejó marchar y él condujo a Zabrit a su habitación. Sin embargo, y aunque habían supuesto que Zabrit se había pasado toda la noche bebiendo y que estaría ebrio hasta los huesos, lo primero era cierto, pero lo segundo no, porque había bebido, pero no en exceso, o al menos no al punto de la ebriedad. De modo que después de darse un baño, y unas cinco tazas de café, comenzaría a hablar y por primera vez en la vida, John apenas si tendría ocasión de decir algo.

Zabrit le contaría cómo había sido su vida, y la historia de un niño que había perdido a sus padres, había sido sacado de su país creciendo luego en uno extranjero, al lado de un abuelo que, si bien y por lo que entendió John, lo había querido mucho, lo que no parecía haber tenido era mucho tiempo para compartirlo con el chico, y siendo que John había tenido una familia unida, feliz y amorosa, le pareció que la vida de Zabrit había sido sumamente triste y solitaria.

Lógicamente John estaba perfectamente al tanto de la carrera artística de Zabrit, así que prestó más bien poca atención cuando él hablaba de ella, porque se estaba preguntando por qué le estaba contando todo aquello, pero antes de que pudiese expresar su curiosidad al respecto, y era seguro que lo haría, porque él era sumamente directo, Zabrit le ahorraría el esfuerzo.

  • Te preguntarás por qué te estoy aburriendo con todo lo que he dicho
  • Bueno, no es que esté aburrido, pero ciertamente siento curiosidad
  • ¿Te parece que soy una mala persona?
  • ¡Hombre! ¿Por qué iba a pensar eso?
  • Porque sé que soy desagradable, y, de hecho, mi abuelo decía que me veía mejor callado – y en este punto sonrió – Creo que mis opiniones siempre le causaron preocupación
  • A ver – comenzó y no intentando acomodar nada, porque sus procesos mentales carecían del adecuado filtro, como decía Josh – Eres arrogante, pero supongo que es porque eres de la clase que no posee una falsa modestia que lo lleve a minimizar sus habilidades, y eso no es malo, solo que suele molestar a los demás. También eres autoritario y siempre esperas ser obedecido, algo que seguramente tampoco agrada mucho a quien trabaja contigo, porque no te muestras especialmente amable. Sin embargo, siendo que conozco a por lo menos un par de sujetos que podrían competir contigo en materia de arrogancia, y a algunos otros que pueden ser también muy autoritarios, difícilmente tu caso me parezca uno tan insólito o malo per se, aunque quizá lo sea, pero… ¿por qué te interesa mi opinión?
  • No tu opinión exactamente – contestó de la misma forma directa – sino que tal vez tú sepas si esa es la razón para que Giuliana me deteste

John elevó las cejas y no por tanto por incredulidad, pues él era quien primero había notado lo obvio, o al menos lo había sido desde el principio para él, sino porque no esperaba que aquel cofre de arrogancia pura, como acababa de decir, reconociese estar mortificado por ello. No obstante, quizá aquella también fuese la primera vez en su vida que John actuase con un mínimo de discreción.

  • No creo que te deteste, pero como dije, y siendo que eres como eres ¿Por qué tendría que preocuparte eso?
  • Te creía más inteligente, John – dijo él mientras se servía otro café – ¿Acaso no es evidente lo mucho que me interesa? Y no necesitabas ser muy inteligente en realidad, porque por ahí dicen que hay dos cosas que no podemos ocultar, una es el resfriado, y la otra el amor

Si John no estaba preparado para que Zabrit evidenciase preocupación, menos aún para que reconociese abiertamente lo que sentía, así que su expresión debió delatar con absoluta transparencia lo que estaba pensando.

  • Sé que soy todo lo que dijiste y posiblemente más, pero lo que no soy, es estúpido, y en mi opinión, todo el que pretenda engañarse o engañar a los demás ocultando lo que siente, lo es




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.